El 21 de setiembre de 1999, la Isla de Taiwán sufrió un sismo de magnitud 7,6 que produjo la destrucción de 50.000 edificios, la pérdida de 2.400 vidas y 11.300 personas heridas. Después de 25 años y varios sismos de menor magnitud el 2 de abril de 2024 volvió a ser azotada por un terremoto de magnitud 7,4. las consecuencias de este último sismo fueron 848 edificios dañados, 40 de los cuales sufrieron daños irrecuperables (se han visto imágenes de edificios con una pérdida de la verticalidad asombrosa, pero en pie), 70 con daños considerables, pero sin amenaza a la estabilidad estructural y el resto con daños de menor importancia, pero en esta oportunidad sólo se perdieron 10 vidas y 1.000 personas resultaron heridas, cantidades muchísimo menores respecto del sismo anterior, a pesar de que el potencial destructor de ambos sismos fueron de similares características.
Podemos asegurar que, en esta oportunidad, se cumplió con mucha rigurosidad el objetivo fundamental de los códigos de construcciones sismorresistentes del mundo incluidos los de nuestro país, cuya premisa es que los edificios y/o construcciones, ante la ocurrencia de un terremoto, eviten la pérdida de vidas, aunque sufran daños de importancia que incluso obliguen a demolerlos.
Por tal motivo, el Centro de Ingenieros de Mendoza, recuerda a la población que, ante la necesidad de realizar una obra de construcción, consulte a un ingeniero, ya que se encuentran en vigencia los reglamentos Cirsoc e Inpres–Cirsoc, a fin de que se respeten las mismas, tanto en la documentación técnica, como durante el proceso constructivo, con la dirección de estructura a cargo de ingeniero, lo que permitirá proteger la vida de las personas ante la ocurrencia de un sismo en el futuro.
Ing. Daniel Dimaría. Presidente Centro de Ingenieros y Dr. Ing. Alejandro Carosio. Secretario.