Hace más de 100 días estamos involucrados en un empeño que supera fronteras, y sometidos, por decisión del gobierno nacional a una lucha que promete larga duración, cuyo costo financiero, económico y social es desconocido. Está bien, lo primero es salvar vidas, pero alguien debería estar sacando la cuenta de la cantidad de bajas, afectación de la infraestructura, necesidades de la educación y atención de enfermos preexistentes.
El caso es que a todo ello hay que agregarle la imposibilidad de reponer, por carencia de moneda, los insumos mínimos extranjeros, y otros efectos monetarios negativos concretos que según el discurso oficial son “detalles
Entiendo que el PBI va a caer más del 10%, tal vez un 15%. La desocupación podría llegar al 20% y quien encuentre un trabajo será “en negro”, porque los miles de millones perdidos no estarán disponibles para invertir.
Además, la inflación causada por emisión incontrolada no puede calcularse, pero no será inferior a 60%. ¿Entonces quién comprará alimentos o productos industriales? Sin demanda la economía no marcha, según me enseñaron, y con oferta limitada o dominante, más inflación (o mercado negro).
Creo que es hora de exigir la presentación de un plan maestro y flexible.
Lic. Atilio G. Galdiolo
DNI 6.897.384