Resulta increíble. El único argentino que solo se acercó a imaginar algo parecido (Tato Bores), tampoco predijo algo tan apocalíptico. Pero ahí está justificado porque en su época Javier Milei no había nacido. Resulta que el Congreso, cuya misión es elaborar, modificar o derogar las leyes, cuando hay procedimientos que dificultan “la tramoya”, actúan en forma de erizo sin distinción de banderías para conservar sus privilegios. Y así esperar la llegada de otro gobierno corrupto que les permita continuar sus “fechorías”.
Es así como todos se abroquelan buscando resaltar temas que solo debilitan al gobierno, quien les pidió que no atenten contra el equilibrio fiscal. Pero, ante el conocimiento de que esa regla es de oro……pues rompamos con la regla y acabemos con él.
Tenemos un Presidente casi de lujo (porque no reconoce como propios a quienes combatieron en este suelo del terrorismo internacional) y quieren acabar con él, o al menos obstaculizarlo en todo lo posible, no vaya a ser cosa que muestre que va a cumplir sus objetivos y será mejor que quienes lo precedieron. Y no vuelvan jamás al poder. ¡Y el PRO los apoya!
Pero, como falta el postre, aparece una señora que nos habla de la “corrupción transformadora”, que es necesaria, que es el famoso “roban, pero hacen”. Don Tato, regrese y díganos “qué rumbo hay que tomar para seguir”.
* El autor es Licenciado en Estrategia y Organización Empresarial.