En el siglo XX, la provincia de Mendoza fue escenario de historias vibrantes y personajes inolvidables. Permíteme tejer una narrativa más creativa en torno a uno de esos protagonistas: Julio César Bac.
Julio César Bac, un nombre que resuena como un eco en las calles de Luján de Cuyo, Argentina. Nacido en 1921, este publicista, periodista y escritor vivió su juventud entre risas, aventuras y complicidades compartidas con sus amigos. Las esquinas de su querida ciudad aún guardan los secretos de sus travesuras, y una calle y una rotonda en Carrodilla llevan su nombre, como un tributo a su legado.
Católico ferviente, Julio César no solo escribió palabras, sino también historias en las páginas de la comunicación mendocina. Fundador del periódico “La Voz de Luján”, exploró los matices de la actualidad y se sumergió en los ríos de la cultura, el deporte y la sociedad. Pero su pluma no se detuvo allí.
Imagina a Julio César como un director de orquesta, dirigiendo durante sesenta años la sinfonía de la publicidad en Cuyo. Su agencia, “BAC Publicidad”, no solo creaba anuncios, sino también mundos paralelos. Sus jingles eran notas originales que se colaban en los oídos de los mendocinos, como melodías que se niegan a desvanecer.
No contento con las palabras impresas, Julio César se aventuró en la televisión, desafiando los vientos cambiantes de los tiempos modernos. Sus anuncios eran como destellos de creatividad, innovación y audacia. ¿Quién podría olvidar aquel comercial que nos hizo sonreír o aquel eslogan que se grabó en nuestra memoria?
Era un hombre que irradiaba alegría y alentaba a los jóvenes a soñar en grande. Sus círculos de amigos se entrelazaban como hilos invisibles, y cada día de la semana era una oportunidad para compartir risas y anécdotas.
Julio César Bac, el hombre que convirtió las palabras en puentes entre corazones, sigue vivo en las cartas que escribía para la sección de Opinión del diario Los Andes. Sus relatos nos transportan a momentos vividos y a paisajes que solo existen en la memoria colectiva.
Así, entre las hojas amarillentas y las esquinas de Luján de Cuyo, Julio César sigue siendo un faro de inspiración. Su legado es más que letras y anuncios; es la melodía que sigue resonando en los corazones mendocinos.
* Aldo José Canaán Bulos. DNI: 12.187.079.