No se refiere solo al acto de comer sino también al absorber de la vida sin limitaciones todo el conocimiento posible, saber escoger de acuerdo a necesidades reales el alimento físico, emotivo, mental y espiritual adecuado a ese instante y a esa etapa de nuestro vivir, el hacernos conscientes de la naturaleza sensual de nuestro ser. Aprender a vivir con espontaneidad incorporando de la naturaleza y de la vida automáticamente genera ese estado de buen apetito y digestión e incorporación del alimento cualquiera sea tu esencia.
* Delia Checa. Médica y escritora