Soy usuario frecuente del tramo de la ruta 82 que se reconstruye en Luján de Cuyo, obra de indiscutible necesidad, pero creo válido el siguiente comentario.
La primera etapa de construcción, terminada con éxito en tiempo y forma, tuvo un tamaño de ejecución adecuado que nos permite a los usuarios el confort justo y oportuno. La etapa actualmente en ejecución, es de un tamaño desmedido para este tipo de emprendimientos, por ello, ofrece a los usuarios trastornos en la transitabilidad con efectos negativos en los rodados y en pérdida de tiempo de los usuarios, malestares en el transporte público, ciclistas y pedestres, y riesgos en la conducción durante un tiempo demasiado prolongado. Visiblemente, en el balance de las deseconomías de escala, que un proyecto como éste conlleva evaluar, ha predominado la economía de escala de la empresa constructora, aumentando la deseconomía de escala del usuario y de la población en general, quienes en definitiva son los que pagan la obra. Así como se producen cambios en la traza del proyecto, me pregunto si no valdría la pena para balancear los intereses de ambas partes, reprogramar el plan de trabajo para mitigar los impactos negativos de la población y hacer más eficiente el producto final.
Arq. Ángel Tetilla. DNI 8.148.597