Hoy los abuelos Rosa y Miguel, su hija Marcela, su nieto Sebastián y muchos tíos y primos continúan trabajando junto a los mismos empleados de siempre en la propia casa familiar, reconvertida en fábrica. Allí es posible ver a los empleados rellenando aceitunas a mano o elaborando mermeladas con pailas, en forma artesanal.
“Tuvimos muchas oportunidades de industrializar nuestros productos, pero preferimos continuar con el mismo rumbo: el artesanal, y no cambiar la esencia de lo que elaboramos. En cuarentena hubo una especie de boom de demanda, y crecimos bastante. De venderle a algunas provincias, pasamos a venderle a casi todas”, cuenta Sebastián.
Un camino repleto de sabor
La empresa familiar de los Hernández comenzó en 1991 y su historia se relaciona con el programa Hogar Rural del INTA. A este programa ingresaron Rosa y Marcela, quienes comenzaron a trabajar en la cooperativa de dulceras. Allí sumaron más conocimientos al bagaje que ya traían de sus antepasados, y comenzaron a aplicarlos en técnicas nuevas de almibarado, por ejemplo.
La crisis de 2001 no les fue ajena, pero en pleno momento crítico del país decidieron continuar por su cuenta fundando Terruños de Mendoza. A esto se sumó un “golpe de suerte”, que fue la posibilidad –junto a Fundavita y otros artesanos- de instalar un local en el Shopping, que se convirtió en una gran vidriera para la marca y sus productos.
Delicias caseras
En la actualidad, Terruños de Mendoza cuenta con un portfolio de 70 productos que incluyen mermeladas, ajos, 11 variedades de aceitunas rellenas y los almibarados, el fuerte de la empresa. También una línea llamada Selección Gourmet, compuesta por distintos tipos de delicatessen, pastas y aderezos y todo lo relacionado con el tomate (salsas, conservas).
“La gran diferencia de Terruños con otras empresas similares es que seguimos manteniendo las técnicas de elaboración artesanales, sin muchos conservantes, con las cuales comenzamos en 2001. La fábrica tuvo la posibilidad de industrializar y optó por no hacerlo”, cuenta Sebastián.
Y es que siempre se tuvo como principio rector el no perder la esencia: ese producto “casero” que preparaba “la nonna” para compartirlo con su familia, al estilo de la vieja escuela. “Esto se nota en el sabor y el aspecto de cada producto; al probar una mermelada y sentir los trocitos de fruta, o comer una aceituna y apreciar que está bien rellena, y a mano”, agrega Sebastián.
El ajo es otro producto que los destaca en el mercado. Cuenta Sebastián: “En 2005 mi mamá se propuso estabilizar el Ph del ajo para conservarlo en crudo, ya tenía muchas propiedades pero se echaba a perder muy rápido. Cinco años le llevó poder realizar este proceso, y actualmente el ajo picado y condimentado conservado en aceite es uno de nuestros productos más solicitados, que solo lo elabora Terruños. Lo consideramos casi un servicio, ya que podés comprarlo y tenerlo siempre en la heladera para condimentar tus comidas cuando lo necesites, sin tener que pelar ni picar ajos frescos”.
Otros productos novedosos por su sabor son los corazones de alcaucil, las berenjas, el antipasto, los zucchinis, la ensalada grieta, el mix de vegetales asados al horno de barro, los aceites de oliva saborizados con hierbas, las salsas de tomates seleccionados… “Creo que la verdadera vedette de Terruños es la calidad; esto es lo que nos diferencia y hace que nuestro público nos elija”, agrega Sebastián.
El boom de las conservas
Para la empresa de los Hernández la cuarentena tuvo efectos positivos, paradójicamente. Y es que se dio una suerte de crecimiento explosivo que hizo que se ampliara notoriamente la cartera de clientes de Terruños de Mendoza.
“La gente comenzó a consumir muchos más alimentos de calidad, a darse más gustos en casa, y nuestro producto resultó ideal. También aprovechamos esta movida para hacer un cambio de imagen, que vino muy bien. Hoy en día estamos despachando de 4 mil a 5 mil frascos mensuales, teniendo en cuenta que todo es elaborado por 8 personas que trabajan artesanalmente con las frutas y las verduras. Estamos presentes en casi todas las provincias y trabajando al 100%. La idea es seguir creciendo, siempre sin perder nuestra esencia natural y artesanal”, cierra Sebastián.