Con el popular repertorio tomado del Master original y otro integrado por demos y algunas rarezas Sony Music anunció el lanzamiento de “Thriller 40″, un conjunto de CD doble compuesto por la obra maestra original de Michael Jackson y un segundo volumen con las canciones nunca publicadas, en las que el artista trabajó para aquel icónico material.
La saga de novedades en torno al aniversario comenzó ayer con el video animado con la letra de “Wanna be starting something” y ya tuvo una experiencia inmersiva en Düsseldorf, Alemania, que durante el fin de semana pasado se replicó en Nueva York.
Además, SiriusXM está lanzando The Michael Jackson Channel, un canal especial para conmemorar la legendaria carrera del “rey del pop” desde sus primeros días en The Jackson 5 hasta su actividad solista con un trabajo especial en torno a “Thriller”.
La historia cuenta que luego de brillar durante más de una década como principal atracción del grupo The Jackson 5 junto a sus hermanos mayores, y de varias incursiones solista de moderado éxito, Michael Jackson daba su golpe maestro el 30 de noviembre de 1982 con la edición de “Thriller”, su sexto trabajo en solitario que lo coronaría definitivamente como el “rey del pop” a nivel global.
Con clásicos como la canción que daba nombre al disco, “Beat it”, “Billie Jean” y “Wanna be starting something”, entre otras; la placa se convertiría en la más vendida de la historia, con estimaciones que superan los 100 millones de copias, pero además se establecería como uno de los principales símbolos que marcarían estética y culturalmente a la década de los ‘80.
Es que más allá del perfecto compendio de música disco, rock, funk, pop y r&b, y del nivel de los invitados y sesionistas que se pusieron a la órdenes del productor Quincy Jones, como Paul McCartney, Eddie Van Halen y miembros de Toto, con “Thriller” Michael Jackson marcó el paso de la moda en aquellos años, popularizó una manera particular de bailar y abrió el camino para una nueva era en lo referente a la industria del videoclip.
Todo eso hizo que el artista alcanzara un pico de popularidad comparable a la “beatlemanía” de los años ‘60.
Hacia 1982, las modas musicales presentaban otros caminos y en esa dirección se embarcó la dupla Jackson-Jones, no sin varios encontronazos entre ellos, lo cual derivó en que el álbum fuera mezclado nuevamente una vez terminado, porque no lograban ponerse de acuerdo en cuanto al resultado final.
La edición final de “Thriller” contó con nueve composiciones, cuatro de ellas del propio Michael -”Wanna be starting something”, “The girl is mine”, “Billie Jean” y “Beat it”- y, como se dijo antes, colaboraciones rutilantes, como el caso del ex beatle en “The girl is mine”; Eddie Van Halen y Steve Lukather, de Toto, en “Beat it”; y hasta un recitado final de la leyenda del cine de terror Vincent Price, en “Thriller”.
Si el disco en sí ya se presentaba como una obra destinada a quedar en la historia, el aprovechamiento que hizo el artista de la incipiente industria del videoclip se ocupó del resto. En ese rubro, destacó “Billie Jean”, con el recordado paso de baile que hacía encender las baldosas y las fantasmagóricas figuras que se le aparecían al artista en su andar; y “Beat it”, con el coreográfico enfrentamiento entre pandilleros.
Pero fue “Thriller” el video que no solo sobresalió entre todos los de Michael Jackson, sino que irrumpió con fuerza y creó un estilo cinematográfico seguido hasta el día de hoy en lo referente a realizaciones audiovisuales musicales.
A lo largo de casi un cuarto de hora, el director John Landis, responsable de comedias como “The blues brothers” y “Animal house” (“Los Hermanos Caradura” y “Colegio de animales”, respectivamente en nuestro país), creó una suerte de pequeño filme de terror de clase B, en el que Michael se convierte en hombre lobo y luego en zombie, para protagonizar una memorable danza en un cementerio rodeado de “muertos vivos”.
De esta manera, la obra en su totalidad, con su brillante producción, sus canciones perfectas, su impronta bailable y su propuesta visual, presentaba a un Michael Jackson de consumo para todos los gustos y edades.
El hecho de que nunca volviera a crear una obra a la altura de ésta, puso a Jackson en un lugar más terrenal. Un derrotero personal de cirugías que transformaron radicalmente su fisonomía y comportamientos por demás excéntricos, lo convirtieron años más tarde en una suerte de caricatura o de material para chistes.
Varios años después se revelarían situaciones truculentas, con denuncias en su contra por abuso infantil, que hicieron que el chiste dejara de tener gracia. El genial artista cargaba ahora con la monstruosa sombra de la pedofilia./ Hernani Natale (Télam)