Abel Pintos comenzó como un niño prodigio del canto y el folclore. Su personalidad, su talento vocal y sus grandes actuaciones le permitieron continuar una carrera musical que, junto con su madurez, lo convirtieron en una de las estrellas de la música popular argentina.
Esa realidad, que para Abel es actualidad, sin embargo, no parecen haberle bastado. Y el cantante dio un paso hacia el desafío de convertirse en una figura de la tele con su papel de jurado de Got Talent. Pero todo tiene su precio, y ahora, ya que juega el papel de “malo” (a veces) en ese programa, el más visto de la TV argentina, ahora algunos lo miran con recelo.
El presente de Abel Pintos
En cada emisión de Got Talent, el reality de talentos de Telefe (lunes a jueves, a las 21.45; domingos, a las 22.15), el mayor interés pasa por las propuestas variopintas de los participantes. Y también por las respuestas del jurado, en el que Abel Pintos ocupa un rol central.
Más allá de que la audiencia preste atención a las performances de quienes sueñan con ser estrellas, el gran debate posterior gira en torno a la decisión del jurado para aceptar o rechazar a quienes despliegan lo suyo a lo largo de las dos horas de la emisión.
Los responsables de tomar la determinación final son La Joaqui, Florencia Peña, Emir Abdul y el mencionado Abel Pintos: cada uno, experto dentro del ámbito artístico en el que se desempeña y por el cual llegó a la popularidad. Claro que, en el caso de Pintos, existe una gran diferencia al de sus compañeros.
Desde que comenzó la nueva temporada de este programa de “caza talentos”, su manera de plantear una determinación final, tanto sobre músicos, bailarines, payasos, magos o imitadores, en muchas ocasiones tiende a la confusión.
Para ser más claros, en el caso del cantante oriundo de Bahía Blanca, si alguna performance no le gustó, enseguida es de los primeros en hacérselo saber al participante, ejerciendo el rol de “malo” en el jurado.
Sin embargo, si sus colegas del jurado expresan atracción por la propuesta del competidor, Abel suele cambiar su parecer, se muestra más flexible, pese a haberse inclinado al principio por la negativa. Motivo por el cual, en ciertas ocasiones se lo nota un poco incómodo a través de la pantalla.
Estas manifestaciones del cantante que empezó en el folclore, pero luego inclinó lo suyo hacia la fusión con el formato canción y balada, sin duda es quizás lo que más resalta en esta nueva temporada del programa de mayor rating televisivo en su franja horaria, bajo la conducción de Lizi Tagliani.
De cantar a juzgar
¿Por qué Abel decidió aceptar esta propuesta televisiva si es que se lo nota un poco incómodo?
Según allegados al músico, hay quienes expresan que fue tentador para él experimentar dentro del terreno televisivo, tal como ya lo hizo su colega y amiga Soledad Pastorutti en reiteradas ocasiones, en el reality La voz argentina.
“La decisión de sumarse le costó mucho, porque nunca hizo televisión en ese sentido, quería probarse, a ver qué le pasaba, además de conocer artistas nuevos”, expresó a Clarín Marcelo González, agente del músico.
Y agregó lo siguiente: “Recibió un trato excelente de sus compañeros. A su vez estudió muchísimo. Y se instruía: estudiaba respecto a disciplinas que no conocía”.
Más allá de lo arduo que resultaron las grabaciones -que arrancaron el 3 de abril y terminaron el 24 de agosto-, otro factor a considerar fue no abultar fechas ni hacer largas giras por algunos meses.
De esta manera, Pintos se mantuvo un poco más cerca de su familia, conformada por su esposa Mora Calabrese y el hijo de ambos, Agustín, de tan solo dos años y medio, y a quien le escribió la canción Piedra libre, antes de su nacimiento en 2021, cuya parte de una estrofa dice así:
“Solo pienso en ti y en la libertad de abrazarte, y ya no puedo esperar a que estés aquí”.
Un acto de amor
Por otra parte, cabe destacar algo sumamente importante: el bahiense hace un par de meses adoptó legalmente a Guillermina, de quince años, hija de su esposa y de una pareja anterior de ella.
Semejante hecho trascendental no es menor en este momento de su vida: Abel agrandó una familia propia, pues se muestran los cuatro juntos en fotos en redes sociales e incluso Pintos le regaló un viaje a Oxford, Inglaterra.
Pese a que Abel no es padre biológico de Guillermina, Mora también publicó, tiempo atrás, una foto de su marido con su hija del corazón, quien ya llevaría el apellido Pintos Calabrese. O sea, la familia se agrandó y ya lo hacen público.
Retomando la participación de Abel en Got Talent, el programa más visto de la actualidad, algunos detalles de los tres meses de la grabación en los estudios Teleinde en Martínez, dejaron en el artista secuelas positivas, como la nueva amistad entre el músico y Florencia Peña.
Por otro lado, se supo que entre cada etapa hubo algunas semanas que no grabaron, principalmente para actualizar la escenografía, razones por las cuales algunos de los componentes del jurado hacían uso de algún compromiso pendiente dentro de sus propios trabajos artísticos.
Para el caso de Abel fue priorizar a su familia, más allá de que el pasado 9 julio presentó su último trabajo discográfico, Alta en el cielo, en el Teatro Colón de Buenos Aires.
Por estos días, el autor de Yo estuve aquí se encuentra de gira por Chile, ya que cantará el 11 de octubre próximo en el Teatro Caupolicán, luego se presentará en el Teatro Tronador de la ciudad balnearia de Mar del Plata y coronará su gira 2023 con dos conciertos multitudinarios, los días 17 y 18 de noviembre en el Estadio de Vélez, en Ciudad de Buenos Aires.
En definitiva, el paso de Abel Pintos por Got Talent tuvo que ver con estar más cerca de su familia, aventurarse en la televisión y conocer otros artistas y otras disciplinas. La curiosidad es una gran aliada de los músicos.
Fuente: Clarín
