Más de 600 mil espectadores la vieron en las salas del país. Es la película argentina del año, después de su paso por el Festival de Cine de Venecia, de ganar el Premio del Público en el Festival de San Sebastián, y ser la Candidata Argentina para competir en los Premios Oscar 2023 en la categoría de Mejor Película Internacional. “Argentina, 1985″ cumplió y superó las expectativas, tanto de su director como de todo el equipo, durante las tres primeras semanas que lleva en la cartelera.
El filme dirigido por Santiago Mitre y protagonizado por Ricardo Darín y Peter Lanzani hoy llega al streaming de la mano de Amazon Prime Video. Y antes de su desembarco en la pantalla chica, desde su estreno el pasado 29 de septiembre, no dejó de generar discusiones y sorpresas en el público, que acudió a las más de 200 salas independientes y cadenas autorizadas en todo el país, agotando función tras función.
Es que durante las tres semanas en la cartelera fue la película más vista, batió récord de ventas de tickets y espectadores durante los fines de semana, ocupando el primer puesto del ranking de la película más vista en las salas nacionales. Es importante aclarar que, pese al estreno en streaming, la cinta nacional continuará en la programación de los cines del país.
Una deuda pendiente del cine con la Democracia
Después del filme “La Cordillera”, para Santiago Mitre el juicio a la Junta Militar en 1985 era historia que resonaba en su cabeza para llevar al cine. Y luego de cuatro años de producción finalmente le dio forma a “Argentina, 1985″, su quinto largometraje, que escribió junto a Mariano Llinás.
La trama muestra cómo se gestó y desenvolvió un juicio histórico y heroico para la época, con el trabajo de un joven equipo jurídico a cargo de Julio César Strassera (Ricardo Darín), en un contexto donde la Democracia flaqueaba frente al poder que todavía ostentaban los militares.
La cinta de Mitre relata cómo la valentía y el compromiso de Strassera y Luis Moreno Ocampo (Peter Lanzani), junto a un joven equipo de colaboradores, lograron concretar una investigación y luego una condena que marcó un precedente mundial, en un momento complejo de la historia.
Coqueteando con el poder y la política, Mitre toma desde la ficción un hecho real que la mayoría de las nuevas generaciones no conocen en profundidad, pero no deja de ser menos importante y clave en nuestra historia.
- Cuando comenzaron la investigación, ¿volvieron a foja cero con la escritura del guion?
- La idea de la película la tenía hace mucho tiempo, y el Juicio era un hecho que me causó mucha admiración y que era merecedor de una película. Y después de hacer “La Cordillera” comenzamos a trabajar en unas primeras hipótesis narrativas, y nos dimos cuenta que había un límite entre lo que sabíamos y lo que podíamos escribir. E hicimos un proceso de investigación muy largo que fue relevador, que nos inspiró muchísimo y nos reveló un montón de cosas que enriquecieron la película. Fue muy interesante para mí trabajar sobre un hecho real.
- ¿Qué te sorprendió más de la investigación?
-Muchas cosas, pero hubo algo en relación a la dificultad con la que se realizó el juicio, de entender un poco el contexto de cómo era esa Argentina de 1985. Fue muy interesante, porque Strassera y toda la gente que estaba vinculada no creía que el juicio pudiera hacerse. Haber decidido enjuiciar a los militares que aún tenían muchísima fuerza, y pese al miedo, fue un gesto de valentía, pero lo convertía en algo riesgoso y eso fue admirable. Porque los propios jueces de la Cámara Federal decidieron llevar adelante el juicio. Y, por otro lado, lo que a mí me terminó de confirmar esa imagen fue cómo tuvieron que conformar el equipo. Porque la justicia quería y no quería. Había una especie de desconfianza y miedo.
- La recreación de la época la hacen con cierta mesura, ¿eso era una condición estética de la película?
-Era muy difícil ambientar una película en la década de los ‘80. Y no queríamos que una película “histórica” comiese la profundidad y la emotividad que tiene la historia. Fuimos muy cuidadosos con eso, para que los ‘80 no se te vinieran encima. Porque queríamos dar la sensación de estar adentro de lo que están sintiendo los personajes. Por eso recargar la ambientación no era lo que buscábamos. La recreación de la época fue enorme y difícil, pero estoy contento porque es muy fiel, sin ser recargado. Como que uno ve la época sin que se imponga una cuestión distractiva y exagerada. Eso fue un código que se trasladó a todo e incluso a las interpretaciones: Ricardo y Peter trabajan desde su propia humanidad y la conexión que generan con los personajes. Y la inclusión del humor también surge a partir de lo que conocimos de Strassera, como un hombre con un humor muy particular. Entonces aparecieron ciertos momentos de humor, que desarma la solemnidad de la historia, y sobre todo un hecho trágico como este.
- Otro logro de la película es el gran elenco que se formó, ¿lo pensaste de antemano cuando escribiste el guion?
- En general a mí me sirve pensar en un actor mientras voy escribiendo. Por supuesto que tenía en la cabeza a Ricardo y fue mi cómplice durante todo el proceso de la película. Y también en Peter, que me parece que tiene una precisión dramática y estoy orgulloso del trabajo que hizo. También pensaba en Alejandra Flechner, a quien conozco hace tiempo. Y hubo un grupo de actores a los que llegamos a través de un casting largo pero limitado por la pandemia, que hizo mi hermana Mariana Mitre. Después hubo actores que aparecieron en la recta final, pero fue una alegría enorme, como Carlos Portaluppi o Norman Briski, actores con los que no había trabajado antes pero tenía mucha admiración.