La exclusiva propiedad de Lionel Messi en Ibiza vuelve a ser noticia, esta vez por un acto de vandalismo perpetrado por activistas climáticos.
La mansión, ubicada en la lujosa zona de Cala Tarida, ha sido el refugio del astro argentino y su familia, pero también ahora el blanco de acciones directas por parte de un grupo que denuncia el impacto ambiental de las élites.
Una mansión de lujo en el corazón de Ibiza
Lionel Messi, después de disfrutar varias temporadas vacacionales en Ibiza, decidió invertir en una propiedad en la isla.
En 2022, adquirió una imponente casa en Cala Tarida, en el municipio de Sant Josep, por la suma de 11 millones de euros. La mansión cuenta con 568 metros cuadrados construidos y se asienta sobre un terreno de 16.000 metros cuadrados, brindando la privacidad necesaria para la familia del futbolista.
La casa está distribuida en una planta baja de 420 metros cuadrados, un sótano de 16,79 metros, y un anexo de 38,85 metros cuadrados.
Además, cuenta con una impresionante piscina de 92 metros que recorre la propiedad, y en el jardín, Messi instaló un arco de fútbol, perfecto para disfrutar con sus hijos, Thiago, Mateo y Ciro.
El problema legal que marcó el inicio de la polémica
Poco después de la compra, Messi y su familia comenzaron a disfrutar de su nueva adquisición. Sin embargo, la tranquilidad duró poco.
En mayo de 2022, el Ayuntamiento de Sant Josep detuvo una serie de obras que se estaban realizando en la propiedad debido a que no contaban con los permisos necesarios.
Entre las irregularidades se mencionaron movimientos de tierra, la creación de bancales, y cambios en la topografía del terreno, todo sin la debida autorización.
Estas obras sin permiso habían sido realizadas por un propietario anterior, lo que complicó la situación legal de la casa. El problema principal radicaba en que la propiedad no contaba con el certificado final de obra ni la cédula de habitabilidad, esenciales para obtener servicios básicos como agua y luz.
El vandalismo: una acción de protesta climática
La madrugada del 6 de agosto de 2024, la casa de Messi fue objeto de un acto de vandalismo por parte del colectivo Futuro Vegetal, un grupo de activistas climáticos que abogan por la justicia ambiental.
Los activistas ingresaron a la propiedad y pintaron el frente de la mansión, además de desplegar una pancarta que rezaba: “Help the Planet - Eat the Rich - Abolish the Police” (Ayuda al planeta, cómete un rico y abole la policía).
En un comunicado posterior, el grupo justificó su acción afirmando que el 1% más rico de la población mundial es responsable de una cantidad desproporcionada de las emisiones de carbono que agravan la crisis climática.
Según Futuro Vegetal, la mansión de Messi simboliza la desigualdad en la aplicación de las leyes ambientales, ya que la propiedad fue adquirida y reformada sin cumplir con todas las normativas locales.
Además, el portavoz del grupo, Bilbo Bassaterra, criticó duramente a las autoridades por permitir que figuras tan influyentes como Messi evadan las mismas restricciones que afectan a ciudadanos comunes.
“Esto no es más que otra muestra de cómo la ley no funciona igual para todas”, afirmó Bassaterra en declaraciones a la prensa.