Benito es hijo de Iván Noble y Julieta Ortega y está a punto de cumplir 19 años el próximo 12 de noviembre. El joven, al igual que sus padres, mantiene un bajo perfil pese a que es hijo, nieto y sobrino de grandes artistas y productores.
El cantante y la actriz protagonizaron una de las relaciones más resonantes del espectáculo en los 2000. Su historia de amor fue siempre seguida de cerca por los medios, que veían en ellos una pareja que combinaba dos mundos: el rock y la televisión.
Su relación tuvo momentos de gran exposición mediática, pero también supieron mantener su privacidad en medio de la vorágine del espectáculo. En 2005, la pareja dio la bienvenida a su hijo Benito, quien pasó a ser el centro de sus vidas.
El romance terminó en 2009, pero ambos siempre dejaron claro que su prioridad era la crianza compartida de Benito, por lo que hasta la actualidad mantienen una muy buena relación de familia, pese a que ellos no están juntos desde que su hijo tenía apenas 3 años.
Benito, el heredero de los Noble y Ortega
Lo que llama la atención en las redes de ambos artistas es que siempre han demostrado tener una excelente relación, más allá de que no estén juntos, y por el hijo que los une.
El niño creció y, al parecer, disfruta de ir al gimnasio y mantener su cuerpo tonificado. Al menos eso demuestran las fotos y videos que sus padres compartieron, rodeado de máquinas.
Su melena llena de rulos da señal que es el hijo de Noble y Ortega como así su mirada seria hacia el horizonte. “Hay un tipo que dice que es mi hijito”, escribió Iván en foto que subió a sus historias de Instagram, la misma que se llenó de corazones y halagos.
La anécdota de Iván Noble con su hijo
En 2022, el joven se llevó ocho materias y Noble lo ayudó a “hacer resúmenes” por lo que estuvo obligado a “leer marxismo y liberalismo”. Cuando al líder de Caballeros de la Quema le preguntaron si era el padre que se había imaginado ser, él no dudo en responder: “Creo que es lo que mejor hago. Pero, en realidad, eso es algo que tiene que decir él”.
Y luego continuó: “Yo tardé mucho en querer ser padre. Fui papá a los 37. Y yo diría que, hasta los 35, no era una urgencia ni mucho menos. Pero, cuando quise, casi inmediatamente me di cuenta de que iba a ser como el rol de mi vida donde más me iba a romper el traste. Creo que soy mejor padre que hijo, que lo que he sido como marido, que lo que soy como pareja...”.