A lo largo de los años, el nombre de “El Resplandor” ha perdurado en la historia del cine como una película icónica que dejó una huella imborrable en los espectadores.
El estreno de la película tuvo lugar en 1980 bajo la dirección del legendario cineasta Stanley Kubrick y se basó en la famosa novela del aclamado escritor Stephen King.
En medio de la trama se encontraba Danny Lloyd, quien hoy tiene 50 años, e interpretó a Danny Torrance, un niño de seis años hijo del protagonista, Jack Torrance (interpretado por Jack Nicholson).
La historia gira en torno a cómo la estancia de la familia en el enigmático hotel Overlook desencadena la transformación de Jack en un peligroso ser y pone en riesgo a su propia familia.
Después de 43 años desde el estreno de “El Resplandor”, es natural que muchas personas se pregunten qué fue de la vida de este joven actor.
Sin embargo, la realidad es que Danny Lloyd se alejó por completo del mundo de la actuación. En muy pocas ocasiones ha concedido entrevistas a lo largo de estos años y ha revelado que, a medida que fue creciendo, la actuación se volvió aburrida para él.
A qué se dedica Danny Lloyd en la actualidad
En la actualidad, Lloyd se dedica a una carrera completamente diferente. Trabaja como profesor universitario de biología en la Universidad de Kentucky, en Estados Unidos.
Durante su proceso de crecimiento, tuvo que trabajar en una granja para poder costear sus estudios universitarios. En una entrevista concedida al Daily News en 2013, Lloyd afirmó: “Una vida en Hollywood, de todos modos, probablemente no hubiera sido para mí”.
A pesar de su larga ausencia en el mundo del cine, Lloyd tuvo un breve regreso en 2019 con su participación en la película “Doctor Sueño” (“Doctor Sleep”), una secuela de la novela de “El Resplandor” que narra la vida adulta de Danny Torrance.
Esta aparición sorprendió a muchos fanáticos de la película original, quienes quedaron fascinados al ver cómo el niño de antes había crecido y retomado su vínculo con el mundo cinematográfico.
La historia de Danny Lloyd es un ejemplo de cómo la infancia en el mundo del cine puede llevar a caminos inesperados en la vida adulta.