Con la ficción nacional definitivamente por el suelo y la grilla de los canales de aire hegemonizada por las latas turcas, este año la televisión argentina siguió navegando por su único destino posible: los reality shows. Fue al principio de la pandemia que este formato vivió quizás su esplendor: un esplendor que no cesa.
Los realities y, sobre todo, “Gran Hermano”
Con “MasterChef Celebrity 3″ (Telefe), “El hotel de los famosos” (Eltrece), “La Voz Argentina” (Telefe) y la reciente explosión de “Gran Hermano” (Telefe), este formato vive una era dorada.
“Gran Hermano”, de hecho, logró lo que parecía imposible: que un programa televisivo volviera a promediar por encima de los 20 puntos de rating, marcar la agenda en las redes, en los otros programas de entretenimiento y también en la calle.
Los participantes, y una edición picante que sabe encontrar una bomba polémica todas las semanas, han hecho que estas últimas semanas del año la televisión sea de vuelta la protagonista. Sí, como en los viejos tiempos.
Las transmisiones de las galas, sin ir más lejos, han obligado a que millones volvieran, desde el estreno el pasado 17 de octubre, a la tensión del minuto a minuto, al timing marcado por los suspensos de Santiago del Moro y las tandas comerciales que los usuarios más jóvenes ya no soportan.
Por esto mismo es que, en las transmisiones por streaming, la producción opta por que comentaristas al estilo Twitch rellenen esos huecos de fastidio para los centennials.
Mirtha Legrand regresó
También hubo momentos emocionantes: Mirtha Legrand, la diva indiscutida, volvió de manera oficial a su programa el 17 de septiembre. En el medio vivió una pandemia, internaciones, pérdidas muy dolorosas en su vida afectiva y más.
Este formato híbrido, en el que alterna con su nieta Juana Viale los almuerzos y las cenas, le dio la oportunidad de volver a conectarse con su público y mantener la mente despierta trabajando, tal como le recomendó en su momento Facundo Manes y contó en el regreso (rápidamente olvidado) de los Martín Fierro.
En materia de rating, las cenas siguieron midiéndose con “PH”, sin que ninguno ganara definitivamente.
Los fracasos que hay que apuntar
También hay que hablar de fracasos. Las caritas tristes de este 2022 van a “¿Quién es la máscara?” y “Canta conmigo ahora”.
Ambos se midieron en competencia directa, pero ninguno tuvo cifras convincentes en el rating. En el primer caso, Telefe se sorprendió de que este país fuera el único en el que no haya funcionado este formato.
Las particularidades de una Natalia Oreiro sin carisma para conducir, más un juego centrado sobre todo en los adivinadores (con el ego supremo de Wanda Nara en el centro) más que en el personaje del día quizás explican el fracaso.
En el segundo caso, se trata más bien de una tendencia: la incapacidad de Marcelo Tinelli para detectar lo que la gente quiere ver y renovarse a sí mismo quedó confirmada.