Carola Reyna llega este jueves a Mendoza con un profundo unipersonal. Basado en el libro de la escritora Mori Ponsowy, la consagrada actriz presenta “Okasan, diario de viaje de una madre” en el Teatro Independencia, este jueves 20 de junio a las 21 horas. Las entradas están a la venta a través de EntradaWeb o en la boletería del teatro.
Es el primer unipersonal de Carola Reyna y no puede esconder la emoción de venir a Mendoza con esta obra que “está recién salida del horno”, estrenada el 3 de junio. La actriz revela que le encanta la provincia y enumera algunas de las veces que nos visitó, incluida la vez que pasó por acá con su pareja, Boy Olmi, en una travesía por el país en un divino motorhome.
Podríamos estar horas hablando de las bondades de los paisajes mendocinos, pero lo que nos importa, ahora, es esta maravillosa historia que nos viene a contar Carola. Una historia que habla de una mamá que viaja a Japón para ver a su único hijo, pero ese viaje va a ser un antes y un después en su vida. Un viaje lleno de quiebres, primeras veces y cambios.
“Es una excusa perfecta para hablar de todo, a partir de la maternidad, y a partir de la distancia del viaje del hijo. Es una obra que trata de la vida, que trata de todo, de lo inevitable, del amor, del paso del tiempo, de los vínculos”, resume Carola sobre “Okusan”.
Si bien la historia nos lleva en un viaje imaginario a Japón, Reyna nos explica que tiene mucho de metafórico. Uno puede vivir Japón en su propia casa. “No hace falta que un hijo se vaya para sentir que algo cambió”, sintetiza la actriz y comienza a enumerar todas esas pequeñas cosas que, para alguien que sabe lo que es maternar, son un montón.
Los bebés que dejan de serlo y empiezan a ir al jardín, ese despegue de estar casi sin espacio en casa a encontrarnos solas, con los niños creciendo. El Japón de una madre. Pero saliendo del tema de los hijos y los padres, ese Japón se puede trasladar a cualquier vínculo, a cualquier etapa de la vida de una persona que termina y da paso a algo nuevo, a un nuevo vínculo y un nuevo acto de reconocerse a uno mismo.
Como madre y actriz, nos interesaba saber cómo fue el feedback con la obra misma. Si es más lo que el texto le dejó como enseñanza, en cuento a descubrir cosas de su propia historia, o si sus propias experiencias le dieron más realismo a la obra. Al respecto, Carola nos cuenta sobre lo mágico de la historia, cómo llegó a sus manos y que, pese a todos los puntos de coincidencias, ella se corre de su propia historia y puede contarnos un cuento, con otro traje.
Y es que Carola Reyna tiene a un hijo viviendo en el exterior. Por eso, una amiga que también pasa por lo mismo, le regaló el libro de Ponsowy. En ese sentido, la actriz asegura que “aporto mi corazón, le aporto mi experiencia, le aporto algo por lo que sigo pasando”, pero a su vez la obra le permitió tomar distancia de su propia historia. “Ahora estoy representando a otra madre, es otro hijo y te la cuento como quien cuenta un cuento. Está buenísimo porque descanso de mi propia historia”, revela la actriz.
Carola Reyna es sinónimo de teatro y televisión. Su impecable trayectoria la hizo contar muchas historias a lo largo de su vida. Y en el teatro encontró un espacio curativo, de sanación. “Es inevitablemente un lugar de encuentro con uno, y eso es lo que más les gusta a los actores, pero también es un encuentro con el otro, porque sin otro no hay teatro. Es puro presente el teatro. Es momento, palabra, palabra y situación. No hay ‘corte, va de vuelta’. Es un gran maestro el teatro, porque lo que sucede ahí es bárbaro, fantástico”.
Hoy, las cosas son más efectistas. La espectacularidad le gana espacio al relato, a la imaginación y, para alguien que sabe contar historias, es tristísimo. “Estamos todos en esa trampa, estamos todos saturados, pasando rápido un video en Instagram porque no tenemos paciencia ni para ver un video de 3 minutos, por eso está buenísimo cuando uno se permite apagar el celular o escuchar un disco entero, o salir a caminar y mirar los árboles. Yo creo que estamos sobreestimulados, sobreexigidos, y esta obra, en particular, hace que pares un poquito. No es una obra que te va a deslumbrar por los decorados o los bailarines, sino que va por otro lado y te va a movilizar, te va a hacer viajar con la imaginación”.
Una propuesta tentadora, un regalo para los sentidos. Así se presenta esta “Okusan, diario de viaje de una madre”, la obra que trae a Carola Reyna en su primer unipersonal. Una obra exquisita que moviliza y usa a la maternidad como excusa para hablar de cambios, de búsquedas personales.