Emilia Mernes es una de las artistas más reconocidas y populares de la música local. La novia de Duki, con su estilo único, su voz y baile ha cautivado a sus millones de seguidores en redes sociales como Instagram y Tik Tok que la hacen virales en cada una de sus publicaciones.
Ubicada en Buenos Aires, la casa de Emilia es un reflejo de su personalidad combinada con la de Duki. Con una paleta de colores suaves y muebles de madera, su living se convierte en una mezcla de comodidad y creatividad.
Entre los mencionados muebles de madera, hay una larga mesa acompañada de muchas sillas en el centro del living, en la que más de una vez se habrán compartido reuniones con sus amigos más íntimos.
En otro de los rincones, se sitúa una gran estantería que está pegada a una de las paredes. Allí, la nacida en Entre Ríos y Duki mezclan tanto objetos personales como libros o bien, los reconocimientos y premios que les están comenzando a llover por sus labores.
El sillón principal es acolchonado, beige y es el lugar perfecto para relajarse después de los días agitados que tiene la ex vocalista de Rombai. Grandes ventanales permiten la entrada de la luz natural, pero con la posibilidad regularla con las cortinas.
Así es el hogar de Emilia en su pueblo
La cantante nació el 29 de octubre de 1996, en Nogoyá. La ciudad entrerriana, que posee poco más de 25 mil habitantes, está a cuatro horas de Ciudad de Buenos Aires. A este sitio, Emilia Mernes volvió en el inicio de la pandemia para estar con su familia y ahí se pudo conocer un poco más de su hogar.
“Ha sido todo un desafío para mí. Fue como volver a ser la Emi de antes. Es muy loco pero la verdad es que estoy muy feliz de poder estar en mi casa. Siempre agradezco que la pandemia me pudo agarrar acá en Nogoyá y no estando sola allá en Miami. Hubiera sido muy complicado”.
Si bien Emilia resguarda su vida privada y la de su familia, hubo fotos donde se destaca la amplia vegetación, con adornos, espacios luminosos y una habitación que de seguro fue el lugar de noches de sueños cumplidos. Además, tiene espacio de sobra para jugar con sus mascotas y para compartir los productos de la panadería que atiende su familia hace décadas.
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