¿Bach y Nina Simone? ¿Piazzolla y Radiohead? ¿Existen las fronteras entre los géneros? Y también: ¿Existen las fronteras entre los instrumentos musicales?
El Dúo Stick & Bow, que llega de Canadá y da su primer concierto en Mendoza mañana jueves, llena de interrogantes al público.
Es que, como podremos escuchar en la Nave UNCuyo, es una propuesta singular. Está compuesto por dos instrumentos en apariencia disímiles como lo son el chelo, a cargo del mendocino radicado en Canadá Juan Sebastián Delgado, y la marimba, que toca la canadiense Krystina Marcoux. Y aún así, funcionan en total sintonía, cartografiando músicas sin ningún tipo de prejuicios. La música abierta a explorarse sin límites.
El concierto que traen esta noche cuenta con un concepto base: el de las “resonancias” que hay entre distintos artistas. Ese trasfondo de influencias, muchas veces secretas, que circulan entre músicos de distintas épocas y estilos, pero que a veces emerge para unirlos. Por ejemplo, mostrarán cómo Bach puede estar escondido en piezas de Piazzolla, Gershwin o Nina Simone, de quienes interpretarán arreglos.
“Tratamos de mostrar la variedad enorme de repertorio que es posible hacer con el dúo. Así la gente nos descubre y la próxima vez que vengamos podemos hacer cosas más especializadas”, nos dice Krystina, quien se vio con el reto de encontrar una marimba en Mendoza para poder tocar. De las dos existentes, lograron que la Escuela de Música de la UNCuyo les prestara la suya y lo agradecen.
“Una de las particularidades de la marimba como instrumento de percusión es que es un instrumento de placas, de madera, a diferencia de un vibráfono. Eso hace que, naturalmente, con un instrumento de madera de cuerda frotada como lo es el chelo haya una unificación a nivel sonoro súper interesante”, sostiene Delgado.
Y aclara: “Naturalmente, nuestros instrumentos son muy distintos, pero a la vez muy complementarios, como va a ver la gente el jueves”.
Acota Krystina: “Son sonoridades muy distintas, pero al igual que lo es un piano y un chelo. La marimba tiene un poder, gracias a las placas, y Juanchi tiene el lirismo. Entre los dos podemos jugar con eso a través de los arreglos”.
El dúo propició una sinergia particular, que el mendocino explica así: “Siempre nos estamos pasando las líneas. Cuando uno ‘canta’ el otro está haciendo efectos interesantes que complementan el texto musical. Desde ese punto de vista, los dos instrumentos se complementan muy bien. Hemos intentado de explotar esto al máximo a partir de arreglos, porque al ser una formación atípica el repertorio original es muy limitado. Eso nos obligó a arreglar obras existentes y a comisionar obras nuevas a compositores. En este proceso creativo, hemos aprendido a explorar nuestros propios instrumentos desde otra óptica, no desde la forma convencional en que se los escucha. A los dos nos gusta mucho la música contemporánea”.
De hecho, los compositores siempre les dicen que es una combinación interesante y excitante para escribir. “En los últimos años, hemos tenido la gran fortuna de colaborar con un montón de compositores nuevos, incluyendo argentinos”, dice Krystina sobre esos contactos con compositores como Luis Naon o Gustavo Beytelmann (quien fue pianista de Piazzolla en los ‘70 y con quien grabaron su último disco).
Una de esas piezas es del canadiense Jason Noble y está inspirada en el folclore de Terranova (isla de ese país), que conjuga gran variedad de efectos sonoros, ritmos célticos y que siempre es la más aplaudida. De hecho, hace pocos días tocaron por primera vez en Buenos Aires, en La Scala de San Telmo, y les pidieron que la bisaran.
-¿Cómo empezó el proyecto?
-Krystina: Empezó de hecho hace muchos años, cuando comisionamos nuestra primera obra, que era un trío para chelo-percusión y violín. Era música teatral, era la voz de los instrumentos la que daba la narración. Pero esa obra duraba 40 minutos, y para hacer un concierto entero necesitábamos más música. Descubrimos una pieza para marimba y chelo, escrita originalmente para estos instrumentos por el gran compositor argentino Osvaldo Golijov, que se llama “Mariel”. Eso fue un primer encuentro con este dúo tan particular. Después pasaron muchos años. Cuando yo vivía en Francia y Juan Sebastián vivía en Montréal, nos veíamos de vez en cuando y explorábamos el repertorio, pero nada muy serio. Después, en 2018, la Biennale Musiques en Scène de Lyon nos pidió un nuevo show de marimba y chelo. Ahí fue cuando nos tuvimos que sentar seriamente para formar un repertorio. Así realmente arrancó el proceso creativo, más allá de la exploración. Fue la mezcla de varios años de explorar juntos y después este primer concierto, que todo se nos abrió a futuro.
-¿Cómo se definirían mutuamente?
-Krystina: Juan Sebastián es un músico bastante desarrollado al nivel de escuchar, de explorar y de tratar de ir más allá. Gracias al dúo hemos redescubierto nuestros instrumentos. Mucho gracias a eso, esa exploración en la que él se enfoca. Muchas veces, las ideas en la marimba me las sugiere él.
-Juan Sebastián: La marimba, al ser un instrumento de percusión, me genera dos cosas como cuerdista: uno, ser muy preciso a nivel rítmico, porque quienes tocamos estos instrumentos con el arco entramos lentamente en el sonido, no lo producimos de una. Después, ella se ha especializado mucho en la relación de la música con el teatro, por lo que nosotros tratamos siempre de incorporar una historia, una narrativa, un aspecto extra-musical. Por eso siempre investigamos, pensamos quiénes son los compositores y sus historias. Eso viene de la fuerza teatral y narrativa que trae Krystina.
La ficha
Dúo Stick & Bow
Krystina Marcoux (marimba) y Juan Sebastián Delgado (chelo)
Fecha y hora: Jueves 15 de diciembre, a las 20
Lugar: Sala Azul de la Nave UNCuyo (España y Maza, Ciudad)
Entrada: $1000, desde las 18 en boletería o a través de entradaweb.com.