Atrás quedó la creencia de que los galanes solo son actores carilindos: muchos se han empeñado en demostrar el talento que yace detrás del “sex symbol”. Entre ellos, Gonzalo Heredia tiene un lugar especial.
Artista todoterreno, en sus jóvenes 41 años ha probado de todo, desde la televisión a las páginas de un libro escrito por él. Y, como si fuera poco, desde hace un tiempo le dijo que sí a un doble desafío: escribir una obra de teatro e interpretar su propio texto.
Es lo que hace por estos días en “Cómo provocar un incendio”, pieza teatral con guion suyo que se ve en Buenos Aires, con excelente convocatoria, y que le resultó una experiencia transformadora.
“Lo que pasó con esto es una primera experiencia, nunca escribí una obra de teatro y en ese sentido, lo que me está pasando ahora es disfrutar todos los días desde que empecé a escribir hasta ahora que vamos a hacer la cuarta, quinta función... Fue un proceso muy largo”, dijo en entrevista con diario Clarín.
Sobre el nacimiento de esta obra reveló: “Al principio estás con la soledad del que combate con las palabras, en esa soledad en la que nadie espera lo que estás escribiendo, no lo esperan, no lo saben, no lo necesitan tampoco. Entonces sos vos con esa convicción frente a una computadora, intentando contar algo en lo que creés solamente vos en el mundo. Y eso muchas veces es muy difícil”.
Respecto al guion de esta obra en particular contó: “Lo escribí en un año y medio, fue bastante móvil porque estábamos en la gira de Desnudos y la he escrito en los hoteles, por ejemplo cuando todos se iban a pasear, yo me encerraba en el hotel a escribir lo que ya se había transformado en una obra de teatro”.
-¿De qué se trata la obra?
-Es una historia muy generacional, tiene un abanico multigeneracional, porque el primer acto son dos parejas que se juntan a finales de los ‘80 con sus hijos, que están adentro de la casa y se los escucha jugar, mientras sus padres hablan de amor, del futuro, los sueños, los anhelos. Y 30 años después, esos hijos que estaban juntando en el fondo, se juntan en el mismo quincho con sus hijos, entonces hay como una historia multigeneracional que creo que es muy argentino eso. Y el público se siente muy identificado con la historia.
-¿Qué diferencia ves entre las familias de antes y las de ahora?
-La obra habla de eso, de las dos formas de crianza en dos contextos. Argentina, finales de los ‘80 tenía otro contexto social y económico, yo lo viví siendo chico, me acuerdo las charlas de mis papás con otros matrimonios. Todo eso, de una forma u otra, lo repetimos ahora. Me junto con parejas amigas en casa y con los chicos de fondo hablamos más o menos de lo mismo. Pero la diferencia es que nosotros fuimos criados por una generación en la que no se decían las cosas, las cosas se callaban, se guardaban las apariencias.
-¿Y sentís que ahora no?
-Los que estamos en el medio, esta generación de 30-50 años, venimos a romper con eso y a criar una generación hipercomunicada. Y creo que es el desafío que tenemos nosotros por delante.
-¿Ahora que sos padre te ves reflejado en cosas que te decían tus papás?
-Todo el tiempo, por eso escribí la obra. Aparte también en el sentido de decir “no quiero serlo”, me juré no serlo. Creo que tengo más estilo que mi papá cagando a pedos a mis hijos y no, sos lo mismo, decís las mismas cosas, uno cree que puede evadir esa herencia y eso de lo que hablamos acá. Aunque vos creas que tenés más estilo, que tenés la mente más abierta o creas que sos más progre y cómplice con tus hijos, no, estás parado en el mismo lugar. Antes, Eloy (12) me miraba con admiración y ahora soy un idiota básicamente, no puedo hablar, no puedo opinar, no puedo nada, cualquier cosa de lo que digo le parezco un idiota. Hay algo de las etapas que yo ya las viví y ahora las estoy viviendo del otro lado básicamente. Cada vez que me veo con mi viejo y hablamos sobre esto me dice: “¿Viste? No quiero decir ‘te lo dije’”. Y sí, tiene razón.
Sobre su rol de galán
Antes de ser escritor, el actor se ganó un lugar en el mundo del espectáculo al participar de famosas telenovelas como “Socias”, “Valientes”, “Malparida”, “Los Únicos” y “Argentina, tierra de amor y venganza”. En estas entregas siempre interpretó a personajes asociados a la figura de galán, clásica de este tipo de programas.
Sobre si le costó correrse de ese lugar para avanzar en su carrera profesional, Heredia respondió: “A mí me sigue gustando que me digan galán”.
“Cuando empecé a tener más popularidad, este boom, ser tapa de revista, estar en las encuestas de quién es el más sexy, yo empezaba y empecé a tener cierta cercanía con lo popular. Se empezó a construir eso y era muy útil a la industria para lo que yo estaba haciendo en ese momento, trabajar en Polka haciendo novelas, haciendo personaje de galán, le era funcional a eso. En esa funcionalidad uno tenía que dar lo que esperaban de uno”, recordó.
Aunque con el tiempo eso cambió, según explicó el escritor: “Después empezó a pasar que las aguas se calmaron y uno se queda intentando sostener algo que es ridículo. En ese momento sí me tomaba muy en serio a mi actor, decía: ‘Tengo que hacer algo que me dé prestigio, puedo hacer de lindo, pero también puedo hacer otras cosas’”.
“Tenía toda esa boludez en la cabeza que les suele pasar a las personas que empiezan por algo más estético, yo pasé por ahí”, explicó respecto a los prejuicios.
-¿Cuándo hiciste el click y lo empezaste a disfrutar?
-Cuando me di cuenta de que eso era un overall que me podía poner y sacar cuando tuviera ganas, que también era redituable económicamente para mí, me di cuenta de esa funcionalidad y empecé a romper eso. Y después empezar en las redes sociales a reírme de ese personaje público y ahí fue cuando se despegó.
-¿Cómo?
-De hecho, cuando publiqué la novela “Construcción de la mentira”, ahí me di cuenta de que eso ya no estaba más en mí. Si yo hubiese seguido tomándome en serio, no hubiese podido escribirla. Me he reído mucho escribiendo esa novela, tiene una mirada irónica y ácida del mundo del espectáculo, de la imagen, de cuánto uno se toma en serio a sí mismo. Creo que a partir de ahí ya hubo un cambio. Y tiene mucho que ver con las redes sociales, el mismo lenguaje que uso en Twitter lo uso en esa novela. Tiene un tono muy parecido.
-¿Te llamaron para participar de “ATAV 2″?
-Me habían dicho en su momento, si había posibilidad, pero a mí hacer televisión me implica mucho tiempo, ya estoy grande, es muy cansador. Estás 10-12 horas, ya tengo a mi familia, dos hijos, ya pasan otras cosas.
-¿Entonces por ahora no tenés planeado volver a la televisión?
-Sí, de hecho ya empecé a grabar una especie de thriller, para una plataforma, para Flow, que nunca había hecho nada. Son ocho capítulos, se llama “El sabor del silencio”, lo empezamos a grabar ahora. Es un chef con un restaurante muy exclusivo hasta que tiene una situación muy puntual y la serie hace hincapié en la justicia por mano propia. Me gusta que es corto y que nunca había trabajado para una plataforma.