Decir “Drácula” es decir Cibrián – Mahler. Es decir un fenómeno y un capítulo fundamental del teatro y el género musical en la Argentina. Desde su estreno en 1991, en el mítico Estadio Luna Park, fue todo un acontecimiento, que el público y el tiempo lo transformó en mito.
Y en 2022, el musical volvió a la escena con la idea de una despedida. Fue así que luego de llenar el Luna Park, el Movistar Arena y una exitosa temporada en Mar del Plata, comenzó su gira nacional y Mendoza era una parada obligada.
Por primera vez en su historia, “Drácula, el musical” se presenta en el teatro Mendoza con funciones agotadas. El pasado jueves 1 de junio, comenzó la serie de tres presentaciones (viernes 2 y sábado 3 de junio), y rompió la taquilla local, como parte de ese fenómeno del que los mendocinos no quieren perderse.
A sala llena, la obra interpretada por parte de su elenco original, con dirección de Pepe Cibrián y música de Ángel Mahler, volvió a hacer historia en nuestra provincia y el público local no quiso perderse la última oportunidad de ver el gran musical argentino. Adultos, jóvenes, pequeños con sus abuelos, una platea de lo más diversa fue parte del ritual en el teatro de la calle San Juan.
“Drácula”, la obra que resiste al paso del tiempo
Con un Juan Rodó impecable e inoxidable, dándole vida a Drácula (tal vez el personaje más emblemático de su camino artístico), el musical marcó un hito por varias razones.
Primero, el libro, las coreografías y la dirección original de Pepe Cibrián, que son el punto fundamental que permite que una obra extensa tenga un dinamismo y atracción como pocas.
Claro que la emocionalidad que genera la música de Ángel Malher, tanto por su orquestación como por las letras, logran la simbiosis justa para una gran producción.
Pero en esta reposición de la versión original, Hernán Kuttel le dio una frescura necesaria, para que este regreso con sabor a despedida sea aún más impactante.
Con un elenco renovado, con Rodó a la cabeza, actuaron Laura Silva, Pehuen Naranjo (Van Helsing), Karina Levine (La Condesa), todos del elenco original. Se suma la solidez interpretativa y la solidez de Josefina Scaglione en el papel de Lucy, y Flor Regina encarnando a Mina Murray, en reemplazo de Cecilia Milone.
Con más de cincuenta artistas en escena, cada uno de los bailarines y cantantes están a la medida justa de la historia y el musical. Para interpretar “Drácula” no solo se necesita técnica, sino una solidez y compromiso que se traduce en el tiempo justo en escena, un trabajo vocal sin fisuras y demostrar esa entrega y pasión que el propio guion requiere.
El diseño de luces, la escenografía y el inolvidable vestuario hacen que el musical sea un verdadero fenómeno. Pocas veces se vio en el teatro argentino una producción de tal magnitud, que sigue impactando con el paso de los años.
Más de uno abrió los ojos encandilado y se emocionó en varios pasajes de la obra, con la exquisitez de vestuario y ese viaje de época que Cibrián buscó y encontró a la perfección, en esta adaptación del texto de Bram Stoker.
“Drácula, el musical” se despide. Y en Mendoza dejó tres merecidas funciones agotadas, con fanáticos que volvieron a verla y cantaron sus canciones atornillados a las butacas. Otros miraron atónitos el despliegue escénico y la entrega de los artistas. Sin dudas, es el musical argentino por excelencia, que en pleno siglo XXI no deja de maravillar.
“Drácula, el musical. La despedida”
Función: jueves 1 de junio. Repite 2 y 3 de junio.
Lugar: Teatro Mendoza.
Entradas agotadas.
