“Es una noche especial, no te la vas a perder, toca el corazón, de Patricio Rey”, cantaban efusivos los ricoteros que fueron hasta el Arena Maipú para disfrutar del recital de Skay Beilinson.
Fue una noche donde “El Flaco”, junto a Los Fakires, volvió a emocionar con su rock más puro y con esos riffs, que su otrora socio (el “Indio” Solari) los bautizó como los mejores del rock nacional.
Sus 70 años no se notaron arriba del escenario porque su recital fue en permanente crecimiento y terminó con una fuerza de un pibe de 20 años.
“Luna en Fez” fue el tema elegido para abrir el recital que duró hasta pasada la medianoche porque el intervalo habitual duró más de lo esperado por “un problemita técnico”, dijo Skay en la vuelta.
La lista elegida para su vuelta a Mendoza después de siete años tuvo un recorrido por varios de sus discos y tuvo estrenos.
En la primera parte del show sonaron varios temas de “¿Dónde vas?” (2010) como “Aves migratorias”, “Aplausos en el Cosmos”, “En el camino”, también pasó “Ángeles caídos”, “Chico Bomba”, “El ojo testigo”, “Corre, corre, corre” y se cerró con “Ji ji ji” y ese pogo interminable.
En la segunda parte la temperatura subió y llegó el turno de los temas de los primeros discos del “Flaco” con Los Fakires. De “Talismán” (2004) eligió “¿Dónde estás?”, “Dragones” y “Flores secas”.
De “La marca de Caín” (2007) sonó “Tal vez mañana” y “El fantasma del quinto piso” y también apareció un estreno como “La trama invisible” que salió a la cancha en enero de este año.
Pero el momento de locura llegó con el set ricotero que comenzó con “Criminal Mambo” y después le voló la cabeza a los ricoteros cuando hizo un mashup con “El pibe de los Astilleros” y “Nuestro amo juega al esclavo”.
La primera despedida fue con uno de los himnos de Skay: “Oda a la sin nombre”, pero eso dejó más manijas a los manijas y nadie se movió del Arena Maipú y “presionó” para que la banda salga de nuevo y regale un trío de ensueño.
“Lejos de casa”, “Todo un palo” y “El Golem de La Paternal” sirvieron para despedir a Skay de Mendoza y pedirle a Patricio Rey que su próxima visita no demore otros siete años.
