Esta noche, se vivió el último congelados de Gran Hermano, en el que los participantes reciben la inesperada visita de un ser querido. En esta oportunidad, le tocó el turno a Darío quien fue sorprendido con el reencuentro de sus hijos.
Luego de más de un mes de aislamiento, el platense volvió a ver a sus hijos, Francisco y Victoria, cuyo ingreso lo emocionó hasta las lágrimas.
El emotivo ingreso de los hijos de Darío a Gran Hermano
Este lunes, ingresó el último congelados a Gran Hermano que sorprendió a todos en la casa. Tras un mes de haber entrado al certamen, Darío primero recibió la visita de Francisco, su hijo quien lo abrazó y lloró con él en absoluta quietud y silencio.
El joven expresó el orgullo que tiene por su padre al verlo en la casa más famosa y le dijo unas tiernas palabras que hizo que el platense estallara en llanto. “Este tipo estuvo ayudando a su familia toda su vida y ahora está disfrutando su momento”, expresó.
Minutos después, ingresó su hija Victoria, quien le dio un fuerte abrazo a su papá y le expresó todo su amor. “Estoy orgullosa que, después de todo lo que hiciste por nosotros, ahora estes acá haciendo algo por vos”, expresó.
Luego de vivir uno de los congelados más emotivos, Darío rompió en llanto y se mostró muy emocionado por el reencuentro de sus hijos. Además, contó una anécdota muy dura de su vida y se quebró al recordar. “Cuando era chico, mis papás se separaron y yo me puse a laburar de chico para ayudar a mi mamá, para que mis hermanos estudiaran”, contó entre lágrimas.
El participante recibió consuelo y cariño por parte de sus compañeros, quienes también se mostraron muy emocionados con la visita tan especial que recibió el platense.