Esta semana, se vivieron grandes cambios en Gran Hermano tras la eliminación de Coti que dejó a toda la casa más dividida que nunca. Este lunes, nuevamente sonó el teléfono rojo y cambió por completo el rumbo del juego.
Un participante atendió el teléfono y recibió múltiples beneficios que impactarán en la placa de nominados, sin embargo, no fueron tan secretos o estratégicos como lo esperaba.
Nicolás atendió el teléfono rojo y recibió un beneficio muy diferente a lo que fue
Este martes, sonó nuevamente el teléfono rojo y genéro grandes cambios en la casa. Esta vez, Nicolás atendió el llamado y recibió tres beneficios muy importantes: disfrutar de un asado con otros dos jugadores; subir a alguien a placa y poder complotar con sus compañeros.
El participante eligió a Martín y a Bautista para pasar la cena y juntos idearon un complot para decidir a quien subir a placa. Al ser Bautista el líder, la estrategia del grupo pudo resultar exitosa, si no fuera por el hecho de que el resto de la casa escuchó toda la conversación.
Con este beneficio, los jugadores confesaron que complotarían contra Manzana y Darío en esta próxima gala. “Vamos a la guerra con Manzana. Que esa subida se note bien”, expresó Martín. Los jugadores quedaron expuestos frente a sus compañeros quienes se mostraron indignados y los acusaron de ser falsos.
Al descubrir sus estrategias pasadas y próximos movimientos, toda la casa se puso en contra de los “Bros”, pero los concursantes decidieron fingir que no escucharon nada. A partir de este día, los hermanitos podrán idear una estrategia con toda la información que obtuvieron, pero teniendo mucha precaución de no caer en el complot.
El beneficio de esta noche generó más divisiones entre los participantes y, al quedar en descubierto todos los secretos de los “Bros”, el juego cambiará de rumbo para siempre.