Ya está en los cines “Oppenheimer”, la película dirigida por Christopher Nolan (”Memento”, “Interestelar”, “Dunkerque”) basada en la vida del físico J. Robert Oppenheimer, conocido popularmente como el “padre” de la bomba atómica. Más allá de los elogios de la crítica y el buen recibimiento del público, una referencia llamó la atención de los argentinos.
San Martín aparece en “Oppenheimer” (2023)
Quienes ya vieron “Oppenheimer” en los cines quedaron sorprendidos con el cameo del General Don José de San Martín, el Libertador de América, en una escena de la película.
San Martín aparece en un retrato -de autoría anónima de 1829- que está ubicado en la oficina del presidente Harry S. Truman, interpretado por el actor Gary Oldman. En el fotograma se aprecia charlando al mandatario con el propio Oppenheimer, encarnado por Cillian Murphy. Truman justamente fue quien ordenó en 1945 que las bombas atómicas fueran arrojadas en los territorios japoneses de Hiroshima y Nagasaki.
Sin ampliar en detalles para no arruinar la experiencia de aquellos espectadores que todavía no ven el filme, la reunión entre Truman y Oppenheimer es uno de los momentos más intensos en la narrativa y mejor logrados.
La conexión de Truman y San Martín es conocida. El expresidente de EE.UU. admiraba profundamente a quien fuera gobernador de Cuyo y lo consideraba la gran figura de la liberación de las naciones americanas. En el salón oval de la Casa Blanca tenía una pintura al óleo dedicada a San Martín, tal como se plasmó en el filme de Nolan. Una réplica se puede ver en la biblioteca ubicada en Kansas.
Un reporte publicado por Clarín en aquella época indicaba que fue el embajador argentino Oscar Ivanissevich -ya bajo el gobierno de Juan Domingo Perón en 1948- quien le regaló a Truman el óleo de San Martín.
Como era de esperarse, la aparición de San Martín en la película de Nolan generó un fenómeno viral, festejando la nueva “conquista” de Argentina en productos de tanta masividad global.
Esto, por supuesto, se suma al furor en las redes por “Barbenheimer”, el término con el que se bautizó al duelo entre “Barbie” y “Oppenheimer”, ambas estrenadas en el mismo día y con estilos drásticamente diferentes.