“Es injusto ser famoso y que te inviten a un recital 3 horas antes y caer ahí con glitter tipo fan, así que mínimamente quiero ir a ver a Taylor con alguna verdadera swiftie desamparada. Cómo hacemos? Tengo una entrada”. Con este tuit, Jimena Barón se puso la diez y decidió llevar a una fan de Taylor, y cumplirle el sueño de ver a su ídola.
En sus stories de Instagram, Jimena fue contando el minuto a minuto de esta historia que incluyó una prueba de veracidad porque no le creían que fuera ella. “Aparece Agus de Córdoba a decirme que había una chica en el planetario vendiendo pulseritas para juntar plata pero que no logró tener entrada” escribió La Cobra mientras mostraba capturas de la charla con Agustina.
La chica se llama Mia y la preocupación es la edad de la swiftie. “Yo flasheando cancelación por perder a la nena en el estadio ok” escribió Jimena con el humor que la caracteriza. La chica cordobesa le termina pasando el teléfono y Jimena hace todo lo que ser de bien haría, le manda un whatsapp.
“Hola Mia. Soy la Cobra. Querés venir a ver Taylor conmigo?”. Listo, ahora a esperar que la magia suceda. Pero no hay respuesta y Jimena se empieza a preocupar. La chica cordobesa que fue la artifíce de este encuentro le pide 10 minutos para ir al planetario y encontrarla. Se va. Vuelve. “Tenía el celular en la mochila”, le cuenta a Jimena y le confiesa que Mia no lo puede creer.
Como es lógico, fan y madre desconfían. Jimena les manda un video para que vean que sí es ella y la madre acepta. Para pasarla a buscar, Jimena Barón les da la descripción del auto, que es una fatalidad. Se lo ganó en un programa de Guido y nunca lo lavó, en años. “Mi auto es negro y está absolutamente cagado por palomas”, le explica Jimena.
El resto de la conversación es entre Jimena y Agus, quien con un desinterés absoluto unió a Jimena con una swiftie desamparada. Al cierre de la charla, “La Cobra” ganó una amiga y ligó, de arriba, un asadazo en Córdoba.
La historia está sin cerrar porque Jimena no postea nada desde que cerró la historia con lo del asado, y no sabemos si fue, cómo le fue y si a Mia le dio un patatus de la alegría. Dale Jimena, queremos saber cómo terminó esta historia del bien.