Con el correr de los años, los géneros cinematográficos se renuevan y cada nueva película tiene con qué sorprender. El pasado jueves llegó a la cartelera de los cines “El exorcista, creyentes” y reactivó todo el ambiente de horror.
La primera entrega fue realizada en 1973 y es, sin dudas, la más importante del género de terror aunque hayan cientos de ellas. El cine de terror moderno se vio revolucionado con esta entrega y ya nada más volvió a ser lo mismo.
Con los años luego surgieron otras entregas posteriores, pero nunca nada produjo lo mismo que la primera. En ella, Linda Blair logró destacarse al encarnar el papel de la pequeña joven Regan que se ve atacada por un demonio más que maléovolo.
Según los detalles que se dan a conocer tanto en la película como en el libro que se uso como base, Pazuzu es ese ente que combate contra la niña para quedarse con su cuerpo. En la primera película no es nombrado como tal, solo se le dice Diablo o Satanás.
En la segunda entrega “El exorcista II, el hereje” ya sostiene el nombre de Pazuzu aunque su primera aparición en el cine se vió en “Häxan, La brujería a través de los tiempos”.
Qué se sabe sobre Pazuzu, demonio de “El exorcista”
La deidad proviene de la región mesopotámica, donde se hallaron los primeros testimonios escritos creados por la humanidad. Los primeros indicios visuales se remontan al séptimo siglo a.C., y tras numerosos registros adicionales, como textos, tumbas e imágenes, se ha establecido que su presencia en la cultura se extiende desde la Edad del Hierro.
Se le designa como el monarca de los espíritus del viento, aunque con una doble interpretación: en su aspecto maligno y tenebroso, trae sequías con sus vientos abrasadores durante las estaciones secas y dirige enjambres de langostas durante las temporadas húmedas para devastar los cultivos.
Sin embargo, también se emplea como un demonio protector contra otros seres malignos, ofreciendo ayuda a las mujeres, en especial a las niñas y a las futuras madres.
La figura más emblemática de Pazuzu se representa como un ser con forma humana en el cuerpo, pero con cabeza de león o perro adornada con cuernos. Sus extremidades inferiores exhiben garras similares a las de las aves en lugar de pies comunes. Además, ostenta dos pares de alas que se asemejan a las de un águila y una cola de escorpión.