Desde hace mucho tiempo, precisamente 33 años, las vacaciones de invierno y las infancias están relacionadas a un personaje muy particular en Argentina. Desde Córdoba y para el mundo, para los grandes y chicos, Piñón Fijo no es solo un payaso.
Tras algunos problemas importantes a nivel personal, Fabián Gómez se vuelve a vestir de sus característicos colores azul, amarillo y rojo y sube nuevamente a los escenarios mendocinos. El próximo miércoles 12 de julio llega al Teatro Imperial y un día después viaja al Teatro Ducal de Rivadavia, sin dudas son shows que la familia no se puede perder.
En diálogo con Diario Los Andes, el famoso payaso cordobés habló de sus comienzos, la construcción de su imagen, el amor de las familias y sus compañías en las presentaciones. Con toda su calidez y cercanía, abrió su corazón y recordó hermosos momentos.
Volviendo más de tres décadas en el tiempo, Piñón lo recuerda como “la primera vez que me animé a pintarme la cara y salir a la calle a pasar la gorra como artista callejero”. Sin lugar a dudas fue un momento difícil para elegir como el comienzo de una carrera, precisamente noviembre de 1989, aunque con los sueños a cuestas y muchas ilusiones se pudo lograr.
Asegurando que todo lo comenzó con la idea de tener una experiencia como artista callejero, se olvidó del “leitmotiv económico” y nunca pasó la gorra eligiendo quedarse así con la suerte de poder vivir el momento. “Piñón Fijo fue desde el inicio, fue desde siempre, porque andábamos en bicicleta. Éramos dos payasos mimos, uno era el Guarda Barros y el otro era Piñón Fijo”, recuerda emocionado.
Luego de pasear por muchos parques y plazas, alegrando el día de niños y grandes, comenzaron los cambios. Aunque aseguró que su esencia siempre fue la misma, con distintos materiales cambió detalles de sí mismo y hasta le sumó “algunos kilos de más”.
Entre los diferentes cambios que fue viviendo el payaso de la gente, uno de los más significativos fue el cambio de imagen basada en los colores. Sobre esto, se sinceró diciendo que nació como un juego como casi todo lo que nace en él: “Me puse a hacer una canción que se llama ‘La Guajira de los colores’ y justamente esa guajira hablaba de los colores primarios, entonces me pareció un buen disparador y dije ‘me voy a hacer el traje con los colores primarios para que se me haga más fácil cantar esta canción si me señalo los colores’, y así quedó”.
En medio de este recuerdo sobre el nacimiento de algo característico de él, expresó que es una persona muy espontánea y autodidacta. A esto le sumó el detalle de nunca necesitar una empresa de marketing que lo ayudara, sino que todo nació como parte de la diversión y “a los ponchazos”.
Sus canciones y la recepción de todo un país
“Chu chu ua”, “Vocales que son cinco”, “Cepillo, cepillo” y cientos de canciones más han sido parte de algún momento de la vida de millones de argentinos. Muchos de los que alguna vez fueron pequeños, hoy lo siguen queriendo como una figura amigable y hasta transmiten su cariño a los nuevos niños de la casa.
Indudablemente, la música es un básico para Piñón Fijo más allá del increíble trabajo que realiza sobre el escenario. Por esta razón, la creación de las mismas también llama la atención de todos sus seguidores.
- Hay muchísimas canciones en el mundo de Piñón Fijo, además del Chu chu ua ¿Hay alguna que cantaste demasiadas veces?
Piñón Fijo: Sí bueno, gracias a Dios tengo muchas: Piñón Fijo es mi nombre, la del cepillo, la de la ventanita, la del chupete, la de la mamadera. Por ahí hay repertorios que marcan un poquito los tiempos. Para esta época de la actualidad hice otras canciones que marcaron otras generaciones, como la canción del nene que se chupa el dedo, hay una cumbia ahí, los que dejan el pañal. A medida que uno ha ido componiendo, ha ido marcando un poco la tendencia de la diversión de los chicos.
- Y dentro de todo este repertorio, ¿hubo alguna canción que escribiste sin tener mucha fé y fue un éxito?
Piñón Fijo: En general me pasa eso con todas las canciones que escribí. Pensando esto me acuerdo de una anécdota porque a mi me gusta jugar mucho con la raíz de las consonantes de las palabras y una vez escribiendo una canción me equivoqué y dije Salvador en vez de silbador. Eso me gustó y desarrollé una canción a la que le sumamos una orquestación con un amigo; después de mucho tiempo hay gente que me dice que llora con esa canción porque le recuerda a su abuelo o que su hijo se llama Salvador por esa canción. Nació de un error y quedó ahí.
“Tengo promotores dentro de las familias”
El paso del tiempo influye en todos y Piñón Fijo no se salva de eso. Con el desarrollo de la tecnología, muchos niños y niñas se han volcado a consumir en mayor medida los contenidos facilitados por las redes sociales y el Internet en general.
El hecho de comprar un ticket para acceder a un show, salir al teatro y ver espectáculos en vivo se quedó muy por detrás de la facilidad que permite la web para consumir todo tipo de entretenimiento al instante. Más allá de eso, el payaso azul, rojo y amarillo sigue vigente y cada año son miles los niños que lo esperan en sus provincias para poder cantar junto a él.
“Yo percibo que tengo un gran privilegio, un gran beneficio y una gran ventaja”, expresa Piñón. Con esto hace referencia a que han transcurrido generaciones y trabajado durante tantos años que ahora quienes son padres y llevan a sus hijos a verlo, fueron niños que lo conocieron hace muchos años atrás. “Es muy singular y particular que pase eso. Es como que tengo promotores dentro de la familia durante mucho tiempo”, sumó.
Haciendo hincapié en los beneficios de las redes sociales, Gómez considera que lo acercan a la gente y le permite tener un contacto directo. De hecho, muchos padres jóvenes le aseguran que él fue su infancia y ahora lo disfrutan junto a sus hijos y hasta nietos: “Hay una cantidad de testimonios tan hermosos que me los guardo, la mayoría me los guardo en intimidad porque son gestos de amor muy hermosos”.
Teniendo en cuenta la impresionante llegada que este personaje tiene en la vida de muchos jóvenes y niños, Fabián Gómez entiende la postura que tiene que tomar al respecto y cómo debe comportarse en cuanto a la responsabilidad que porta sobre sus hombros. “Me siento un amigo, un compañero, un testigo del paso del tiempo que acompaña con música, con payasadas, me gusta ese rol”, comunica el animador con un tinte de mucha emoción y agradecimiento para todos aquellos que lo acompañan.
Considerando importante que la gente exprese sus sentimientos y emociones, también destaca que tiene una responsabilidad porque se enfoca y trabaja con niños. “Es muy peligroso creersela porque uno vive entre mucho cariño, tanto halago y tanto afecto. Es una energía que uno tiene que aprender a administrar porque es una gran responsabilidad”, expresó también dejando en claro que tiene que alejarse de la postura de padre porque no lo es, sino que es un “payaso que canta canciones que les gustan a los niños”.
Detrás del payaso, un papá emocionado
Durante toda su carrera, desde la primera vez que se presentó sobre un escenario, Piñón Fijo ha estado acompañado de diversos personajes: el Cabrito, Kenchu, Mateo, sus hijos Sol y Jeremías. Aunque la imagen del payaso es la más llamativa y se podría decir que ni siquiera necesita apoyo en sus shows, él le dio la posibilidad a todos ellos para que así se conformara un hermoso grupo que brinda la mejor diversión.
Día a día, ensayo a ensayo, las diversas presentaciones que Piñón Fijo ayudó a sus dos hijos a desarrollarse como artistas a tal punto de necesitar separarse de su padre. Ana Sol Gómez comenzó su propia carrera como animadora y, luego de eso, todo cambió en el vínculo con el payaso.
El mal momento familiar se dió a conocer el año pasado cuando Fabián compartió una foto en Instagram en la que pedía que se respetaran los derechos de los abuelos y expresaba extrañar a su nieta (hija de Sol). Esto llevó a la explosión mediática del caso que culminó en la palabra de la joven madre hacia su padre acusándolo de maltrato y asegurando que llevaba meses sin preocuparse por su familia.
El caso llegó a manos de la Justicia y todo se volvió más difícil aún. Hace pocos días, él se expresó al respecto, luego de un extenso silencio, y dejó en claro que no lo comunicarán a los medios para no desvirtuar el tema: “Estamos solucionando las cosas a puertas cerradas. Las puertas materiales, pero las del corazón están totalmente abiertas. Y eso lo manejamos en familia”.
Sin olvidar los bellos y espectaculares momentos que pudo vivir junto a sus hijos sobre el escenario, y destacando lo mucho que ellos crecieron al compartir sus trabajos, consideró: “La etapa que tuve con mis hijos fue muy hermosa, muy placentera. Lo que pasa es que después, como todo pichón, cada uno hizo su carrera, su historia. A mí eso me encanta porque me da el mejor premio como papá: que venga un hijo y le diga que hará su propio camino con herramientas que aprendió de uno (...) Como papá me encanta, me emociona mucho”.
El show no termina
Más allá de llegar a Mendoza a festejar 33 años, Piñón Fijo pone todo su esfuerzo, su dedicación y su creatividad para que este camino no termine pronto y se extienda por muchos años más. A pesar de tratarse de un trabajo, el cordobés destaca que el payaso está en todo su ser: “Piñón es mi plaza de juego, digamos. Yo como Fabián soy un señor adulto de 57 años que tengo mucho de mi infancia intacta. Disfruto mucho de esta vida de juego, de música, de canciones y Piñón para mí es como eso, como una mochila donde meto todas las cosas, todos mis juegos, todas mis diversiones, todo lo que amo, todo lo que me divierte”.
Antes de terminar, y luego de haber recorrido muchos momentos importantes en su vida como payaso, Fabián Gómez espera que “el escenario me tiña las canas” como expresa la canción de Joaquin Sabina y Chavela Vargas. “Ojalá la vida me regale la posibilidad de seguir (...) Me encanta esto de que pase el tiempo y yo poder seguir disfrutando de lo que hago y a la vez que otros disfruten, es un círculo virtuoso perfecto”.
Ficha de los shows
Día y hora: miércoles 12 de julio a las 15 horas / jueves 13 de julio a las 15 horas
Lugar: Teatro Imperial (Pescara 323, Maipú) / Teatro Ducal (Lavalle 740, Rivadavia)
Entradas disponibles en Tuentrada.com