Los reyes Letizia y Felipe han vuelto a Valencia después de que hace unas semanas viviesen un momento de máxima tensión en Paiporta, donde fueron recibidos entre gritos y con una lluvia de barro.
Es más, aquellas imágenes de la reina, completamente impactada y entre lágrimas con los testimonios de algunas víctimas, han dado la vuelto al mundo. Desde entonces, muchos estaban pendientes del regreso de los monarcas a las zonas afectadas, aunque durante estas semanas ellos han modificado su agenda y seguido muy de cerca la evolución de las labores de limpieza y ayuda en todo el territorio.
Al menos, hasta este martes, cuando han decidido regresar juntos para visitar Chiva, Utiel y Letur. De hecho, el recibimiento que han tenido en Chiva, no tiene nada que ver con lo que vivieron aquel domingo, e incluso han protagonizado alguna tierna anécdota que no ha pasado desapercibida.
Una muestra de esto es que una niña pequeña se ha acercado a Letizia para abrazarla y darle un tierno regalo. En medio de un clima mucho más tranquilo, los reyes se han encontrado esta vez con el cariño de la gente, que se ha acercado para darles la bienvenida y recibirles entre aplausos.
El tierno regalo que le ha hecho una niña a la reina Letizia
De hecho, y según han contado los padres de la pequeña que ha protagonizado esa tierna escena con la reina, parece que ha quedado encantada por haber podido tener un ratito con ella y darle el regalo que con tanto cariño le había llevado.
“Le ha hecho un regalito a nuestra Reina, nuestra estampa de la virgen para que les proteja”, han compartido en el programa ‘Mañaneros’. “La reina le ha preguntado cómo se llamaba”, han contado respecto a la conversación que han tenido. Además, “el rey también ha estado hablando un ratito con ella”.
La niña que no ha dudado en acercarse a la reina llevaba en sus manos una imagen de Nuestra Señora del Castillo, patrona de la localidad de Chiva, según ha detallado otro portal europeo. En lo más alto de un cerro del pueblo se erige la ermita donde se le rinde culto. Desde allí arriba la figura religiosa tiende su manto protector, para todos los creyentes, a lo largo y ancho de la población.
