En el programa en vivo del pasado martes por la noche se vivió una verdadera final en Gran Hermano en busca de los beneficios que brinda el liderazgo de la semana.
Por la mañana, los cinco jugadores que podían ser líderes – Martín Ku no participó por ser el líder saliente-, tuvieron que embocar cinco pelotas en pequeños redondeles sobre un panel curvo. Los dos que lo hicieran en menos tiempos, accedían a la final cara a cara.
Tras el paso por el Arena de los jugadores, Emmanuel y Darío lograron imponerse y rompieron las estrategias de toda la casa, puesto que ambos tenían mayor posibilidad de convertirse en el nuevo eliminado de GH 2023.
Tras dos minutos de espera, con Santiago del Moro relantando el momento a momento, fue el jugador platense el que se impuso. De esta manera, Darío no solo ganó su primera prueba del líder, lo que le asegura su lugar entre los últimos cinco jugadores, sino que tendrá en sus manos la posibilidad de modificar la placa que se de este miércoles.
A su vez, “Daro” ganará premios por su liderazgo y obligará a que este domingo, sea un/a “original” el eliminado o eliminada número 26 de la casa más famosa del país.
Dos seres queridos fueron eliminados
Como anticipó Santiago del Moro apenas ingresaron los familiares y parejas de los jugadores, desde el martes al jueves irán siendo eliminados de a dos, hasta que el último en salir, ese mismo día, entregue el liderazgo de la semana próxima a su ser querido.
Las primeras dos acompañantes que abandonaron el juego fueron Georgina (Coy), la hermana de Furia, que por voluntad propia pidió irse por no aguantar la distancia con su pequeña hija. Luego, por decisión de los jugadores fue Sofía, hija de Darío quién debió abandonar la casa.
La decisión final, que fue anunciada por el platense en su rol de líder de la semana, se justificó por el tiempo que lleva el jugador dentro de la casa y porque ella no vive en el país, por lo que podría aprovechar su llegada a Argentina para tener más tiempo con su círculo cercano. No obstante, Darío terminó llorando por tener que despedir a su hija a solo un día de reencontrarse.