A días del esperado debut de Gran Hermano, se han revelado los primeros secretos de los participantes, y uno de los aspectos más intrigantes es el trabajo oculto de Rosina Beltrán, la participante uruguaya que ha causado revuelo desde su llegada a la casa más famosa del país.
Aunque en el casting se presentó como entrenadora personal, se descubrió que, hasta la semana pasada, Rosina desempeñaba el rol de docente. La joven de 26 años trabajaba como profesora de inglés en un jardín de infantes en Montevideo, según informó el diario uruguayo El País.
La noticia de su participación en Gran Hermano sorprendió en el jardín, ya que Rosina presentó su renuncia la semana pasada y abandonó sus funciones sin mencionar su nuevo proyecto televisivo.
La noticia de su entrada a la casa más famosa del país se dio a conocer a través de la televisión, sin previo aviso a sus colegas y superiores.
En su presentación en el programa, la uruguaya omitió cualquier referencia a su trabajo como profesora. En sus redes sociales, su contenido se centra en sus rutinas de entrenamientos físicos, fotos en la playa y su faceta espiritual, dejando en segundo plano su labor educativa.
El momento familiar que compartió Rosina
Además de revelar su cambio laboral, Rosina Beltrán compartió un momento de intimidad con sus compañeras de casa al sincerarse sobre la relación con su padre.
“Mi padre me tuvo cuando tenía 22 años, por lo que cuando fui a visitarlo a Estados Unidos, fue muy divertido porque era como tener un amigo viviendo allí”, confesó la participante.
Sin embargo, la joven también reveló una parte más dolorosa de su historia familiar al añadir: “Luego, de repente, desapareció de nuevo y mi madre tenía que llamar a mis abuelos paternos para que lo llamaran en mi cumpleaños. Recuerdo que le enviaba correos electrónicos diciendo que necesitaba a un padre, pero él nunca aparecía”.
La emotiva revelación de Rosina agrega un matiz humano a su participación en el reality, mostrando diferentes facetas de su vida.