Silvina Luna murió rodeada de sus afectos y Eugenia y Analía, dos de las mejores amigas de la actriz, contaron cómo fue el momento de la despedida, previo a que la desconectaran. La modelo murió el jueves 31 de agosto, en la terapia intensiva del Hospital Italiano de Buenos Aires, donde llevaba más de tres meses y medio internada.
En los últimos años, la ex Gran Hermano se aferró lo espiritual, para acompañar a todos los procesos médicos a los que se sometía para poder salir adelante. Es por eso que su hermano y sus amigos, a quienes adoptó como familia, la despidieron de una manera muy especial, siguiendo sus creencias.
Dos de las amigas de Silvina hablaron con el programa A la Barbarossa (Telefe) y ambas contaron cómo transitó los últimos meses. “Poco a poco la íbamos viendo mal, aunque nos decía que estaba bien porque no quería preocuparnos, pero le costaba también abrirse a contar lo que le pasaba”, comentaron.
“Perdón, pero es que era muy fuerte verla así... con lo poco que podía hablar nos decía que no aguantaba más, que era horrible y se preguntaba mucho por qué estaba pasando eso”, continuó el relato de sus amigas, quienes no la dejaron sola en el tiempo que estuvo internada.
Al mismo tiempo que destacaron: “Lo de Silvi es triste porque sabemos de las ganas que tenía de vivir. Dio todo, puso toda su fuerza para salir adelante, estuvimos en el día a día con ella y era muy doloroso verla sufrir porque no podíamos hacer nada para ayudarla”.
“Sentimos que en algún punto nos iba preparando a todos de a poco”, continuó la entrevistada, quien también reveló que todo el tiempo les pedía que no dejaran solo a su hermano, Ezequiel Luna, su principal sostén.
Los últimos días de Silvina Luna y despedida rodeada del amor de su hermano y amigos
En los meses que estuvo internada, a Silvina le costaba moverse y para pasar el tiempo, cuando se sentía un poco mejor “veía películas y escuchaba Luis Miguel y grabaciones de meditación”, contaron.
“Fue terrible ver su agonía y los momentos que tenía de lucidez verse en un cuerpo que no le funcionaba, la desesperación de no poder avanzar para poder salir de ahí fue tremendo”, expresó Analía.
“Me llegó a decir que quería trascender, que no aguantaba más estar en ese cuerpo enfermo y acompañarla en ese momento fue de un dolor inmenso”, dijo con la voz entrecortada.
Más allá de todo el dolor que sentían por la situación, la mujer resaltó: “Su despedida fue hermosa dentro de todo el dolor que sentimos porque estuvo rodeada de todos sus amigos y de su hermano”.
“Todos tocándola, dándole amor, poniéndole mantras, agarrándonos de las manos y diciéndole que estaba todo bien... De a poquito le fueron sacando las asistencias y así se fue apagando”, rememoró la amiga.
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