Durante la transmisión de la edición de este viernes del programa Intrusos, Flor de la V dio a conocer que, en las últimas horas, sufrió un accidente en su casa. Aunque se encuentra bien de salud, vivió un terrible momento.
Frente a las cámaras de su programa, la conductora indicó que mientras realizaba sus tareas diarias en casa se lastimó un pie. “Ayer tuve un accidente doméstico en mi casa. Por eso estoy acá sin tacos. Me llevé una puerta por delante, y el dedo chiquito del pie, me lo saqué de lugar”, expresó.
Ante el asombro de sus compañeros dio más detalles del terrible y doloroso momento. En un instante pensó en asistencia médica y acudió a un centro médico cercano: “Me fui al hospital. Estuve una hora esperando y no me atendieron”.
Debido a la cantidad de casos de dengue, sumado a los lastimados y lesionados por las inundaciones en gran parte de la provincia de Buenos Aires, la ex vedette aseguró que el sistema de salud está colapsado.
Además aprovechó la situación para hacer hincapié en el alto valor que paga en su obra social prepaga y cómo es el servicio que recibe: “No quiero ni mencionar la cifra que pago de medicina prepaga. Imagínate la tente que puede pagarlo y no tiene acceso a la salud”.
Para intentar acabar con el doloroso momento tuvo que llamar a un profesional de forma particular, un amigo de la familia. “Llamé a un médico, que es amigo de Pablo. Me revisó, me dio analgésicos y me dio para hacer unas placas”, concluyó.
Flor de la V recordó a su amigo Jorge Ibañez
El 14 de marzo de 2014, el mundo del espectáculo quedó conmocionado tras el fallecimiento del diseñador Jorge Ibáñez. A diez años de ese triste día, Flor de la V, su gran amiga, lo recordó con emotivas publicaciones en su cuenta de Instagram.
Con una foto sobre la pasarela con una de las producciones de su gran amigo, Flor comentó: “Ya pasaron 10 años de tu partida. Para los que no te conocieron les cuento que Jorge era la vida, fue una persona en estado de primavera permanente. Jamás conocí a alguien a quien le resultara tan propia la felicidad o la tristeza ajenas”.
Varias líneas más abajo le habló directamente a él y, seguramente con lágrimas en los ojos, sumó: “No me queda la sensación de no haberte dicho lo mucho que te amaba; todos te amábamos y te lo decíamos, Pablo, mis hijos, pero es inevitable sentir que la muerte me arrancó una parte de mí, que tu ausencia es ahora una presencia permanente, necesaria”.