Este domingo 7 de julio será la final de “Gran Hermano” e, increíblemente, es más interesante lo que está sucediendo afuera de la casa que dentro de ella.
Bautista Mascia, Emmanuel Vich y Nicolás Grosman, los finalistas, no están ni enterados que el reality show desborda de polémicas: cuatro ex-participantes no podrán asistir a la gala porque la productora no les quiere pagar el hotel, Catalina Gorostidi arremetió contra Telefe por haber sido sancionada por sus picantes declaraciones, estallaron las críticas de que no todos los finalistas recibirían como premio una casa (algo que se había dicho en un principio), la caída abrupta del rating ocupa los portales de noticias, etcétera... Y, mientras, Furia -la verdadera ganadora de “GH”- cobra diez mil dólares (según una panelista de Gossip) por presentarse en la inauguración del Circo Rodas en Buenos Aires.
Pero dentro de la casa más famosa del país, los tres finalistas duermen el sueño de los héroes. Dos de ellos, Bauti y Nico, llegaron a estas instancias a costa de la inacción, algo que a muchos les recordará a lo que sucedió en la edición previa, cuando Marcos Ginocchio, el salteño bonachón y de bajo perfil, fue erigido como el ganador por sus buenos valores.
Este año las circunstancias fueron otras, también. Todos sabemos que Furia (Juliana Scaglione) hegemonizó el reality, y logró que su fandom fuera eliminando semana tras semana incluso a participantes que parecían candidatos a la final, como Virginia Demo y (ya desde afuera de la casa) Martín Ku. Su plan era sacar a jugadores fuertes que pudieran rivalizar en la placa final con ella. Un plan que fracasó, pero que dejó su huella.
Así las cosas, la final terminó cobrando forma gracias al descarte. Si contamos incluso al último eliminado, Darío Martínez Corti, vemos que llegaron a estas instancias participantes que no se distinguieron ni por visión estratégica ni por generar fandom. Ni siquiera por generar contenido.
Claro que Emmanuel Vich, de oficio estilista, destaca entre ellos. Desde el principio del reality, siete meses atrás, fue un personaje excéntrico, que rivalizó con Furia en el protagonismo. Desinhibido, melodramático y conventillero, se ganó el amor del público por esa faceta demasiado humana. A lo largo de las galas, fue sucesivamente amado y odiado por el público, que decidió también dejarlo en la casa. De hecho, de todos los participantes de esta edición, es quien salió victorioso del mayor número de placas.
Si el público elige como ganador a Emma sería algo histórico: él no solo representa a la diversidad, sino a la condición humana con todos sus claroscuros. Ninguna idealización a la belleza hegemónica ni a los “buenos valores”. La última “escena” de Emma, de hecho, fue su decepción al saber que sus “iconics” (el nombre que le dio a su fandom) no superaban los 400 mil seguidores en su Instagram (@emmavichh). Su cara de consternación no la pudo disimular en la mesa que compartía con sus compañeros y Santiago del Moro. Pero horas después, en un giro de justicia del afuera, sus seguidores subieron a 430, superando por diez mil a los de Nicolás Grosman.
Nico es otra historia. Por su parte, se distinguió por el bajo perfil y una personalidad reflexiva. Es estudiante universitario de marketing, modelo y coach fitness. Dentro de la casa, su noviazgo con Florencia Regidor tuvo el desenlace más emotivo en la simulación de casamiento, días atrás. No le aportó mucho más al ciclo, a decir verdad.
Sin embargo, por estos momentos no está en una luna de miel, sino maquinando por qué su amigo Martín Ku hace hinchada desde afuera de la casa por Bautista y no por él. Cuando el “Chino” entró a la casa y le dijo, parrilla de por medio, que el fandom de los “Bros” (el grupo que formaban ellos tres) se iba a dividir y él optaba por darle su apoyo al uruguayo, Nico quedó totalmente desconcertado.
Bautista Mascia es para muchos el ganador del certamen. La mayoría de las encuestas lo dan como favorito. También de bajo perfil, optó siempre por tomar el rol de conciliador en el grupo, aferrarse a los “Bros” y esquivar con tacto peleas, situaciones incómodas y comentarios cancelables.
Llegó hasta la final indemne y querido por el público, que siguió a lo largo de los meses los únicos “contenidos” que dio: su noviazgo con Denisse González y alguna que otra apostilla musical, vinculada a su carrera con la banda Toco Para Vos, donde es vocalista. De hecho, entró a la casa ya siendo bastante conocido, lo que explica que tenga muchos más seguidores en Instagram que sus compañeros (más de 900 mil).
Con estos tres participantes en la palestra, queda ver este domingo qué pasa.
El huracán Furia y el dilema del rating
Mientras tanto, desde la salida de Furia que las cámaras del ciclo dieron un giro de 180 grados y enfocan lo que sucede afuera. El raid de Juliana Scaglione por los distintos programas de televisión y de streaming llenaron, y siguen llegando, los portales de noticias.
Sin embargo, ni el regreso momentáneo a la casa de la avasallante participante pudo levantar el rating del ciclo, que cayó en picada después de que ella quedara eliminada de la casa, el 18 de junio. Su fandom era el más contundente de todos, y se hizo sentir en los números.
En los últimos días, “Gran Hermano” promedió 11 puntos de rating, en emisiones que supieron antes alcanzar los 20.
“No hay plata”
Entre todas las noticias que rodean esta final, hay una que llama la atención especialmente: al parecer, Hernán “Onty” Ontivero (Córdoba), William “el Paisa” López (Corrientes), Axel Klekaylo (Misiones) y Alan Simone no asistirán a la última gala, puesto que la producción del programa se negó a pagarles un alojamiento.
Los primeros en dar la información fueron los panelistas de Argenzuela, el programa radial de Jorge Rial, que afirmaron que desde la producción de Gran Hermano hicieron circular la versión de que “no hay presupuesto” para costear su estadía en Buenos Aires.
“Les dijeron que no hay presupuesto y que se tienen que pagar ellos mismos, uno de ellos llegó a dormir en Retiro”, dijeron en referencia a Hernán, quien hizo público el hecho y destapó la polémica.
Cuáles son los premios
Tercer puesto: Un año de cerveza Amstel, una moto de Motomel, cinco millones de pesos.
Segundo puesto: Un año de cerveza Amstel, una moto de Motomel, diez millones de pesos.
Primer puesto: Un año de cerveza gratis, una moto de Motomel, una casa de Viviendas Roca, cincuenta millones de pesos, veinte millones de pesos adicionales invertidos en Mercado Pago.