Hacia una música cuyana que recupere su presencia nacional

El autor, un referente del folclore mendocino (como intérprete y como difusor), imagina lo que tiene que mejorar en nuestra música para tener un futuro más brillante.

Hacia una música cuyana que recupere su presencia nacional
Roberto Mercado

Nuestra música popular identitaria supo gozar de un gran prestigio nacional e internacional en la primera mitad del siglo XX gracias a la tarea realizada, fundamentalmente en Buenos Aires, por figuras emblemáticas de las tres provincias que allí se instalaron.

Con el paso de los años se sumaron otras, ya en menor cantidad, y el Movimiento del Nuevo Cancionero.

La gran caja de resonancia que aportaba la Capital contaba con la radio, y luego el disco, como canales de difusión fundamentales para llegar al público masivo. El resultado fue tan positivo e importante que trepó el continente.

Hacia finales del mismo centenio el panorama fue lamentablemente opuesto, ya que se perdió esa presencia, no solo en los medios de comunicación, sino también en los distintos escenarios del país.

Entre las razones podemos citar algunas: Ya no están aquellos referentes. Mendoza, San Juan y San Luis contuvieron laboralmente a sus habitantes por lo que no hubo una gran necesidad de emigrar, lo que trae consigo llevar también su cultura a otros lugares. Menor presencia de artistas instalados en la gran ciudad. La muy escasa tarea de difusión de la producción musical de las últimas décadas y, fundamentalmente, el encapsulamiento que esto trajo a nuestra música en la región.

¿Está todo perdido? De ninguna manera. La música cuyana tiene cantidad y calidad en los jóvenes que se han acercado a ella. Lo que carece es de un trabajo profesional continuo y pensando a largo plazo para alcanzar el éxito de la propuesta que se ofrezca.

Hoy la tecnología contribuye a favor para realizar la tarea desde cada provincia hacia todo el país. Sólo se necesitan que los contenidos que se suben a las redes y plataformas digitales, también lleguen a los medios de comunicación a través del contacto directo, con toda la información posible, para que la difusión sea completa.

Pero también, y aquí viene la parte menos trabajada, apuntalar esa acción realizada desde nuestros lugares, con el acompañamiento en cada lugar donde se desea hacer sonar nuestra música. Hay que marcar presencia sostenidamente en las grandes cajas de resonancia del país, como CABA, Gran Buenos Aires y Córdoba (por la gran cantidad de festivales que allí se realizan, empezando por el más importante que es Cosquín). Ya lo demostraron quienes nos antecedieron.

Nuestra música es respetada y admirada en el país, pero no la van a venir a buscar, hay que llevarla.

Hay que dejar de lado los debates en las redes que no conducen a nada, más allá de las catarsis y justificaciones por lo que no se hace, y ponerse a trabajar. Simple.

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