La disciplina, la constancia y el talento lo llevaron a concretar su sueño. De un niño que empezó en la danza a muy temprana edad y viajaba desde Los Polvorines hasta Capital cada mañana para entrenar, entró al ballet del Teatro Colón con un objetivo: convertirse en el primer bailarín de la compañía. Y lo logró.
A partir de ahí, Hernán Piquín comenzó un camino en ascenso que lo llevó a los mejores teatro del mundo, bailar en la compañía de Julio Bocca y con su consagración en el Bailando por un sueño, consiguió lo que pocos; popularizar la danza y entrar en cada hogar a través de la pantalla.
Hoy, a sus 50 años y radicado en España, volvió al país para estrenar su último espectáculo “El Último Tango”, con el que visitará Mendoza la semana próxima con funciones en Rivadavia, Tunuyán, San Rafael y Capital.
“Siempre que vuelvo es para trabajar, para hacer giras y me pone muy contento tener el espacio para presentar mis espectáculos”, comenta al teléfono Hernán Piquín en la vera de la ruta que une la costa atlántica y Capital.
Luego de unos días de descanso, el artista retomará la gira con su reciente obra, en donde condensa una historia de amor a través del tango y representa una cierta despedida de los escenarios como bailarín.
LA DANZA, UNA PASIÓN QUE NO SE DESVANECE
Para un bailarín de la talla de Hernán Piquín subirse a un escenario a los 50 años no es normal. Pero para él el tiempo no parece ser un impedimento. Ahora, protagoniza junto a la primera bailarina Soledad Mangia y un elenco de ocho bailarines “El Último Tango”, el último espectáculo escrito por el propio Piquín, con el que encaró la gira despedida.
“Yo estaba en España y me llama mi representante para decirme que haga un espectáculo de tango. Y me dice que lo escriba yo. Y me animé a hacerlo, lo escribí en 15 días y le encantó. Entonces me puse a trabajar en buscar la música, para que cada escena la música cuente lo que el guion quiere contar. Y elegí estos 23 temas que componen el espectáculo”, cuenta sobre cómo surgió la nueva obra que simboliza una despedida como bailarín.
“El Último Tango”, es un espectáculo que narra la apasionante historia de amor entre María de Buenos Aires, una joven bailarina de tango, enigmática y apasionada que se cruza en el camino de Eugenio, un bohemio y talentoso bailarín de tango. Ambientada en una casa de tango de la ciudad de Buenos Aires, esta trama nos sumerge en un torbellino de emociones, donde la pasión y el deseo se entrelazan con la música y el baile. A medida que María y Eugenio se entregan a su apasionado romance, enfrentan desafíos y obstáculos que pondrán a prueba su amor.
Entre giros dramáticos y momentos de intensa intimidad, “El Último Tango” sumerge al espectador en un torbellino de emociones, explorando la complejidad del amor y la fuerza del destino. Una historia de amor eterno, marcada por el poder del tango y la pasión desenfrenada, que cautiva al público con cada giro y cada compás.
“De hecho se llama “El último tango” porque ella muere y es el último tango que ella baila. También para él es el último tango. Y para mí es un poco el último tango, por el paso del tiempo, estoy pensando en otra clase de espectáculos, que tenga texto, que tenga danza. Quiero incursionar un poco en el texto”.
-Es cierto que para un bailarín subirse al escenario a los 50 años no es normal, y vos elegís seguir en el escenario. Me imagino que hay algo interno que no te permite soltar esa pasión por bailar.
-Creo que lo que me mantiene joven es el escenario (ríe). Las ganas de seguir bailando, de rodearse de artistas y bailarines que me acompañan con esa energía joven. Más allá de tener el cuerpo preparado, cuidar mucho mi cuerpo, tomar clases todos los días, ensayas, eso me ayudó mucho a tener esa disciplina y formación. Entonces ahora es más fácil, obvio que no bailo como cuando tenía 20 años, pero en este momento tal vez soy más expresivo, tengo otra forma. El escenario siento que es mi lugar, mi pasión.
-Pero el público te acompaña mucho en esta vuelta, con el ritmo de una gira que no es fácil sostenerla.
-Sí. Vamos a Mendoza y haremos cinco funciones, y hace unos días volvimos del norte, tuvimos funciones a sala llena. Y el domingo hicimos doble función. La verdad que tengo 50 años pero me la banco todavía (ríe), al pie del cañón. Cuando estás activo es fácil hacer bien el trabajo, es lo que a mí me gusta. Con un espectáculo siempre me emociono con lo que leo o escribo, para ver después si puedo emocionar al público.
-Después de la gira, ¿volvés a España o no querés regresar a vivir a la Argentina?
-¡No lo sé! La verdad que me gusta mucho vivir allá. La verdad voy a desconectarme, descanso, vivo cerca del mar. Entonces como que tomó fuerzas y ganas para seguir bailando. Pero quien te dice que no vuelva, pero no a Capital, sino a Mar del Plata, Miramar. En Miramar veraneaba cuando era chico y el mar es algo que me encanta. Tengo una chacrita en el sur pegada al río, y me quedo mirando horas mirando el agua. De hecho ahora estoy en frente del mar, pare al costado de la ruta para hablar tranquilo.
-Desde chico tuviste claro lo que querías, con un sacrificio y compromiso muy grande, y ahora disfrutas de tus tiempos, ¿es algo que buscaste o se dio?
-La verdad que nunca me imaginé donde estoy hoy. Siempre soñé ser el primer bailarín del Colón y lo logré. Y todo lo que vino después, no sé quién movió los hilos para que sucediera, pero no lo busqué. La verdad es esa, soñé ser el primer bailarín del Colón y conocer el mundo. Y después me fui a vivir a Londres, a San Francisco, a España, Italia, bailé diez años con Julio Bocca y recorrí el mundo. Durante diez años teníamos 280 funciones al año, no teníamos descanso. Era muy loco, se nos vencían las millas porque no teníamos vacaciones, pero la pasabamos genial. Y eso no lo busqué, se dió porque Julio me quería en su compañía.
-Vos popularizaste la danza a través de la televisión y ese espacio lo capitalizaste, con todas las polémicas que tenía “El Bailando”.
-El Bailando fui un privilegiado, porque haber estado en ese programa, me llevó a la casa de todos. Tuve la oportunidad de entrar a la casa de todos, que con el ballet es un público que no estaba acostumbrado a ver danza en la tele. Yo la pasé muy bien, a mí me sirvió porque salgo de gira y la gente que vio el programa me sigue. Y está buenísimo que suceda eso, y era un poco lo que buscaba, popularizar el ballet, seguir el legado que hizo Julio. Yo seguí con esa posta que me dejó.
-Más allá que es una disciplina muy rigurosa, sobre todo la danza clásica, ¿hay amistad dentro de la danza?
-Sí, tengo y cada vez que hago un espectáculo me rodeo de esa gente, laburadora, de gente que rema para el mismo lado. La gente con la que trabajo es super buena onda, no se quejan, viajamos quince horas y reímos, vamos en micro de gira, charlamos, anécdotas compartimos mucho tiempo y es fantástico encontrarse con gente así. De los cuales tenemos más conexión.
-¿Disfrutas ese trajín de las giras?
-Me encanta estar de gira, poder presentar mis shows en todo el país y el exterior. Ahora tenemos la posibilidad de irnos a Grecia, España y Portugal, y eso te llena de ganas, de entusiasmo.
-Con el reconocimiento popular que tenés, ¿Te ofrecieron un puesto político?
-Sí, en Pilar donde vivo, conozco a Martín Tito que se presentaba para Intendente. Y lo conozco de siempre, y cuando me propuso acompañarlo en Cultura le dije que sí, pero con la condición de no cobrar un sueldo del Estado. Yo iba a seguir con mi trabajo, con mis giras, pero estaba presente lunes, martes y miércoles. No quería dinero del Estado, solo quería aportar al lugar, hablar con artistas y sumar al teatro de Pilar, incluso presenté un proyecto de un ciclo de verano, todos los fines de semana con un espectáculo distinto. Pero Martín no ganó como Intendente, así que no sé dio.
PARA AGENDAR: HERNÁN PIQUÍN GIRA DESPEDIDA “EL ÚLTIMO TANGO”
El reconocido bailarín Hernán Piquín llega a Mendoza con la gira despedida de “El Último Tango”, su reciente espectáculo.
Ofrecerá cuatro funciones; el miércoles 7 de agosto, a las 21, en el Teatro Roma (San Rafael); jueves 8, a las 21, en el auditorio Municipal de Tunuyán; viernes 9, a las 21, en el teatro Ducal (Rivadavia). Y el sábado 10, a las 21.30, en el Teatro Mendoza (Ciudad).
Las entradas están disponibles en Entradaweb.com.ar y boletería de los teatro.