En 2019, el director cinematográfico Louie Schwartzberg presentó un filme documental llamado “Hongos fantásticos” (”Fantastic Fungi”, en Netflix), en el que plantea una gran diversidad de aplicaciones que tendrían los hongos en la vida cotidiana y que servirían para mejorar la salud, el bienestar, prevenir enfermedades y hasta curar ciertas dolencias. Pero además, revela la vida secreta de los hongos, cómo se comunican, cómo funcionan y para qué sirven realmente en el ecosistema del planeta. Todo esto en medio de la creciente fascinación que el mundo moderno tiene en torno a temas de espiritualidad, consciencia cósmica y energías, mezclado con el uso de vectores que facilitarían esa apertura de consciencia.
Entre esos vectores se encuentran los alucinógenos, que podemos separar en dos grandes grupos: los químicos como el LSD y los naturales, como los hongos psilocibios.
Cabe destacar que si bien la ciencia lleva años investigando en favor de su uso medicinal, los hongos alucinógenos aún se consideran como drogas ilegales, por lo que su consumo y venta fuera del marco médico está determinado como un delito.
Wikipedia, que suele mantener una postura crítica en torno al uso de terapias alternativas, hace una descripción objetiva acerca de este tipos de hongos, acompañada de una introducción histórica de su cosnumo en las diferentes civilizaciones antiguas y termina con una frase que admite el potencial uso en medicina: “El tratamiento de depresión mediante la psicoterapia asistida por psilocibina está siendo examinado”.
El Consejo Nacional de Humanidades, Ciencia y Tecnología del Gobierno de México (país con mayor índice de producción y consumo) destaca en su página oficial que la ingesta de hongos psicoactivos inciden en los receptores de serotonina: “La serotonina es un neurotransmisor que desempeña un papel importante en la regulación del estado de ánimo, la percepción, el sueño y otras funciones cognitivas”, a la vez que explica cómo la interacción de la psilocibina y los receptores de serotonina terminan produciendo efectos psicodélicos: “Esto sucede porque su activación conduce a cambios en la comunicación neuronal y debido a la liberación de neurotransmisores adicionales, tales como la dopamina y la noradrenalina. Dichos cambios en la actividad cerebral resultan en los efectos característicos de la psilocibina, que incluyen alteraciones en la percepción sensorial (visual y auditiva), cambios en el bienestar emocional, experiencias introspectivas y espirituales, ampliación de la conciencia y sensaciones de euforia y conexión con el entorno”.
La misma página oficial detalla algunas investigaciones y advierte que aunque no se han producido aún resultados determinantes, todas se encaminan a demostrar que los hongos alucinógenos tienen más efectos positivos que negativos. “Investigadores como Roland Griffiths, de la Universidad Johns Hopkins, y Charles Grob, de la Universidad de California, realizaron estudios pioneros para examinar los efectos y las posibles aplicaciones terapéuticas de los hongos psilocibios. En ese sentido, varios estudios han demostrado que la psilocibina puede tener efectos positivos en el tratamiento de trastornos de ansiedad y depresión, trastorno por estrés postraumático, cambiar patrones de pensamiento y comportamiento asociados con adicciones, además de que puede tener efectos positivos en el bienestar psicológico general respecto a sensaciones de creatividad, conexión interpersonal y satisfacción con la vida”.
En tanto los riesgos del consumo se reducen alteraciones gástricas, vómitos y desorientación (en los casos más dramáticos), por lo que la misma página recomienda su ingesta con el acompañamiento de “una persona con amplia experiencia en medicina tradicional o capacitada en este tipo de terapias”.
Por otro lado, no son pocas las referencias que el cine y, recientemente las plataformas, han hecho en torno a este tipo de sustancias, haciendo hincapié en las connotaciones negativas por considerarlos alteradores de la consciencia. Sin embargo el documental “Hongos fantásticos” propone una mirada más amplia en este sentido, explicando que más allá de los efectos sanadores que podrían tener los hongos en general, los alucinógenos específicamente otorgan una sensación de paz y felicidad a la persona que los consume, que difícilmente sea equiparable con ansiolíticos o antidepresivos farmacológicos que, además suelen tener contraindicaciones y efectos adversos.
La sinopsis oficial de la película reza: “Entremos al mágico mundo de los hongos, desde los que absorben derrames de petróleo hasta las redes fúngicas subterráneas que facilitan la comunicación entre árboles”. Esto basta para entender que no se trata de un documental más.
Cuando se estrenó, The New York Times lo definió como “una mezcla encantadora de ciencia y conjeturas” que resulta ideal para liberar la mente y apasionarse nuevamente por los hongos. En el tráiler oficial se puede escuchar a una científica mencionar: “No son como un vegetal, ni como un animal, sino como algo en el medio”.
El micólogo Paul Stamets, quien participa en casi todo el documental, explica cómo las redes que trazan los hongos se comunican con el ecosistema, dando un nuevo sentido a la función real que tienen en el planeta. Básicamente, son los responsables de sostener debajo de la tierra el monóxido de carbono que absorben las hojas de los árboles. Esa es una de las tantas y muy importantes funciones que cumplen en el ecosistema.
Stamets pertenece al Consejo Editorial del International Journal of Medicinal Mushrooms, (Publicación Internacional de Hongos Medicinales) y es asesor del “Programa de Medicina Integrativa”, en la Escuela de Medicina de la Universidad de Arizona. Además está involucrado en dos estudios clínicos con fondos de la NIH (Instituto Nacional de Salud de Estados Unidos) sobre tratamiento del cáncer y del HIV usando hongos como terapias adjuntas. Stamets es autor de numerosos libros y artículos sobre el tema de la identificación de hongos y de su cultivo. Además, ha descubierto cuatro nuevas especies de hongos.
¿Qué son las microdosis?
“Conozco mucha gente no estaría dispuesta a probar hongos alucinógenos”, dice Stamets, y agrega: “Pero consumir una milésima parte de un hongo que cause neurogénesis, los haga más inteligentes, más felices, es una cuestión completamente distinta”. Stamets se refiere al consumo de microdosis.
“Los expertos suelen definir la microdosificación como la ingesta del cinco al diez por ciento de una dosis completa de una droga psicodélica, por lo general LSD o psilocibina, como una manera de obtener los supuestos beneficios para la salud mental del compuesto sin la estimulación alucinógena”, publicó el New York Times en 2022.
El mismo artículo agrega: “Las investigaciones sobre los beneficios para la salud mental de las dosis completas de psicodélicos son prometedoras, y un estudio en fase temprana incluso halló que la psilocibina, en dosis elevadas, podría ser igual de eficaz que un inhibidor selectivo de la recaptación de serotonina para tratar la depresión. Las dosis completas de psicodélicos ayudan al cerebro a desarrollar nuevas conexiones celulares, un proceso llamado neuroplasticidad, y hay evidencia de que las microdosis producen cambios similares”.
Sin embargo, pese al entusiasmo que provocan los resultados preliminares tanto en científicos como en consumidores en cuanto a los beneficios que la psilocibina o los hongos alucinógenos podrían tener en la neurorregeneración, lo cierto es que aún no pueden determinar fehacientemente que se trata de un resultado contrastable, ya que en la mayoría de los casos se equiparan a los reportes del placebo.
Tipos de hongos psilocibios
● Psilocybe cubensis
Los hongos Gold Cap (gorro dorado), se encuentran entre los hongos mágicos más populares y más consumidos. Fue descubierto por Franklin Sumner Earle en Cuba (Cubensis significa «procedente de Cuba» en latín).
Ente los efectos reportados se encuentra la percepción ampliada de los colores y las formas geométricas, más frecuentes en dosis bajas. Si se cierran los ojos se puede ver un carrusel de formas y colores, aunque también puede tenerse la sensación de ver la música y los sonidos. A este efecto se le llama sinestesia.
Se puede dar una pequeña distorsión de la realidad y no una alucinación propiamente dicha. Una de las sensaciones principales es la de euforia pero también la de depresión.
● Psilocybe semilanceata
También conocido como Liberty Caps, se considera el hongo de psilocibina de crecimiento natural más extendido en el mundo. Fue el primer hongo de psilocibina nativo de Europa en ser reconocido formalmente y, a día de hoy es muy popular y abundante, especialmente en Inglaterra. Se puede ingerir en crudo o cocido, pudiendo provocar diversos efectos en la persona.
Sus efectos son similares a las que producen algunos alucinógenos como el LSD y la mescalina. Después de ingerirlos, los primeros efectos aparecen más o menos en media, los máximos se sienten entre una hora y una hora y media, llegando a dejar de percibirse a las 6 horas aproximadamente.
● Psilocybe cyanescens
Se conoce como el hongo “gorra ondulada” y son uno de los hongos silvestres que contienen psilocibina más extendidos en el mundo por el entorno que prefieren: escombros leñosos, astillas de madera y mantillo que pueblan jardines, senderos y parques. Son más fuertes cuando se comen frescos, aunque aún producen efectos sustanciales cuando se secan.
● Psilocybe mexicana
Se cree que esta es la especie que los pueblos azteca ustaban ceremoniosamente y que llamaban “Teonanacatl”, que significa “carne de los dioses”. Suelen tener efectos psicodélicos, alucinógenos o enteógenos y estos suelen durar entre 4-6 horas. Los primeros síntomas tras su consumición es una euforia acompañada de risas y expresiones de alegría. Más tarde, dependiendo del estado de ánimo de la persona, se llega a un estado de tranquilidad y calma alcanzando una claridad y lucidez mental.
Dependiendo de la dosis se puede llegar alterar el sentido de la percepción del tiempo y el espacio. Se pueden ver cómo los colores se mezclan entre ellos y las luces incrementan su brillo y se pueden llegar a percibir algunos sonidos extraños y acrecentarse la intensidad de las emociones.
● Psilocybe caerulipes
También conocido como hongo pie azul, es un raro hongo de psilocibina que crece en los EE. UU. Es amante de la madera y se puede encontrar creciendo sobre o alrededor de troncos en descomposición, especialmente cerca de los sistemas fluviales.
Los hongos pies azules reciben su nombre por su apariencia: tienen un tono azul en la base de su tallo. Son un hongo de psilocibina moderadamente potente, aproximadamente de la misma fuerza que Psilocybe cubensis.
Estas son algunas de las variedades de especies de hongos mágicos, aunque también existen algunos otros tipos de hongos psilocibios como son el psilocybe azurescens, psilocybe tampenensis, copelandia cyanescens, psilocybe zapotecorum, psilocybe caerulescens y psilocybes tuntzii.
