Tuvo que llegar Netflix una vez más para recordarnos que Jake Gyllenhaal también es uno de esos actores que pueden cambiar su físico para lograr un papel magnánimo. Y que puede, como en “Culpable” (en esa plataforma), ser toda la película, a pesar de la calidad de ésta.
En “Revancha”, filme del 2015 que se encuentra actualmente entre lo más visto en Netflix, lo vemos musculado y marcado hasta en el mínimo detalle, interpretando a Billy Hope (que podría traducirse como Billy “Esperanza”), un aguerrido boxeador.
Claro que, como toda película de boxeador, tiene su manojo de clichés. Y la película, dirigida por Antoine Fuqua, no le tiene miedo a ello, hasta el punto de que no rehúye de las expectativas: el ascenso y la caída del ídolo, la esposa paciente e incondicional, el entrenador mafioso, aderezados con los litros de sangre en el ring y las convencionales coreografías entre contrincantes. Todo está en su sitio.
Y el actor de “Secreto en la montaña” también. Está justo en el sitio que craneó el director, recordado por películas como “Día de entrenamiento” con Denzel Washington, e incluso superando quizás la concepción del propio director. En su interpretación logra un “tour de force” arduo, que cumple a fuerza de puñetazos en la cara. Para llegar a este papel se sometió a un estricto y difícil entrenamiento físico y mental.
Lo que quizás distinga a esta película sea el hecho de cómo, de la aparente gloria, se puede descender a un infierno personal, que termina ocupando gran parte del guion, dejando el sentimentalismo y otras cosas de lado. Tenerlo todo y después perderlo, hasta su adorable hija. Jake Gyllenhaal probablemente sea el 80 por ciento de “Revancha”.
Con canciones de 50 Cent, Eminem, y música original de James Horner, se completa la pintura de esta película, que busca la emoción de las grandes escenas pugilísticas (con una primera pelea en el emblemático Madison Square Garden) y la empatía con el infortunado Hope. Pero como sugiere su apellido, prevalecerá siempre lo bueno.