José María Muscari es sinónimo de talento y trabajo. Con una carrera extensísima en teatro y televisión, a sus 46 años entendió que la vida pasa por hacer las cosas que le hacen bien, en medio del torbellino de su agenda, y que puede darse el lujo de hacer las obras que a él le gustaría ver y no quedarse en ser un “productor a la carta” para conquistar al público.
Muscari ya ganó. Sus obras son magníficas piezas de arte. Todas. Supo recuperar la luz de algunos personajes que ya se creían fuera del “ambiente” y darle al público un viaje al pasado en el que esos personaje calaron hondo.
Lo que ves es lo que hay. Muscari es tan genuino como transparente. Habla tan rápido como vive, pero claro y con firmeza. Sabe lo que hace. Para él los días tienen mil horas y no le pesan. Las disfruta, las optimiza y crea.
-La verdad es que es tanto lo que haces que no sé por dónde arrancar. Contame un poco de tu presente, estás con “Sex” y “Perdida Mente”
-Por un lado tengo las tres versiones de “Sex” en diferentes lugares con las que abarcamos cinco plazas porque por un lado está la versión de Villa Carlos Paz que protagonizan Iliana Calabró y Juan Palomino en el teatro Melos, en donde están haciendo funciones todas las noches y ya se consolidó como uno de los cinco espectáculos más convocantes, así que muy agradecido. Por otro lado, el espectáculo, en su versión encabezada por Ginette Reynal y Christian Sancho, se presenta en Mar del Plata de jueves a domingo, en el teatro Roxy, y los lunes y martes recorren toda la costa atlántica. O sea, que ese segundo elenco, no solamente hace Mar del Plata, sino que toda la costa, abarcando dos plazas diferentes. Y, en tercer lugar, el Sex original, lo que nosotros llamamos “la matriz”, que es el espectáculo que estás acá en Buenos Aires, en Gorriti Art Center, en donde el espectáculo nació, con Diego Ramos y Romina Ricci a la cabeza, una especie de cepa central.
Con este elenco vamos a estar, en febrero, haciendo temporada los martes, de manera fija, en Rosario, así que con este panorama que te cuento de “Sex” tengo tres elencos que abarcan cinco plazas diferentes. Cada uno de los elencos tiene una impronta diferente. Si bien son “Sex”, tienen sus particularidades porque con Mati Napp que es el coreógrafo trabajamos a la medida de cada uno de los de los intérpretes. No es lo mismo armar una coreografía para Virginia Gallardo, que es un Buenos Aires que para Valeria Archimó, que está en Mar del Plata, o Andrea Ghidone, que está en Carlos Paz. No es lo mismo trabajar con un actor como Nacho Sureda que viene del palo del cine, que trabajar con Martín Salwe que es locutor y que debuta por primera vez en teatro, o trabajar con Sebastián Francini que es un ex “Chiquititas” que pegó el estirón y ahora es un adulto super sexy que trabaja en la versión de Buenos Aires. Cada intérprete nos propone también, de alguna manera, buscar una identidad diferente en cada uno de ellos y eso genera nuevos momentos en el show, diferentes momentos creativos para que cada una de las versiones tenga una especie de sello único.
-¿Cómo ha sido para vos este desafío de elegir personas con perfiles tan diferentes para una obra tan innovadora y explosiva?
-Bueno, en principio, corriendo de lado los prejuicios. Poder generar un espectáculo en donde puedan convivir, no sé, Ginette Reynal , un personaje súper Icónico y que incluso tiene un resabio medio retro, con Martín Salwe que quizás uno lo conoce por las redes o por su desempeño mediático es no tener prejuicios. Mezclar en un espectáculo, como en Carlos Paz, a Juan Palomino que es un actor de toda la vida de cine, de prestigio, con no sé, Barby Silenzi, una bailarina que además de sus de su talento tiene un perfil más mediático al ser la pareja del Polaco, es poder abandonar los prejuicios en pos de lo que busco en el espectáculo, y lo que yo busco en el espectáculo es la mejor concreción de la palabra diversidad. ¡Qué mejor que hablar de la diversidad con un elenco bien diverso!
Para lograr esa diversidad lo que necesito básicamente es poder correr mis prejuicios y que el público también corre los suyos para que pueda venir a disfrutar de un espectáculo en donde cada uno de los de los intérpretes aporta algo diferente, un ingrediente diferente que tal vez el otro no tiene. Yo siento que eso es un poco un sello de mi producción.
Y no solo con “Sex”. Si yo te nombro el elenco de “Perdida Mente”, que después de estar un año y medio en Buenos Aires haciendo un gran éxito, ahora están en Mar del Plata, te encontras con nombres como el de Leonor Benedetto, Ana María Picchio, Julieta Ortega, Karina K y Patricia Sosa. Actualmente es un elenco solidificado porque vienen de un año y medio trabajo, pero la verdad es que cuando armé el elenco, era un elenco que tenía elementos verdaderamente disociados, o sea, mezclar a Leonor Benedetto que es una actriz de toda la vida con Patricia Sosa que actúa por primera vez en una obra de teatro de texto y a Karina K, que es una reina de musical, tiene ese costado que me parece que tiene personalidad de alquimista y el resultado me sorprende.
-Claro, y mientras hablabas pensaba en “La Casa de Bernarda Alba” o en “Extinguidas”, obra en la que trabajaste con nombres importantes en una época que ya estaban algo “olvidadas”
-No tener prejuicios a la hora de armar un elenco me permite poder mezclar a personas que están absolutamente vigentes con personas que quizás están fuera del raid mediático, o no están en el último programa de televisión, o no son protagonistas de la última etapa de una revista, pero han sido personajes que calaron muy hondo en el corazón del espectador y quizás mis espectáculos son la posibilidad de revalidar ese vínculo cada noche, cuando el público ovaciona de pie.
-Ya recién me hablaste de no tener prejuicios, ¿que otras cosas son las que te mueven a vos a la hora de plantear o pensar un espectáculo?
-Creo que siempre hago los espectáculos que a mí me gustaría ver. Creo que me mueven las ideas que me llevan a transitar un lugar diferente del que se transmite. ¿A qué me refiero con esto? A que de alguna manera yo trato de que cada espectáculo me proponga, como director, caminos nuevos.
Después de estar haciendo tres años un espectáculo rico, disruptivo, diferente y vanguardista como “Sex”, que es performativo, en el sentido de que no es una obra de texto, tenía ganas de probar algo totalmente diferente y ahí escribí, con Mariela Asensio “Perdida Mente”, que es una obra más convencional, que se mete en el tema de la neurociencia, que se mete con el Alzheimer, rompiendo el prejuicio o el prurito de que solo puede ser un tema dramático y lo convierte en una comedia de emociones que el público agradece un montón.
“Perdida Mente” apareció en mi cabeza por tener ganas de transitar algo diferente a lo que había hecho con “Sex”, que no se parezcan. Mi próximo proyecto, que es el que voy a empezar a empezar en marzo, es un proyecto que se llama “Plagio”, que es sobre parejas. Son diferentes parejas, en diferentes versiones en la misma obra.
-¿Y cómo es tu vida afuera del teatro? ¿Buscas tener algún momento de calma o te dejas llevar por este torbellino de obras, elencos, teatros....?
-Tengo 46 años de vida, dirijo desde los 18 años y “Plagio”, que es mi próximo trabajo, es mi obra número 70. En este tiempo he aprendido que cuanto mejor vida tenga, mejor artista voy a ser. Entonces, a pesar de que, por supuesto, todo lo que te cuento y todo el trabajo que hago me lleva un montón de compromiso y de actividades de agenda y de obligaciones, también tengo una vida con mucha actividad para mí mismo.
Puedo ir al gimnasio todos los días, tengo cenas con amigos, hago, consumos culturales, miro la serie que quiero mirar, voy a ver teatro, me voy de vacaciones con amigos, viajo con mi familia, tengo tiempo para el esparcimiento, para el sexo y para el romance. Me fui dando cuenta que cuanto mejor yo pueda vivir mi vida cotidiana y estar más nutrido, mejor artista voy a ser y eso para mí lo que me da una especie de equilibrio frente a ese torbellino que vos decís que significa mi agenda o la concreción de tantos proyectos para el afuera, con poder tener una vida lo más genial posible para disfrutarla como persona y que eso se traduzca en lo que hago.
-Estamos dejando afuera de todo lo que haces a la tele. Ahora estás en el Hotel de los Famosos.
-Sí, me encanta la televisión. Si bien siento que el teatro es mi columna vertebral, la tele es un lenguaje y un medio en el que me siento muy bien, en el que siento que supe ir construyendo y me estoy ganando un lugar de mucha identidad propia. Me gusta mucho que todo lo que yo hice en televisión, desde haber estado con Tinelli, haber estado en “Bendita”, tener mi propio programa de entrevistas como fue “Muy Muscari”, y ahora estar en el hotel de los famosos, fueron espacios que me permitieron saber quién soy verdaderamente. No me tuve que pasteurizar con el medio para poder ingresar, sino que justamente creo que el medio se nutre de ese sello diferente, atípico y distintivo que creo que tiene mi personalidad y que la trasladé a la TV. Busco todo el tiempo como artista, estando en la tele o estando en una obra de teatro, tener una identidad que me vuelva propio y no uno más del montón.
-¿Te corren la competencia o las redes sociales a la hora de producir, o mantenes tu esencia pese a todo?
-Las redes sociales, la competencia y la devolución del otro sobre lo que uno hace también que construye. Lo que yo hago es para otro. Yo hago las obras de teatro que a mí me gustaría ver, no hago las obras de teatro que siento que le van a gustar el espectador porque uno nunca sabe lo que le va a gustar al espectador.
Entonces, la única opción que me queda y que elegí como opción sana para mi vida, es hacer esas obras de teatro que a mí me gustaría ver, ¿eso que significa? que yo puedo nutrirme de la aprobación o la desaprobación del espectador de todo eso que hago en la televisión, en el teatro o en mis propias redes, pero no estoy condicionado para ser una especie de creador a la carta de lo que el otro espera de mí.
Mientras yo esté contento, confiado y feliz de lo que yo me propuse lograr con lo que hago y eso funcione para el afuera, bien. Si después hay gente a la que no le gusta, o considero como parte del folclore de lo que hacemos.
Estoy contento con mi labor en “El hotel de los famosos”, estoy muy contento con el resultado de “Sex” y lo que pasa cada noche en el escenario, estoy muy feliz y orgulloso del resultado artístico y el éxito que tiene “Perdida Mente”.
Si reviso mis redes siento que traducen quién soy verdaderamente como persona. No solo soy un director que dirige, escribe o actúa obras de teatro, sino que además soy un personaje que puede ser mediático, una persona que tiene un compromiso con sus propias redes sociales y una comunicación con esa especie de público virtual que uno va construyendo por este medio.
-¿Hubo algún momento en el que pensaste en parar?
Yo tenía una tendencia a hacer dos, tres y hasta cuatro espectáculos por año, hasta que debuté con “Sex”. Cuando debuté con “Sex”, hace casi cuatro años, fue verdaderamente tan explosivo y tan movilizante lo que a mí me generaba el éxito de la obra, meterme con un tema tan controversial como el sexo, que dije “me voy a quedar solo con este espectáculo no voy a estrenar nada más por un tiempo” y bueno, así estuve casi dos años hasta que después vino la pandemia e indefectiblemente nos hizo a todos parar un poco la moto.
En ese tiempo me volví más introspectivo. Estuve dentro de mi casa durante la primera parte de la pandemia y en los primeros meses incluso no tenía ningún tipo de trabajo, como todo el mundo. Después me reinventé, hice “Sex” virtual, empecé a salir y a trabajar en la televisión.
Creo que pasé por un proceso que fue el que me llevó a este presente en donde tengo una especie de ley interna que es que solo estreno un espectáculo por año. Ahora, después de tener este verano tan poderoso y de tener tres versiones de “Sex” y ver cómo esas versiones después van a continuar en el año; de acompañar la gira nacional de “Perdida Mente”, que va a recorrer todo país, como que todo el foco está puesto en esta nueva obra que recién te contaba que es “Plagio”, que es una obra sobre diferentes versiones del amor. Si el amor es el mismo entre las mujeres que entre los hombres, si es lo mismo una pareja heterosexual que una pareja gay o la diferencia de edad, o no, adentro de la pareja. Distintas preguntas que abren este proyecto, que se llama “Plagio”, que es la misma obra actuada por cuatro diferentes elencos en diferentes noches de la semana, en el mismo teatro. Eso es algo que yo voy a estrenar a mediados de abril en el Teatro Regina, aquí en Buenos Aires y es un proyecto que tiene toda mi energía creativa canalizada ahí, pero eso es algo que yo estoy aprendiendo con el tiempo, antes quizás me preguntaba qué iba a hacer en el año y yo te contaba tres proyectos. Ahora, por suerte, aprendí que a mí como artista me configura mejor poder enfocar toda mi energía en una única compuerta creativa.
-¿Los mendocinos vamos a tener la posibilidad de tener alguna de tus obras en nuestras salas, este año?
-Sí, obviamente. Este año no solamente va a ir “Perdida Mente” con el elenco original, sino que también una nueva formación de “Sex” va a arrancar a hacer una gira nacional y me parece que va a estar buenísima.
-¿Cómo ha sido el recibimiento de los mendocinos a “Sex”? Muchos nos tildan de una sociedad conservadora.
El feedback primero uno lo siente en la boletería y “Sex” cuando fue no solo fue un hit, sino que nos obligó a agregar funciones. Esa parte conservadora de Mendoza se ve que debe funcionar para los propios mendocinos sobre la propia producción mendocina. Yo de alguna manera juego con lo mejor y lo peor de ser porteño y no ser mendocino, entonces he podido ser todo lo controversial que el espectáculo puede ser y el público de Mendoza lo ha aprobado unánimemente.
Ahora estoy con toda mi energía puesta en lo que siento que va a ser mi llegada a Mendoza, con dos espectáculos totalmente diferentes. Por un lado, la vuelta de “Sex” en esta nueva gira nacional y ojalá con un nuevo elenco, pero sobre todo con toda la energía puesta en “Perdida Mente” que es texto de excelencia que habla sobre la neurociencia y el funcionamiento de la cabeza.
Cuenta la historia de una jueza de la nación, que es Leonor Benedetto, que como su cerebro no funciona bien decide juntar a las mujeres importantes en su vida. Su hija (Julieta Ortega), su mucama y apoyo emocional de toda la vida (Ana María Picchio), su abogada y mano derecha, con valores dudosos (Patricia Sosa) y su hermana (Karina K) con la que tiene una relación muy explosiva.
Estas cinco mujeres llevan adelante esta historia y verdaderamente el escenario es una fiesta de talento, de humor, de emociones y de prestigio. Sobre todo, la satisfacción de ver a Ana María Picchio y Leonor Benedetto con 80 años actuando todas las noches y dando todo arriba del escenario. Ojalá que cuando “Perdida Mente” llegue a Mendoza sea una fiesta para todo el público.