Juanes, figura prominente de la escena musical latina, acaba de lanzar la cumbia “Amores prohibidos”, primer tema que adelanta el álbum homónimo que llegará en 2023. Allí vuelve con un sonido propio que lo reúne con su mejor versión de sí mismo. Él lo atribuye “al uso de la guitarra eléctrica como elemento capaz de conectar mundos”.
“Para mi música pienso en la guitarra eléctrica porque me gusta el rock, pero también pienso la música popular, en la manera de cantar, en las melodías y en la progresión de los acordes y, de esa manera, pues voy como juntando esos lugares que parecían distantes pero que realmente no lo son tanto”, dice el colombiano.
Desde Mérida y en medio de una intensa agenda que apunta lanzamientos, presentaciones y premios, el músico nacido hace medio siglo bajo el nombre de Juan Esteban Aristizábal Vásquez, construyó desde sus 15 años un camino musical imponente que lo ubica, entre otros logros, como el solista más ganador de premios Grammy Latinos.
Así evoca los orígenes de ese tránsito: “comencé con la música de la mano de la guitarra popular, la guitarra de nylon, que yo aprendí tocando música del sur por mis papás y mis hermanos, haciendo zambas, chacareras y tangos y toda esta música que en Medellín, mi ciudad, es algo muy, muy popular, pero de allí pasé a la guitarra eléctrica que es donde empecé a pensar en cómo encontrar mi raíz colombiana”.
Juanes en puro presente
El flamante “Amores prohibidos”, es la pieza con la que además Juanes vuelve a presentar repertorio propio desde “Más futuro que pasado” (2019).
Sin embargo, en medio de estos dos trabajos, el cantante subraya la aparición de “Origen”, placa donde entre otras, versiona piezas de Gardel-Lepera (“El día que me quieras”), Fito Páez (“El amor después del amor”), Bob Marley (“Could you be loved”), Bruce Springsteen (“Dancing in the dark”), Joaquín Sabina (“Y nos dieron las diez”) y Juan Luis Guerra (“La bilirrubina”), “porque me permitió volver a darme cuenta de qué es lo que debo recordar, de dónde vengo y cómo puedo seguir adelante”.
- ¿Y allí fue que hallaste el rumbo que querías para el cancionero que conoceremos el año próximo?
- Sí, pero justo cuando terminé este disco de “Origen”, el disco de mis padres, ahí llegó la pandemia. Todas esas dudas y angustias y sueños que se me pasaban por la mente fueron a parar aquí, porque me dio el tiempo para poder sentarme a componer otra vez con mucha tranquilidad como hace mucho tiempo no tenía.
- Además de la canción que acabamos de conocer, ¿qué se puede adelantar del concepto del disco?
- Para mí es un álbum con mucho peso que no habla sobre ir a bailar, sino que sus canciones hablan con profundidad sobre situaciones reales de la vida cotidiana. Si bien hay algunas canciones que conectan un poco con el Caribe por la parte bailable, las letras y su sentido son incluso hasta grises o más oscuras. Fundamentalmente volví a mucho a la guitarra y a la banda para construir un disco muy orgánico y serio pero también “cool”.
- ¿La situación social que atravesó Colombia de algún modo también puede oírse en el repertorio de “Amores prohibidos”?
- Sí, claro, entre las 11 hay dos canciones que hablan sobre diferentes temas sociales. Hay una canción que se llama “Canción Desaparecida” que la hice con Mabiland, que me encanta lo que hace desde una especie de soul y rap muy particular, y tengo otra canción que se llama “Mayo”. Esos temas sociales vuelven otra vez a mí y a mi música pero de una manera natural, desde la música y están ahí como parte de ese documento de lo que han sido estos últimos años.
- ¿Cómo se inserta el tema “Amores prohibidos” en este concepto?
- Estábamos en medio de este encierro generalizado y cualquier día por la mañana me desperté a leer noticias y encontré un artículo donde una chica que hablaba sobre qué iría a pasar con esos amores prohibidos en ese contexto y empecé a pensar que ahí podía haber una canción. Entonces para esto trabajé primero la música que es al final como una cumbia popular. Sumó el arreglo hecho con Sebastian Krys y Emmanuel Briceño. La llevamos a un lugar más moderno. Y la letra la trabajé con un amigo poeta cubano Alexis Díaz Pimienta que es un personaje que vive actualmente en España.
- La temática parece ir más allá de la referencia a la infidelidad?
- En principio la canción fue inspirada por la situación de la pandemia para las personas infieles encerradas en sus casas, pero puede tener tantas lecturas como se quiera, incluso refiriendo a las religiones que condenan la homosexualidad y a una sociedad que de tan dividida está plagada de esos amores prohibidos.
Lo que viene en la vida de Juanes
- ¿Cómo definirías tu vínculo con Morat, la banda con la que compartiste “506″ y en diciembre harás dos recitales en Medellín?
- Compartir estos conciertos me tiene muy emocionado por volver a tocar en Medellín y porque me gusta Morat, los chicos me inspiran y conecto con ellos.
- ¿Qué sentís al leerte en “1.577.836.000″, tu biografía escrita por Diego Londoño?
- Diego Londoño es un periodista colombiano de Medellín. Llegué a él porque antes escribió la historia de Andrés Calamaro que a mí me encantó. Como me faltaban tres años y medio para cumplir los 50, le pregunté: “¿te animas a escribir algo?”. Él estuvo tres años y medio en este proceso. Hablamos un par de veces . Habló con mi madre, mis hermanos, mi esposa, mis amigos, mis colegas, mis enemigos; gente que permite verme desde los ojos de otras personas, desde otra perspectiva./ Sergio Arboleya.