“Karamelo Santo empezó en una pieza de un edificio de la calle Buenos Aires 330 en Mendoza, con una trompeta, un teclado y guitarra. Éramos tres: Fabiana Droghei, Marito Yarke y yo, que comenzamos con el proyecto y luego se sumó el resto”, rememora Goy Ogalde desde el barrio de Villa Crespo (CABA), su lugar en el mundo. Allí hizo pie con una de las bandas que revolucionó desde el oeste la escena del rock mestizo.
De ese comienzo ya pasaron treinta años. Tres décadas donde el grupo sufrió su transformación, disfrutó del auge, la popularidad y también la permanencia. Hoy Karamelo es, en la historia de la música nacional y provincial, una banda de rock alternativo que traspasó la frontera latinoamericana y escribió un capítulo fundacional. No solo por su estilo mestizo (esa unión del rock, el ska, el reggae y algún que otro sonido andino), sino por su compromiso desde lo artístico con lo social y la realidad.
Después de varios años sin tocar en Mendoza, el grupo liderado por Goy tendrá su merecido regreso a sus pagos, con un concierto especial el sábado 10 de diciembre, en el marco de la Fiesta Provincial de la Cerveza, donde celebrará sus 30 años.
“Este concierto es un agradecimiento al público”, apunta el cantante, guitarrista y compositor que pasó épocas de mieles con la banda, tomó distancia durante un período y en 2016 regresó al grupo.
Momento de disfrutar la cosecha
Desde la edición de su disco debut, “La Kulebra” (1993), con el hit “La kulebra del amor”, Karamelo Santo ya marcaba la diferencia. Esa mezcla de géneros, en una propuesta que unía boleros, cumbia, punk rock, ska y murga, con alma de reggae, lo distinguían del resto y de los pocos grupos que habían logrado traspasar la frontera provincial. En ese sentido, Enanitos Verdes era un precedente.
Pero de ese comienzo hasta su llegada a Buenos Aires pasaron cinco años. Fue en 1997 que llegaron a la Capital con lo puesto y meses después grabaron “Perfectos Idiotas”, su segundo álbum, producido por Martín Aloé. El primer corte, “Vas a volver”, alcanzó la cima de los rankings de varias radios argentinas y latinoamericanas y su video promocional no paraba de rotar en MTV. A esto siguieron shows en grandes festivales nacionales como Cosquín Rock, Gesell Rock, Quilmes Rock y Pepsi Music.
“Hay momentos paradigmáticos en una banda como nosotros. Creo que el momento que más me representa fue subirme en el año ‘97 a un micro con los pasajes semi pagos, y con una bicicleta. Llegar a Buenos Aires, ir a una casa prestada y empezar de cero. Todo lo que hicimos en Mendoza de alguna manera no se conocía. Entonces comenzamos a tocar en plazas y en lugares abiertos, hasta grabar el segundo disco. Después empezamos de cero en 2001, con el fallecimiento de uno de los integrantes. Fueron momentos fuertes, que fueron los más anecdóticos”, resalta Goy Ogalde sobre los momentos bisagras para la banda que conquistó con su cuyanía mestiza Latinoamérica y Europa.
Claro que el ritmo mestizo no solo fue lo que marcó la diferencia. Karamelo Santo siempre tuvo en sus letras un compromiso social y la búsqueda por reflejar una realidad.
Conformada por Guillermo Goy Ogalde (voz, guitarra y composición), Mario Yarke (teclados), Lucas Álvarez (voz), Ignacio Ismael (voz, percusión), Sebastián Fernández (bajo), Marcelo Manzanelli (batería), Adrián Frydman (trompeta), Juan Pablo Bruno (saxo) y Matías Arriola (saxo), la banda mantiene su búsqueda musical y compromiso discursivo.
“Tenemos un compromiso social y espiritual. En la banda tenemos nuestras diferencias y miradas de la política, pero todos coincidimos en el respeto a la naturaleza, la Pachamama, llevamos un espíritu social de crítica y saber que algunas cosas se pueden cambiar con el arte. Y la convivencia con los pueblos originarios nos hizo muy bien como grupo”, sostiene el músico.
La pandemia fue un tiempo para explotar la creatividad compositiva al máximo. Sin la posibilidad de salir a tocar, Karamelo Santo comenzó a grabar nuevo material: de ahí nació “El Gran Poder, Vol.2″ y formato instrumental, con versiones del repertorio más popular de la banda con artistas invitados. Y este año editaron “Venceremos”, un disco con el sonido característico de Karamelo, pero con algunas incursiones en otros estilos, sin dejar la poética cercana a nuestra geografía y las vivencias que nos identifican.
“Durante la pandemia tuvimos una actividad muy grande a nivel producción. En total hicimos cuatro discos en dos años. Y como no podía trabajar como productor, hicimos ‘El Gran Poder. Volumen 1 y 2′, y luego ‘Venceremos’. Fue una jugada maestra, porque lo subimos a Spotify y teníamos muy pocas escuchas en ese momento, y pasamos a tener 100 mil escuchas. Nos dimos cuenta de que hoy se trabaja así, sacando material de a poco”, reflexiona.
-¿Cómo te llevás con las actuales formas de producción y difusión de la música que te exigen una permanencia casi diaria?
-Creo que el ejercicio de la composición y la producción siempre es bueno. Ya tenemos más de veinte discos y cada disco nos ha sumado. Entonces comenzamos con esa movida de sacar singles en vez de discos enteros. Para mí funciona ese sistema, porque pasamos esa época donde íbamos a países más chicos y quizás no estaban nuestros discos. En cambio, ahora podemos ir a cualquier lugar y nuestra música suena. Para mí la democracia que tomó la distribución musical fue amplia y es mejor. Una prueba de eso es la canción “Heladero”. No tenía mucho que ver con nuestro sonido, sino que es más indie y de repente fue la que más se escuchó del último disco.
-En cuanto al público que los sigue en los conciertos, ¿cómo manejan las subidas y bajadas en la convocatoria después de tantos años?
-La convocatoria y el auge de Karamelo sucedió en un momento, estamos trabajando con un trabajo que no vamos a dejar de hacer. E independientemente de las escuchas en las plataformas, aunque te sigan diez personas y pagan tu entrada, la gente respeta sus artistas. Uno a veces comete errores, incluso la cancelación por algún dicho o expresión. Pero ahora hay que disfrutar de lo que se cosechó, de poder hacer música y estamos agradecidos siempre con lo que sucedió en Mendoza. Porque en el ‘93 nosotros no habíamos grabado un disco, pero la gente sabía nuestras canciones y nos apoyó. A propósito de todas esas vivencias, la canción “Hasta pronto” del último álbum representa mucho lo que pasó en la banda, esa emoción que estamos viviendo ahora y la última etapa.
Karamelo Santo regresa a sus pagos
La banda volverá a Mendoza y por segunda vez participará de la Fiesta Provincial de la Cerveza.
El grupo comandado por Goy Ogalde sonará el sábado 10 de diciembre, en el espacio verde Luis Menotti Pescarmona de Godoy Cruz. Esa jornada también subirán al escenario principal Agitados, Perro Cochino, Venus Miente, El Álamo, Chancho Va y el cierre a cargo de Ciro y los Persas con la Orquesta Filarmónica de Mendoza.
Las entradas están disponibles en Entradaweb.com.ar