Por lo general, las orquestas filarmónicas están acostumbrados a la música académica, de sala. Sus músicos acostumbran interpretar grandes obras de la música clásica en teatros con personas “recatadas” que jamás agitarán una bandera o una remera –lo que implicaría, además, quedarse en cuero como consecuencia de este acto y mientras dure una canción-. Difícilmente los integrantes de una orquesta oigan a miles de voces gritando, desafinadas, cantando en simultáneo la canción que interpretan con sus instrumentos.
Claro que la Orquesta Filarmónica de Mendoza no es una orquesta cualquiera y ya ha dado sobradas muestras de ello. A tal punto de que están tan acostumbrados a tocar en el ciclo Música Clásica por los Caminos del Vino (donde no falta el tango o la música académica), así como también a complementarse a la perfección con Ricardo Mollo y diferentes hits de Divididos. Pedro Aznar, Juan Carlos Baglietto y Andrés “Ciro” Martínez son otros de los músicos más “rockeros” y “populares” con los que la Orquesta Filarmónica de Mendoza (OFM) ha tocado. ¡Si hasta actuaron junto a “Los Palmeras” en una repetición de la Fiesta Nacional de la Vendimia!
De hecho, recientemente “Ciro y los Persas” (la actual banda del ex líder de Los Piojos) y la Orquesta Filarmónica de Mendoza presentaron el álbum “Sueños, un viaje en el tiempo” –disponible en YouTube y en Spotify, y cuenta con reversiones de clásicos “piojosos” y de Los Persas, adaptados para música de orquesta. Más allá de las constantes colaboraciones y presentaciones conjuntas, es el primer disco del que participa la OFM de manera integral y junto a un artista de rock nacional.
“Fue fantástica la experiencia. Desde el punto de vista de músico académico, vivir y participar de este tipo de experiencias es algo más que interesante. Hemos tenido mucha suerte de trabajar con distintos artistas populares de distintos rubros como son el folclore, el jazz y el rock y la música popular”, resume el violinista David Gologorski (42), quien hace 10 años integra la Filarmónica de Mendoza y antes se desempeñaba en la Orquesta Sinfónica de la UNCuyo. “No habíamos llegado a grabar un disco, pero sí habíamos participado en actuaciones de la Fiesta de la Cosecha con Ricardo Mollo, con Pedro Aznar, con Baglietto y hasta con ‘Los Palmeras’ en una Vendimia”, agrega el músico, nacido en Georgia (una ex república de Unión Soviética) y quien vivió en el lugar hasta los 14 años. Luego, se mudó a Mendoza. “Somos varios músicos que somos de Georgia”, agrega.
El violinista de la Filarmónica reconoce que esa dinámica de trabajo distinta que vivieron todos los músicos les permitió vivenciar otra energía de trabajo. “A mí me encanta. Junto a un montón de músicos, además de estar dentro de la orquesta, hemos trabajado en la música popular, hemos grabado muchísimos discos de distintos género popular y nos sentimos súper cómodos. Con Ciro la dinámica fue muy positiva, de nuestra parte y de parte de él. Se sintió muy cómodo todo, con una muy buena composición de parte de los arregladores -Joaquín Guevara y Juan Emilio Cucchiarelli- y se dio muy buena dinámica”, acota Gologorski.
El difícil desafío de grabar un disco en pandemia
Aunque el álbum es la novedad reciente e inédita, la OFM y Ciro se presentaron por primera vez juntos en la Fiesta de la Cosecha 2020, en el Aeropuerto El Plumerillo. Sin embargo, la presentación formal del flamante trabajo se extendió durante una hora y media el sábado pasado, momento en que la Orquesta Filarmónica de Mendoza y Ciro (junto a Los Persas) presentaron en vivo parte de “Sueños, un viaje en el tiempo” en la segunda noche de la Fiesta de la Cerveza, en Godoy Cruz. Con la dirección del maestro Pablo Herrero Pondal, los músicos mendocinos y la banda del rock nacional repasaron los grandes hits de Los Persas, de Los Piojos y hasta presentaron algunas piezas. Todo con los arreglos necesarios para que se complementen y sincronicen a la perfección el rock nacional y la música de academia, de orquesta.
“Yo conocía la música de Ciro, de Los Piojos y de Los Persas, porque son músicos muy populares. Pero nunca había podido verlos en vivo, a pesar de que tocaron en todos lados. Mi primera vez fue con la Orquesta Filarmónica de Mendoza, en los ensayos previos y en el espectáculo maravilloso en que tocaron juntos una hora y media sin parar. Ese es mi mejor recuerdo”, destaca a su turno Pablo Herrero Pondal.
Y es que el maestro Herrero Pondal es el director titular de la OFM desde hace poco más de 3 meses, por lo que él no estaba al frente de los músicos cuando se grabó el disco. Quien dirigía por entonces la Filarmónica de Mendoza era el venezolano César Lara. E, incluso, el disco fue grabado en su totalidad durante la pandemia (en 2021), por lo que los músicos de la orquesta lo grabaron por su lado, mientras que Andrés “Ciro” Martínez grabó las voces por su cuenta y luego se ensambló todo.
En ese sentido, la Orquesta Filarmónica de Mendoza grabó las diferentes pistas durante dos semanas, con el Teatro Independencia cerrado. “Grabamos el disco en pandemia y fue todo un tema. En esa época había restricciones, por lo que se hizo todo por separado. Fue un desafío llevar adelante este trabajo y grabar un disco en ciertas circunstancias en las que, por lo general, no se decide grabar nada. En cuanto a la música de la Orquesta Filarmónica, se grabó por fila, y en algunos casos –como los instrumentos de vientos- por separado. Porque no podías tener más de cierta cantidad de artistas en un mismo espacio. Después, todo lo que fue editar y el trabajo de post producción, fue más complejo todavía. Porque tenías 20 veces más de pistas de las que se tiene normalmente”, resume el violinista Gologorski.
Así como lo fue para los músicos de la Filarmónica de Mendoza, la experiencia también fue inédita y enriquecedora para Andrés Martínez (Ciro) y para los músicos de su banda.
“Sentir al público de esa manera no es muy común para una orquesta. Fue una experiencia inolvidable, ¡ojalá se pudieran hacer más experiencias así! Para nosotros fue una cosa impresionante”, concluye el violinista sobre la presentación formal en la Fiesta de la Cerveza de Godoy Cruz.
La cocina del disco que equipara al rock con la música de orquesta
Aunque el disco completo fue presentado en mayo de 2022 y toda la grabación se hizo en 2021 –con los vaivenes y condicionantes de la pandemia-, la idea del disco de Ciro con la Filarmónica de Mendoza tuvo su génesis en 2020, cuando el ex líder de Los Piojos participó de la Fiesta de la Cosecha.
“Ciro vino un poco ‘a ciegas’, ya que la única data que tenía sobre la experiencia era que el año anterior habíamos hecho lo mismo con Lisandro Aristimuño (se presentó con músicos de la Filarmónica). Nos pusimos en contacto con Juan Avalos -guitarrista de Los Persas- y comenzamos a darle forma. Y todo terminó esa Fiesta de la Cosecha, con 22.000 personas haciendo pogo en una canción de la que solo participó una guitarra eléctrica, mientras que todo lo demás era orquesta”, resume Joaquín Guevara, talentoso músico mendocino, bajista de Usted Señálemelo y quien fue un engranaje clave en el disco de Ciro con la OFM.
Y es que Guevara y Juan Emilio Cucchiarelli fueron los músicos arregladores de todo este trabajo, que comenzó hace casi 3 años con aquella presentación en el Aeropuerto de Mendoza. “Cuando llegó Ciro e hicimos los primeros ensayos, te juro que él por ahí paraba de cantar, se daba vuelta y se lo veía emocionado de ver y sentir cómo sonaba y funcionaba todo”, rememora Guevara.
En el primer ensayo solamente había 4 percusionistas. Y eso fue lo que despertó la curiosidad de Ciro, y la pregunta que terminaría por desatar todo lo que vino después. “¿Y si hacemos una versión de ‘Verano del ‘92?”, preguntó el cantante. Eso motivó el pogo que Joaquín Guevara no olvidará jamás, en una Fiesta de la Cosecha y con músicos de orquesta en escena.
“Después de eso, a la semana (antes de que estallara la pandemia todavía), Ciro nos llamó para decirnos que querían armar una gira para todo el año. Estábamos terminando de procesar todo y, ¡pum!, pandemia. En 2021 recibimos otro llamado, y aunque seguíamos en pandemia, Ciro nos dijo que no quería estirarlo, que hagamos un disco. Todo el proceso fue en full pandemia, grabando todos los músicos por sección. Una orquesta reducida porque no podían estar todos los músicos por pandemia”, recuerda el músico y arreglador.
Antes de la presentación en la Fiesta de la Cerveza de Godoy Cruz, en octubre Ciro se presentó en el estadio de Vélez e hizo un pequeño anticipo en vivo de lo que podría ser un show en vivo con músicos de orquesta.
“Lo lindo de todo esto es que te das cuenta que es un tipazo, se desvive por lo que hace, se entrega al arte y perfectamente podría ser una estrella. Pero es humilde, le pone pasión. Eso fue un regalo más allá de lo musical, lo humano”, rememora Joaquín Guevara, quien clara que junto a Cucchiarelli siempre han priorizado el mensaje y lo que quiere transmitir con la música, por sobre incluso el género.
“Siempre llevábamos el mismo discurso, no nos gusta hacer rock u otro género; nos gusta hacer música. Cuando hacemos los arreglos, tratamos de respetar de dónde viene lo que vamos a llevar a la orquesta. Lo bonito de esto es que después la música habla sola. Los músicos empiezan a tocar, se suelen divertir. A nosotros nos gusta divertirnos, nosotros la pasamos bien mientras lo hacemos. Y entonces, después, la gente se va a relajar y lo va a disfrutar”, cierra.