Sin ninguna duda, El Chavo del 8 es un programa televisivo que ha cruzado varias generaciones durante décadas. Asimismo, sus personajes son reconocidos a nivel mundial y han sido disfrutados por grandes y chicos.
En el clásico televisivo surgieron muchos personajes como Chavo, Quico, Don Ramón, La Bruja del 71, entre otros. Los artistas que encarnaron estas figuras tocaron el cielo con las manos debido a la gran fama que alcanzaron en Latinoamérica y hasta mundialmente.
Más allá de los personajes importantes e imprescindibles de la tira, algunos otros fueron esporádicos pero muy queridos. Entre ellos se destaca Paty, la niña bonita interpretada por Ana Lilian de la Macorra.
A pesar de que su personaje fue el gran amor imposible de El Chavo del 8, la actriz nunca se destacó fuera de la serie pero fue porque así se lo propuso. Chespirito fue quien siempre tuvo toda la fé depositada en ella pero la mujer simplemente nunca quiso destacarse en el medio.
En la tira, Paty era quien despertaba la ira de la Chilindrina porque la otra jovencita se llevaba todas las miradas. Quien provocaba desmayos en Quico cuando le regalaba un beso en la mejilla.
El entrañable personaje fue interpretado por tres actrices diferentes. En un principio fue Paty Juárez quien la interpretó en 1972, además el personaje tomó su apodo para siempre. La segunda actriz en calzar el papel fue Rosita Bouchot, en 1975.
Tras varios capítulos en los que el personaje no apareció, Chespirito pidió a Ana, su directora de casting, que reanudara la búsqueda de una nueva actriz para Paty. Pese al intenso trabajo, ninguna de las mujeres que se presentaban al casting daban con el fisic du rol porque “eran muy pechugonas”. Fue así como el productor usó su sagaz ojo optando por pedir a la directora del casting que encarnara el papel.
Primero se negó, le advirtió que no era actriz, pero con el tiempo le dio el gusto: se sumó a la historia y su papel cobró una popularidad que fue creciendo con las apariciones. Al final, terminarían siendo 25 episodios. Sin embargo, siempre tuvo la misma opinión al respecto: “No era mi rollo, mi corazoncito estaba en otro lado”.
Pese al cariño de la gente, cuando la fama comenzó a sobrepasar a Ana, ella decidió dar un paso al costado. La gran popularidad que trepó al ser parte de una tira tan importante le generó un miedo tal que no podía controlar, por esa razón decidió no continuar con su papel.
¿Qué hizo luego de su salida de los medios? Terminó su carrera de Psicología y más tarde hizo una maestría. Al día de hoy permanece ligada a su verdadera vocación.
