María Kodama, la viuda y albacea de Jorge Luis Borges fallecida el pasado 26 de marzo, no dejó un testamento con indicaciones acerca del legado literario del autor de “Ficciones”. Anteayer se especuló con que su patrimonio pasaría así a manos del Estado, según anunció el apoderado legal de la escritora y traductora, Fernando Soto. Sin embargo, hoy se decretó abierto el juicio sucesorio para verificar la existencia de herederos y se presentaron tres sobrinos, informó Télam.
Cuando apenas transcurrida media mañana del lunes, el abogado de Kodama convocó a los medios a una conferencia de prensa para anunciar novedades sobre el patrimonio de Borges. Todo parecía indicar que había llegado el momento de dar a conocer una decisión meditada con esa parsimonia oriental que la viuda del escritor atribuía a la herencia de su padre japonés. Ella misma, hace varios meses, había anticipado su intención de entregar el legado del autor de “El Aleph” a dos universidades extranjeras, llegando a sugerir que podría tratarse de la de Tokio, en Japón, donde se trabajó y se trabaja fuertemente sobre la obra del escritor, y las estadounidenses de Texas o Harvard, país donde avanzaron en proyectos conjuntos. No solo eso: momentos después de conocerse la noticia de la muerte de Kodama, el propio Soto había afirmado: “Ella dejó todo arreglado, ya se informará”.
Sin embargo, nada de lo sugerido aconteció en la conferencia de prensa convocada en el estudio que el letrado tiene sobre el microcentro porteño. “No dejó testamento”, se apuró a decir el abogado de Kodama e integrante de la Fundación Internacional Jorge Luis Borges, creada en 1988 por la viuda del autor de “Ficciones” para apuntalar su labor individual como custodia de la obra del escritor argentino más universal de todos los tiempos. Y a continuación aclaró: “Su escribana de confianza no tiene testamento. Nadie de círculo cercano entre quienes consultamos conoce el testamento. Si al momento de entrar a su casa se encuentra un testamento, se tomará ese, pero las posibilidades son bajísimas”.
Mientras no haya herederos ni haya una disposición, esa herencia pasaría al dominio público, en este caso la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, confirmó el abogado. Enseguida, las dudas e interrogantes se esparcieron entre los periodistas presentes. ¿Por qué Kodama, que defendió “como samurái” la obra de Borges, no dejó testamento? “Era su vida, no le importó nunca lo patrimonial -explicó Soto-. No quería hablar de lo que fuera de la finitud, tanto es así que Borges no le dijo a ella que fuera heredera. Ella se enteró luego”, agregó.
El abogado se atajó rápidamente y contó que ante “alguna polémica en el entorno de Kodama”, decidió presentarse ante la justicia: “Me presenté hoy ante el juez como persona interesada, porque el Código Civil establece que cualquier persona interesada puede pedir medidas de protección de los bienes”, indicó.
Soto dio a conocer un documento en el que se especifican los pasos a seguir para determinar cómo se determinará el destino del patrimonio literario de Borges. “En legal tiempo y forma y conforme a lo dispuesto en los arts. 529 2da. parte, 532, 536, 2438, 2441, 2444 y concordantes del Código Civil y Comercial de la Nación y lo dispuesto en la Ley local nro. 52, vengo a iniciar la sucesión por Herencia Vacante de la sra. María Kodama”, dice el comunicado.
“Ojalá un pariente heredero se presente. Tienen hasta 10 años para presentarse, tiene que reclamar la herencia en el Estado que esté”, explicó sobre la posibilidad de que aparezca un heredero.
De no aparecer herederos, el legado literario del escritor quedará en manos del Estado, concretamente a jurisdicción de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, que se encargará de gestionar los derechos por traducciones, nuevas ediciones así como de materiales inéditos, una tarea que desde 1986 y hasta hace unos días había desempeñado su viuda y albacea, fallecida el pasado 26 de marzo a los 86 años.
“En Japón traté de averiguar con gente vinculada a cuestiones diplomáticas y expresaron que ellos están con muchos requisitos para aceptar una donación, un legado. No es como Estados Unidos que tiene menos requisitos. De hecho, la Japan Foundation le ofreció a María Kodama ser la representante y ella no aceptó por la responsabilidad que implicaba hacerse cargo de esa obra. Que yo sepa, no existe ningún documento en Japón”, explicó el abogado aunque aclaró: ”puede haberlo”.
La herencia de Kodama consiste en el departamento en el que vivió en Recoleta, la sede de la Fundación Jorge Luis Borges, así como los departamentos de París y Ginebra. Con respecto al destino de la Fundación, el abogado explicó que todo el funcionamiento dependía de María Kodama. “La fundación es autónoma pero era María Kodama y sino tiene fondos, ¿cuánto puede durar una fundación sin fondos?”, preguntó retóricamente Soto.
A esa altura, la reunión aumentó la incertidumbre y dejó a los participantes atónitos. ¿Qué pasará con los sellos editoriales? “Los contratos se mantienen vigentes, el tema está que en el interín debe haber una protección de esa administración. Yo no avancé sobre eso, pero se puede nombrar una administrador y curador antes de que se presente un heredero”, explicó Soto.
El letrado aseguró también que impulsará medidas para proteger la obra literaria de Borges, una vez que se identifiquen las piezas y “se determine la de mayor valor histórico, cultural y patrimonial”. En ese sentido sugirió “resguardarlas en la Sala del Tesoro en el Banco Ciudad para objetos artísticos”.
Hoy, sin embargo, ocurrió un giro: sobrinos de María Kodama se presentaron ante la Justicia a fin de ser reconocidos como los herederos, confirmó a Télam el abogado Fernando Soto. “Estoy aliviado”, dijo: “Los sobrinos de María Kodama se presentaron como herederos ante el Juzgado Civil número 94″.
“Esto me alegra y alivia mi espíritu, que los sobrinos se hayan presentado como herederos abre una nueva etapa en el expediente sucesorio”, aseveró el letrado.En las últimas horas, sus sobrinos Mariana del Socorro, Martín, Nicolás y María Belén Kodama, hijos de su hermano Jorge, ya fallecido, solicitaron “se dicte declaratoria de herederos”.
Según trascendió, en la presentación solicitaron realizar un inventario provisional y secuestrar bienes muebles como obras literarias, premios, condecoraciones, manuscritos, fotos, material periodístico y títulos de propiedad de valor literario e histórico que deba salvaguardarse.
Soto explicó que “los sobrinos son los responsables de pedir un administrador y la protección de esos bienes” y aclaró que, “si bien sería una decisión práctica” que los demandantes se pusieran en contacto con él, no están obligados a hacerlo por ley.