Luciano Cáceres es uno de los actores del mainstream, pero también del cine o teatro independiente. Ha interpretado desde el villano más oscuro, hasta el tipo simpático y galán en diferentes proyectos. Siempre con la premisa de hacer lo que ama y sumar experiencia.
El jueves pasado se estrenó en varias salas del país “El Nido” (en Mendoza se puede ver en Cinemark y Cinépolis), una película escrita y dirigida por el italiano Mattia Temponi, protagonizada por Cáceres y Blu Yoshimi.
“Estoy contento de que se estrena en la Argentina. Esta película la hicimos en el 2020, participó en festivales en el 2021 y tuvo su estreno hace un año en Italia. Y además es un género que está bueno y es un buen plan para el verano y para los que les gusta el cine”, comenta el actor sobre el proyecto que unió Italia y Argentina, con una historia de terror premonitoria, que nació en 2015 y habla sobre el encierro y un virus mortal.
En la trama de “El Nido”, una chica de dieciocho años de una familia de clase alta y un voluntario de mediana edad quedan encerrados juntos en un refugio durante una cuarentena mientras afuera un brote viral convierte a las personas en bestias salvajes e irracionales.
“Hice muchas películas de géneros. En mis comienzos algunas más experimentales y en los últimos años, el género ha tomado mucha fuerza, sobre todo en nuestro país, con una presencia importante en los festivales de género. Por ejemplo, el recorrido que hizo “El Desarmadero”, que ganó un montón de premios, en más de 20 festivales. En ese caso también la protagonicé y me parece que es interesante. Además hay mucho público que le interesa, antes era más de nicho. Mucha gente joven a la que les interesa el suspenso y el terror. Y si ves los catálogos de las plataformas, también hay mucho cine del género”.
-Lo más llamativo de esta película es lo premonitorio del guion.
-Justo hablaba eso con el director. Pensa que la escribió cinco años antes, que es lo general que tarda una película, entre la primera idea, el desarrollo del guion y luego buscar la producción. Así fue que llegó a la Argentina Ventana Sur y se generó esta coproducción. Y a mí me llegó el guion en el 2019, y cuando lo leí me parecía de ciencia ficción, algo muy lejano a la realidad.
Ese lugar, la cuarentena, los cuidados ante el virus. Pero lo loco es que cuando filmamos la película, estaban todos con el mismo protocolo que el personaje. Obvio que era un virus más extremo, pero es muy fuerte pensar en una idea que nació antes de la pandemia y finalmente sucedió en la realidad, con un mundo colapsado por el covid.
-Y la filmaron en plena pandemia, la realidad superó a la ficción.
-Sí. Estuve cinco meses encerrado en mi casa esperando la posibilidad de viajar a Italia, después de todos los trámites. Y de un día para el otro viajé, me subí a un avión repleto de gente y llegué a una Roma vacía de turistas. Y luego comencé a filmar en el estudio, todo hermético. Inclusive las escenas de exterior de la película, están filmadas en el estudio.
Por suerte se pudo terminar y la película recorrió varios festivales y ya está en la plataforma local en Italia. Pero un requisito fundamental es que se estrene en salas argentinas, para continuar el recorrido internacional.
-Más allá de la necesidad de trabajo ¿Hoy qué te conmueve de un proyecto para que lo aceptes?
-Yo tengo un lugar de privilegio, donde me convocan para proyectos independientes, experimentales y producciones más grandes. Siempre me tiene que atrapar algo del personaje y me apasiona viajar trabajando. La verdad que en estos años trabajé mucho en el exterior; filmé dos películas en Brasil, dos temporadas de una serie en Roma, gire mucho con las obras que dirijo. Hay algo en ese intercambio en las producciones y con la gente que me encanta. Si hay un proyecto internacional me puede un poco más elegirlo.
Actor y director, Cáceres está abocado a los ensayos de “Elsa Tiro”, la obra de teatro de Gonzalo Demaría, que dirige e interpreta al reconocido autor y dramaturgo Eugene O’ Neill, ganador del Premio Nobel de Literatura, que tiene una historia poco conocida con Argentina.
-Navegas en diferentes roles con soltura, ¿cuál disfrutas más?
-De los roles he tenido de todo, incluso participaciones pequeñas que me han traído mucha satisfacción. Llevar una película adelante siempre es más interesante. Y en el caso de “El Nido”, con un personaje con tantos matices, que con el correr de la película te vas enterando quién es en realidad.
Este año gané el Martín Fierro por “La 1-5/18″, un personaje más bueno, médico con una historia de amor pura, más reconocible con la telenovela. Pero son los personajes que menos hacen en la trama, porque los villanos o los oscuros suelen llevar la trama. Y los buenos, aceptar y padecerlas. Tiene su complejidad hacer un bueno, pero la impunidad de los villanos me atrapa, te da unos permisos enormes.
-¿Tenés algún proyecto nuevo en televisión?
-Hay algo dando vueltas, hasta una miniserie. Y estoy viendo entre tres o cuatro proyectos para el año. Pero estoy abocado a los ensayos de “Elsa Tiro” que es la nueva obra de Gonzalo Demaría, para estrenarse en el teatro Regio. Y yo en doble rol de actor y director, con el personaje de Eugene O’ Neill, el gran dramaturgo padre del teatro realista. Y dos momentos de su vida; ya maduro recibiendo el Nobel y su pasado que es real, en Buenos Aires, donde vivió en el puerto de Buenos Aires entre marineros y prostitutas, que fue fundacional para sus textos. Sus obras hablan de eso, y la búsqueda de su primera obra desconocida, que se la vincula a la porno más antigua de la historia, que es Argentina y filmada contemporáneamente a su estadía.
Un Nobel que tiene un pasado con el porno argentino, imagínate el quilombo que se puede armar. Un delirio hermoso, que habla de la interpretación, no solo de los personajes teatrales, sino de los roles que asume en la vida. A finales de febrero estrenamos.
-Volviendo a la ficción en la televisión abierta, ¿cambió mucho las posibilidades de trabajo?
-Sí, es muy caro producir en Argentina. Pero al mismo tiempo se hace, se está reactivando con todas las dificultades, pero también hay mucha inventiva, mucha formación y se puede hacer con menos de lo que se espera. Estamos muy entrenados para laburar y optimizar recursos. Compañeros de afuera no pueden creer que grabemos un capítulo por día, cuando en otro país mínimo lo hacen en una semana. Pero la televisión abierta cambió, porque ya no esperan una hora determinada para ver una novela. Pero sigue comandando la pauta publicitaria, y aunque es menor el público, todavía hay gente que ve la ficción argentina. Y me pasó con la última ficción “La 1-5/18″, cuando viajé por las provincias con la obra “Desnudos”, el público hablaba de la novela. Entonces todavía hay un público cautivo de la ficción nacional.