“MANIAC” de Benjamín Labatut: un viaje por los delirantes orígenes de la Inteligencia Artificial

El libro del escritor chileno vincula la historia de la ciencia con las atormentadas biografías de algunos de sus padres más célebres.

“MANIAC” de Benjamín Labatut: un viaje por los delirantes orígenes de la Inteligencia Artificial
El escritor chileno Benjamín Labatut.

Quienes leyeron “Un verdor terrible” saben que el escritor chileno Benjamín Labatut es un portento indescriptible. Desde este volumen, publicado en 2020, encontró un hueco narrativo poco explorado y de enorme fuerza literaria, en el que combina la biografía novelada, la historia de la ciencia y el morbo por lo irracional. Todo unido a un pulso arrollador, que abunda en erudición y asociaciones tremendas que pueden dejarnos knock out. Así: indescriptible.

Goya nos dijo que el sueño de la razón produce monstruos. Walter Benjamin, que el Progreso deja tras su paso destrucción y catástrofe. Labatut, en esa sintonía, viene a recordarnos que el avance en el conocimiento y la tecnología trae en su ADN la locura de algunos de sus científicos más célebres . Pocos parecen haber caído en la cuenta de esa perturbadora contradicción. Y “MANIAC”, su último libro, se encarga de contarnos algunos casos más, además de los que exploró en “Un verdor terrible” y “La piedra de la locura” (todos editados por Anagrama).

Labatut divide el libro en tres personajes: el físico austriaco Paul Ehrenfest, quien atormentado por creer que el mal del nazismo corrompió el alma de la ciencia, se suicida tras matar a su hijo discapacitado; el súper campeón de Go japonés Lee Sedol, quien enfrenta a una IA en ese juego, para terminar siendo derrotado y caer, horrorizado, en la cuenta de hasta qué punto las máquinas se han independizado de sus creadores; y, sobre todo, el genio húngaro Neumann János Lajos, que una vez radicado en Estados Unidos pasó a llamarse John von Neumann.

"MANIAC", editado por Anagrama.
"MANIAC", editado por Anagrama.

Su capítulo, que ocupa al menos dos tercios del libro, es una elaborada polifonía, donde distintos personajes aluden a von Neumann desde distintos testimonios en primera persona: desde su hermano, pasando por su mejor amigo, por su más ferviente detractor, hasta su propia esposa. El retrato que se va formando intenta hacer justicia a lo que Labatut nos dice al principio del texto: “Fue el ser humano más inteligente del siglo XX. Un extraterrestre entre nosotros”.

Ciertamente, ha habido pocos seres humanos tan influyentes como él, y a la vez que hayan pasado tan desapercibidos. Sentó las bases matemáticas de la mecánica cuántica, ayudó a diseñar las bombas nucleares, desarrolló la teoría de los juegos en la Guerra Fría (Destrucción Mutua Asegurada o MAD, según la cual la única forma de evitar aniquilarnos era desarrollar una capacidad destructiva superior) y, además, la primera computadora moderna: la Mathematical Analyzer, Numeral Integrator and Computer. “Así bautizamos a nuestra máquina. Pero nadie nunca la llamó así. La llamábamos MANIAC”, le hace decir a Julian Bigelow, colega de Neumann, en uno de los momentos más memorables del libro.

Es cinematográfica la forma en que crea suspenso al pasar cada página y en las descripciones del capítulo final, donde el el autor no pierde oportunidad de relacionar su tema fetiche con los delirios de la Inteligencia Artificial, algo que asombra e inquieta en partes iguales a todos. Allí asistimos a las cinco partidas de go que Sedol jugó con una IA programada para ganar, en lo que terminó siendo un agónico duelo entre el cerebro humano y la máquina. ¿Quién ganó? La respuesta no es tan obvia, porque Labatut nos invita a pensar en nuestra propia singularidad como especie.

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