Su vínculo con la danza clásica comenzó desde muy pequeña. A los 8 años, María Cristina Hidalgo, por prescripción médica, tomó sus primeras clases en su San Juan natal y de ahí nunca abandonó la disciplina. La vida la trajo a Mendoza y luego de unos años decidió montar su propia academia de ballet.
Este mes, su escuela cumple 50 años ininterrumpidos en la escena de la danza de Mendoza y su nombre es referencia en el ballet, gracias a su tenacidad para montar espectáculos de repertorio clásico y continuar formando a cientos de niñas y niños que pasan por su espacio.
Para celebrar las bodas de Oro de la academia, el próximo 15 y 16 de octubre repondrán “Don Quijote”, en el teatro Mendoza, con la participación de bailarines invitados y su cuerpo de baile.
El ballet como punta de lanza para la formación personal
Como parte de su pasión por la danza, en 1972 María Cristina Hidalgo fundó su propia escuela de ballet. En ese entonces lo hizo en compañía de la actriz Edda Bustamante, también sanjuanina y amiga de la coreógrafa.
“Yo llegué en 1969, pero en 1972 abrí la primera academia junto con Edda Bustamante, que era amiga de la infancia. Previo a eso estuve tomando clases con Genovena de Sagues, la madre de Genoveva, otra referente del ballet. Ahí comencé con las clases de danza con mucho esfuerzo. Solo estuve un año con Edda porque ella se fue a Buenos Aires y me quedé sola con la escuela. Desde ahí continué con las clases y haciendo algunos espectáculos variados de danza, no reposiciones de ballet”, cuenta María Cristina Hidalgo sobre sus comienzos en la danza clásica en nuestra provincia.
Unos años después, su paso por el ballet de la Universidad Nacional de Cuyo marcaron su formación como bailarina y coreógrafa. Experiencia que trasladó a todas sus alumnas.
“En el año 81′ estaba como directora del ballet Lide Peralta, una gran maestra y me presenté a un cargo vacante en el ballet permanente. Solo estuve ese año, pero para mí fue lo más profundo de la danza, lo que aprendí de esa maestra”, dice.
En la actualidad, la Academia de Ballet María Cristina Hidalgo recibe niños y niñas desde los 4 años, y tiene el mismo funcionamiento que una escuela: el alumno que continúa la formación hasta los 18 años, se recibe de profesor o profesora de danza clásica.
“Me propuse solo dedicarme al clásico y no incluí otras variantes como danza jazz u otros estilos. Y producir obras de repertorio, creo que me caracterizo por eso. Sigo sosteniendo la danza clásica porque es la base de cualquier danza. Y una de las mejores opciones de actividad física para un niño o un joven. No solo te queda la técnica en el cuerpo, sino que el hecho de escuchar música clásica, de topar esos niveles logra que los chicos conecten con otras cosas fuera de lo conocido, e incluso salgan de la depresión”.
-Con la popularidad de otros ritmos, la danza clásica quedó un poco relegada como disciplina.
- Creo que hay que defenderla como herramienta para el bienestar de un niño. Y no es igual que un deporte, porque yo no busco que haya competencia entre las bailarinas, que no compitan entre ellas, sino que vayan juntas en la evolución. Y así va surgiendo la camada de bailarinas que se reciben y que también tienen una amistad más allá de la actividad de la Academia. Pero fomentamos el compañerismo, porque la danza se ha caracterizado por la exigencia y hay otros aspectos de mucho valor que aportan a la formación como personas.
De su escuela han surgido numerosas figuras, que decidieron continuar con la danza clásica como maestras y como bailarinas. Marta Morel, Mariana Antonio, Mariana Dimarco son algunas de las bailarinas que egresaron de la academia y hoy tienen su propia escuela en la provincia.
Aunque siempre está la posibilidad de probar suerte en otras ciudades y lograr un camino profesional.
“Siempre incentivamos que si les gusta la danza y tienen condiciones se presenten en concursos para becas en Buenos Aires o en el exterior. Porque, cuando ves condiciones, las motivamos a seguir el camino, pero al ser jóvenes algunos se animan a probarse afuera y otras no. Tengo el ejemplo de una alumna que no era tan sobresaliente, pero se recibió y se fue a Buenos Aires a estudiar danza; de ahí se fue con una beca a Portugal y así llegó a bailar en Hungría y ahora volvió por unos meses. Ella es un ejemplo de que quien trabaja y se esfuerza se puede destacar en la danza”, apunta la directora y coreógrafa.
Su pasión por la danza la transmitió a sus hijas Inés y Paloma Riveros, quienes son bailarinas profesionales. Madre de cinco hijos, Inés tuvo su paso por el Instituto Superior de Arte del Teatro Colón, fue parte del Ballet Argentino y Directora Artística del Ballet de la Provincia Salta. Actualmente vive en el exterior. En tanto, su hija Paloma es quien hoy lleva el trabajo grueso de la Academia como coreógrafa y bailarina.
“Mi orgullo es la permanencia, las grandes personas que se van formando en la Academia junto a la danza. E indirectamente uno aporta algo a los alumnos. Miro para atrás y veo la cantidad de bailarinas que pasaron y es un orgullo. Para mí la parte humana es la más hermosa, y mis dos hijas continuaron con la danza. Ahora Paloma es la que continúa con la Academia. Me gustaría que mi hija Paloma y dos colaboradoras que están en la Academia continúen el camino y tengo un proyecto para eso. Porque aunque me cueste me quiero alejar un poco del trabajo de la escuela, se requiere de mucha energía”, expresa la directora.
Una producción para no perderse
Reponer obras del repertorio clásico es otro de los objetivos que se propuso Cristina Hidalgo en la escena mendocina. Desde 2005 junto a Shirley Jorquera y su ballet produjo “El lago de los cisnes”, “Coppelia”, “Giselle” y “El Cascanueces”, entre otros. Siempre con el plus de traer figuras foráneas destacadas y brindar la posibilidad a los amantes del ballet de disfrutar de una puesta artística de calidad.
El fin de semana próximo, en el Teatro Mendoza bajo su dirección repondrá “Don Quijote”, que tendrá como invitados especiales y primeras figuras a Sofía Menteguiada Smith (Primera bailarina internacional) y Federico Fernández (Primer bailarín del Teatro Colón).
La producción cuenta con la adaptación coreográfica y dirección artística de Paloma Riveros Hidalgo. La asistencia de Tamara Garay, con escenografía de Julio García y maquillaje de Sergio “Kartajena” Sotelo.
“El esfuerzo es mucho para hacer una producción de este nivel, desde lo económico hasta la logística. Por ejemplo, el Teatro Mendoza no tiene tapate y tuve que alquilar uno en Buenos Aires para el montaje. Y ‘Don Quijote’ es una obra especial para mí, hace muchos años que no la reponemos. Lo hicimos en 2007 con la producción de Gabriel Canci y fue muy exitoso. Además cuando cumplimos las bodas de Plata hicimos esta misma obra, y en la misma sala. Entonces, de alguna manera queremos terminar el ciclo con la misma obra. Además de que es alegre y le gusta al público”, apunta la coreógrafa.
La ficha
“DON QUIJOTE”, de Minkus.
BODAS DE ORO ESCUELA DE BALLET MARÍA CRISTINA HIDALGO
Funciones: Sábado 15 de octubre (a las 21) y domingo 16 de octubre (a las 20).
Lugar: Teatro Mendoza (San Juan 2417, Ciudad).
Entradas: en Entradaweb.com.ar