Este jueves los participantes dejaron todo para conseguir la última estrella de Masterchef, la que mandaba directo a uno al balcón o empataba las cosas, si la ganaba Antonio, que era el único que no tenía, y fue lo que finalmente pasó. Así que este domingo, habrá desempate entre Rodolfo, Estefanía, Rodrigo y Antonio. Uno de ellos sube al balcón, otro se va, y la final ya estaría casi definida.
Pero la noche quedó “manchada” con el error que cometió Rodolfo, que asqueó a Donato de Santis y sacó de quicio a Germán Martitegui, quien confesó que si eso le pasa en un restaurante, revolea el plato. Fiel a su estilo, a Rodolfo no se le movió un pelo y confesó que él siempre comió los calamares de esa manera, algo que reforzó en sus redes sociales, con un picante posteo.
¿Qué paso? Rodolfo presentó calamares con piel y la “pluma”, una especie de espina enorme que, en gastronomía, se considera un error imperdonable. Cuando llegó al frente y Martitegui se percató de ese detalle, su cara se desfiguró y le confesó al cocinero que, en otras condiciones, “tiraría el plato por la cabeza”. A todo esto, Rudy aseguraba que “no era tan grave” y que el comensal podía sacarlo. Damián Betular no podía creer lo que estaba escuchando.
Claramente, la estrella del último duelo fue para Antonio, quien de esta manera se llevó la última insignia del programa, previo a la final. El salteño dejó salir su costado más picante, se impuso sobre el mexicano y terminó teniendo una noche buenísima, después de haberle ganado el duelo a Rodrigo.
Noche de duelos en Masterchef: amigos en guerra
El desafío de este jueves sacó el costado más competitivo de los participantes. La consigna era batirse a duelo con la persona que tenían en la cocina de al lado. Como Rudy y Estefi son tan amigos que buscan estar juntos todo el tiempo, ahora tenían que competir directamente. Lo mismo con Antonio y Rodrigo.
Rudy y Antonio resultaron los ganadores de sus respectivos duelos, y fueron quienes se enfrentaron en la última prueba. Antonio se impuso sobre las decisiones de Rodolfo, algo que le salió perfecto porque se quedó con la ansiada estrella.
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