Masterchef se está poniendo cada vez más difícil. La final está a la vuelta de la esquina y las exigencias crecen. Como cualquier persona, cada participante lidia con la presión como puede, y Rodrigo, que es un caos en sí mismo, es el más complicado del certamen. La prueba de la “búsqueda del tesoro” lo puso de mal humor y Germán Martitegui se lo advirtió: “El que se enoja pierde”.
Una prueba a la templanza
El desafío de este lunes tenía mucho de lúdico. Con la presencia de Tortonese, la propuesta era que los cocineros amateurs, a partir de algunas pistas, encontraran la receta de lo que tenían que preparar, que estaba dividida en tres partes. Para algunos fue más sencillo, mientras que para otros fue un poco más complicado. Rodrigo estaba en este grupo.
En el apuro por encontrar las tarjetas con la receta hizo un desastre en las estaciones, sacó todo lo que estaba en las mesadas y lo dejó tirado en el piso. En el balcón, tiró una banqueta. Estaba desquiciado.
Para colmo de males, el plato que tenían que cocinar era pasta, algo a lo que Rodrigo le escapó durante casi todo el certamen. Los participantes tenían que preparar un nino bergese, plato que toma el nombre del cocinero que lo creó en época de postguerra, que consiste en un raviolón relleno de espinaca y ricota, y coronado con la yema de un huevo.
Rodrigo contra los chefs
A la hora de pasar al frente, Rodrigo empezó a derrapar y no pudo parar. Todo empezó cuando Damán Betular le hizo comentario de que era “virgen de pasta” y le preguntó si no hacía pasta en su casa. El participante respondió que sí, pero que le daba vergüenza presentar ese tipo de preparación delante de Donato. Betular le hizo el comentario de que prefiere a alguien pedante que a alguien con falsa modestia.
El cocinero reconoció que la egolatría era un valor que el no tenía y, enredándose en sus palabras, terminó diciendo que los chefs eran algo egocéntricos. “Suerte cuando vayas a un restaurante a comer, después de que todos los chefs de argentina acaban de escuchar lo que opinas de nosotros”, le dijo Germán.
En la devolución, cuando le tocó a Germán Martitegui, se detuvo en la actitud de Rodrigo. Visiblemente molesto por el comentario anterior, el jurado le recriminó la “actitud negativa” y dudó que el cocinero quiera ganar el ganar el certamen, pero igual le “aconsejó” que si quería ganar, tenía que cambiar de actitud porque “no va a haber un Masterchef con ese humor”.
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