Nuestro presente será el pasado del futuro. El incentivo principal para el rock es darle lugar a todas esas bandas que buscan abrirse camino.
Que haya más lugares donde poder expresarse y poder así mostrar lo que tienen para ofrecer es fundamental. Por lo menos, para visibilizar ese caldo de cultivo que nace en los garajes o las habitaciones de nuestros barrios de Mendoza.
En la medida en que haya más lugares, el incentivo será mayor. Aunque, en el fondo, el futuro no está absolutamente cargado sobre las espaldas de la aparición de dichos lugares. El rock en su esencia tiene esa lucha de búsqueda, de abrir puertas y fundamentalmente de no bajar los brazos ante las vicisitudes. Si no hay lugares, se inventan. Si no abre esta llave, pruebo la otra.
El rock es como una religión, menos daňina pero igual de pasionaria. El verdadero sentimiento es profundo y, en algún punto, mientras peor se está, más letra tiene el rock para denunciar.
Ojalá la Mendoza del futuro sea una versión mejorada de la actual, con la aparición de bandas que tienen su eco nacional e internacional. Sobre todo, que no dejen de tener ese sello indiscutible de rock mendocino que nos da identidad, no sólo geográfica, sino también social.
Por eso, desde nuestro presente, tenemos que apoyar todos esos nuevos y no tan nuevos proyectos. Apoyarlos escuchándolos, asistiendo a sus conciertos y dándoles la importancia que merecen. Digamos que, si queremos mejorar el futuro, tenemos que mejorar el presente. Acción y reacción, acto reflejo, como sea, pero cada movimiento que hacemos tiene su eco hacia adelante.
Es hoy cuando tenemos que accionar, darles a esas bandas su lugar y sus lugares para desarrollarse.
Algunos dirán: “¿en pos de que?”. Creo, en definitiva, que todos, o la mayoría, tratamos de hacer un mundo mejor, de paz y buenas vibras.
La música en sí misma trae esa cualidad intangible de entretenernos y llevarnos a un universo de sensaciones. Mientras se sigan fabricando guitarras eléctricas, no hay peligro. El día que se dejen de fabricar, ahí sí diremos: “El rock ha muerto”.
(*) El autor es guitarrista de rock e integrante de Enanitos Verdes, la banda de rock mendocino más popular de la historia.