Murió en la víspera Ibis Lusetti de Cepparo, una de las grandes luminarias del teatro mendocino, con proyección provincial y nacional. Su partida se produce a los 88 años luego de una trayectoria dedicada a la actuación de 60 años.
Antiguos compañeros y gente del público que la siguió durante décadas la definieron como “una mujer bella, sumamente bella, con una dedicación plena a la representación de personajes diversos, sostenida por el trabajo y los ensayos permanentes”.
Sus inicios los encontramos en la televisión mendocina, como integrante de los planteles de Canal 7 de Mendoza, en los años 60. Ella misma lo contó al ser entrevistada por este diario 2020, cuando cumplió 85 años: “Fui convocada por la teledifusora para hacer programas en vivo y también avisos comerciales”.
Debajo del brazo llevaba el título obtenido en el Conservatorio Nacional de Arte Dramático, de donde egresó con actores de la talla de Alfredo Alcón y Julio de Grazia.
En 1961, la joven actriz, de 26 años, ya casada con Américo Rodolfo Cepparo (m. en 2007), integraba la programación del flamante canal e inició actuaciones en los ciclos de espectáculos en vivo de la emisora, para adultos y también para la platea infantil. Después vino su concentración plena en el teatro, en especial en el ciclo brillante de presentaciones del Elenco Universitario de la Universidad Nacional de Cuyo, creado en 1949.
Cómo olvidar de ella las grandes veladas de un colmado teatro Independencia, en obras clásicas, que ya no se ven tan seguido. Fue compañera de grandes actores y directores, algunos locales y otros foráneos, como Cristóbal Arnold, Eloísa Cañizares, Luis Politti, Rafael Rodríguez, Luisa Gámez, Josefina Otero, Rosita Figuero, Eva Cabral, Walter Beltrán... y la lista continúa. Tomando ejemplaos al azar de sus desempeños en las tablas podemos nombrar la serie Recluidas, de la autora y guionista Luz Tambascio, o la presentación en la pantalla chica de la emisora que entonces estaba en el edificio Gómez, Los árboles mueren de pie, de Alejandro Casona, con Eloísa Cañizares. La obra fue filmada como versión teatral para televisión y la decoración era nada menos que de Federico “Chipo” Céspedes.
Hemos citado su pertenencia al elenco teatral de la Universidad Nacional de Cuyo y los de enseñanza del arte escénico en su academia particular Blanca de la Vega, nombre que rinde homenaje a su profesora de la infancia y la adolescencia en Buenos Aires (falleció en 1996).
También de los sets televisivos, aportamos la obra Estampas de Navidad, que tuvo mucha repercusión en la platea infantil y que implicó llevar al piso donde se filmaba animales vivos: una oveja, conejos, un perro y hasta un monito.
Otras dos entregas que le traían buenos recuerdos de tiempos pioneros en la actuación son La señora Morly de Luigi Pirandello y Mariana Pineda, de Federico García Lorca, con la puesta en escena de un grande, Rafael Rodríguez. Y un poco más adelante en el tiempo, El juego que todos jugamos, del chileno Alejandro Jodorowsky.
La intérprete, nacida en Junín, incursionó poco en el cine, aunque llegó a participar en una película con Juan Carlos Thorry y Analía Gadé. Por aquellos años protagonizó un hecho curioso: Hugo del Carril inició, a principios de los 70, un casting fotográfico para encontrar un rostro parecido al de Eva Duarte de Perón. Por el peinado y el aporte del maquillaje, la mendocina dio un rostro bastante parecido a la “abanderada de los humildes, aunque finalmente no fue convocada para ese proyecto.
Una de las últimas alegrías de la artista que ha partido se produjo en 2019, cuando se impuso su nombre a un espacio del teatro Independencia, con motivo de cumplir la sala mayor de Mendoza 94 años de existencia, tributo que también recayó en Isolde Klietmann, Lita Tancredi, Galina Tolmacheva, Gladys Ravalle y otros hacedores locales cuyos nombres figurarán en salas, palcos y camarines.
La periodista de este diario, Lorena Misetich, sostuvo en una nota de 2015 que Ibis “fue parte de la llamada ‘época de oro’ del elenco de la UN Cuyo. Por aquel entonces se hacían grandes producciones de clásicos de la dramaturgia internacional que convocaban a una multitud”.
La definición es compartida por el director Pedro Marabini, quien opinó que la versátil intérprete podía hacer un personaje de la escena clásica o tomar parte de una obra local con la misma naturalidad, hecho demostrado en su interpretación de una puestera de Malargüe, en La amarga.
El varias veces conductor de Vendimia comprobó la facilidad de actuación de Ibis al convocarla a actuar en 2016 a ser parte de la fiesta vendimial de Junín, “donde hizo un protagónico con música en vivo, desenvolviéndose con la misma espontaneidad y frescura que ofrecía en un reducido escenario”.
Por su parte, la escritora Mercedes Fernández la consideró una actriz muy querida por el público, que acompañó con mucha solvencia el momento ascendente del teatro clásico mendocino. “Ella trabajó mucho con mi hermana, Lucy Fernández, que se fue hace dos tres años”, dijo la narradora.
La última invitación para actuar
El autor, director y guionista teatral Tristán Casnati contó que él y el actor Jorge Fornés, gran amigo de Lusetti, intentaron que la actriz tomara parte de una obra en preparación sobre la primera reina de la Vendimia, Delia Larrive Escudero.
Pero, la gran diva ya estaba enferma y postrada en cama. Sin embargo, les dijo con entusiasmo aún, que si se recuperaba le interesaba participar. Fue hace varios meses.