El legendario cineasta franco-suizo Jean-Luc Godard, uno de los padres de la Nouvelle Vague (Nueva ola francesa), murió “de manera apacible” este martes a los 91 años en su domicilio en la pequeña comuna de Rolle en Suiza, indicó su familia en un comunicado. Títulos como “Sin aliento” (À bout de souffle, 1960) y “Pierrot, el loco” (Pierrot le fou, 1965) marcaron una era del cine.
”El cineasta Jean-Luc Godard falleció el 13 de septiembre de 2022, anuncian su esposa Anne-Marie Miéville y sus productores. No habrá ninguna ceremonia. Jean-Luc Godard falleció de manera apacible en su domicilio rodeado de sus seres queridos. Será cremado”, indica el breve comunicado transmitido a la AFP.
Este comunicado fue transmitido por el consejero jurídico y fiscal de la familia, Patrick Jeanneret.
Jeanneret explicó que el anuncio tendría que haberse hecho dentro de “dos días”, pero que el comunicado tuvo que ser escrito a toda prisa a raíz de la filtración en la prensa de la información sobre el deceso de Godard.
La cremación tendrá lugar “de aquí a dos días, quizás mañana” miércoles, agregó, precisando que “las cenizas permanecerán con su esposa”.
Jean-Luc Godard, uno de los emblemas de la Nouvelle Vague
Jean-Luc Godard dejó huella entre generaciones de cinéfilos como uno de los padres de la Nueva Ola, con clásicos como “Sin aliento” (1960), “El desprecio” (Le Mépris, 1963), “Pierrot, el loco” (1965) y “La Chinoise” (1967), entre otros.
Junto con François Truffaut, fueron adalides de la Nouvelle Vague que sacudió el mundo cinematográfico en los años 1960.
En 1987 recibió un César de honor por el conjunto de su carrera, y la Academia de los Óscar hizo lo mismo en 2010. El Festival de Cannes le otorgó también una Palma de Oro especial en 2018.
“Solo quiero hablar de cine. ¿Para qué tenemos que hablar de otra cosa? Con el cine se puede hablar de todo”, declaraba con convicción este director franco-suizo que “puso patas arriba” al séptimo arte, en palabras de su compañero y cómplice Truffaut.
Godard fue el más arriesgado de todos, con más de cincuenta películas en su haber, además de decenas de videos y cortometrajes.
Durante décadas, su estilo osciló entre la experimentación absoluta y los grandes éxitos de taquilla. Para unos, era y es un genio, a veces incomprendido, para otros, un cineasta que en sus últimos tiempo se volvió excesivamente hermético. En todo caso, Godard ha sido uno de los cineastas más estudiados del mundo.
Las películas de Godard son inconfundibles por su montaje sincopado, la utilización de citas literarias, la intromisión de la política, el uso innovador de la música.
Y con sus gafas de intelectual, Godard asumió sin complejos su rol de pontífice de una nueva manera de entender el cine. “Cuando uno va al cine, levanta la cabeza. Cuando mira la televisión, baja la cabeza”, dijo en una ocasión.
Lo cual no le impidió cultivar también con pasión el video para la pequeña pantalla.
Otra frase para la posteridad: “El cine no escapa al paso del tiempo. El cine es el paso del tiempo”.
Desde hace años estaba recluido en Suiza, casi retirado, pero su nombre, convertido en leyenda, seguía siendo citado por unas nuevas generaciones que no conocen la talla de su contribución al séptimo arte.
”Era la estrella de su generación”, destacó Jean-Michel Frodon, exdirector de la “biblia” de los cinéfilos franceses, la revista Cahiers du cinéma.